Las olas de calor, las tempestades, las anomalías atmosféricas, es decir, estos fenómenos extremos han colocado en jaque a la humanidad. Estamos yendo hacía un mundo desconocido. A finales del siglo XX, las primeras advertencias sobre la transformación de los patrones climáticos empezaron a aparecer conforme los avances tecnológicos, permitían a científicos de todas partes del globo examinar a profundidad los fenómenos atmosféricos y cómo estos se interrelacionan entre sí, develando poco a poco que la actividad humana de los últimos 100 años, había alterado gravemente el equilibrio climático amenazando con desencadenar un aumento peligroso de temperatura planetaria que destruiría miles de ecosistemas por todo el planeta. Este conjunto de alteraciones climáticas se les generalizó con el término "Cambio Climático".
Del titubeo inicial, de los primeros pasos para enfrentar el problema, el retroceso con el irresponsable gobierno de George W. Bush y el boicot irracional de los anti-cambio-climático, hoy estamos en un momento donde los datos y los hechos ya no permiten ni negar, ni mentir, ni barrer el problema bajo la alfombra. Es una realidad amenazante y circundante que avanza a pasos acelerados.
El 2016 fue el año más caluroso de la historia
Tras un año que ha roto todo los esquemas, que ha batido todos los récords, que ha superado cualquier previsión; tras miles de artículos publicados en miles de medios cada mes alertando del drama; tras tres años superando el mismo hito, esta noticia, tristemente, no es novedad. Pero sí que es la imagen de uno de los peligros más grandes que afronta la humanidad, pese a que algunos líderes mundiales le den la espalda.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA (por sus siglas en inglés, National Aeronautics and Space Administration), que es la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil, así como de la investigación aeronáutica y aeroespacial; la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA, por sus siglas en inglés), una agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos cuyas actividades se centran en las condiciones de los océanos y la atmósfera; y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), o en inglés, World Meteorological Organization (WMO) una institución internacional creada en 1950 en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo objetivo es asegurar y facilitar la cooperación entre los servicios meteorológicoshan, las referidas organizaciones, han confirmado que 2016 ha sido el año más caluroso desde 1880.
El año pasado la temperatura global se situó 1,1 grados centígrados por encima de la que había en la era preindustrial. 2016, además, fue 0,07 grados más caliente que 2015, cuyas altas temperaturas ya fueron un motivo de alarma mundial. Estos son los años que registraron récords de temperatura desde que hay registros (1880).
Desde el principio del siglo XXI, la Tierra experimentó cinco años de récord de calor: en 2005, 2010, 2014, 2015 y 2016. Los 16 años más calientes que se tienen registros han sido este siglo a excepción de 1998, cuando hubo un fuerte episodio del fenómeno meteorológico de El Niño. El año pasado también hubo un fenómeno de El Niño pero una vez finalizó, las temperaturas siguieron siendo elevadas.
El Niño es el fenómeno opuesto a La Niña, y ambos son el resultado de las fases opuestas de interacción entre la atmósfera y el océano Pacífico (incremento o bajada de la temperatura del agua) y tienen efectos opuestos en el clima de diferentes lugares del mundo.
Mientras que "El Niño" se produce cuando hay un incremento de las temperaturas, lo que tiene diferentes efectos en cada región del mundo, "La Niña" contribuye a un descenso de dichas temperaturas. Otra consecuencia de las altas temperaturas ha sido la destrucción y decoloración de grandes áreas de corales.
Drama requeconfirmado
Para determinar estos registros, la OMM compila datos de la NASA, de la NOAA y del instituto meteorológico de Gran Bretaña, el Centro Europeo sobre Predicciones Meteorológicas y el Servicio de Cambio Climático Copérnico.
Asimismo, la temperatura el año pasado fue aproximadamente 0,83 grados centígrados por encima de la media de 14 grados registrados por la OMM en el periodo 1961-1990, según explicó la OMM en un comunicado.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, señaló la trascendencia de este récord, pero advirtió que las temperaturas "sólo cuentan parte de la historia".
"Los indicadores a largo plazo del cambio climático provocado por los humanos alcanzó máximos en 2016. Las concentraciones de dióxido de carbono y de metano también lograron nuevos récords", aseguró.
El dióxido de carbono se mantiene en la atmósfera durante siglos y también en el océano, donde se queda durante más tiempo y contribuye a la acidez del agua.
"Los indicadores a largo plazo del cambio climático provocado por los humanos alcanzó máximos en 2016. Las concentraciones de dióxido de carbono y de metano también lograron nuevos récords" y, además, "también hemos roto los récords mínimos de hielo en el Ártico y en la Antártida", aduce la OMM.
Actualmente, estos niveles están por encima de las 400 partes por millón en la atmósfera, una primicia y un límite "simbólico", según la OMM.
Mínimos de hielo en el Ártico y la Antártida
"También hemos roto los récords mínimos de hielo en el Ártico y en la Antártida", recordó el secretario de la OMM, Taalas, quien advirtió que el hielo en el Ártico se está calentado dos veces más rápido que la media mundial.
OMM ha anunciado que en 2016 observó condiciones climatológicas sin precedentes que podrían llevar a la humanidad a "un territorio desconocido".
Algunos de los males que padece la Tierra son las altas temperaturas, el aumento del deshielo, el incremento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos. En 2017, esos problemas se seguirán observando y aumentarán el riesgo de que se produzcan meteorológicos extremos que podrían transformar nuestro ecosistema.
El secretario general de la OMM, Taalas, explicó que el año pasado "se registró un nuevo récord de temperatura: 1,1 ºC por encima del periodo preindustrial", tras agregar que, "el incremento global de la temperatura es consistente con otros cambios que se presentan en el sistema climático.
Taalas ha enfatizado que "la media global de temperatura de los mares" también ha sufrido "un incremento sin precedentes", que se ha sumado a "la constante disminución de las extensiones de hielo en el Ártico, considerablemente menores a las registradas en 2015".
EEUU está escéptico sobre estas proyecciones apocalípticas
Esta información choca con la visión del Gobierno de Estados Unidos, que ha tildado los estudios sobre el cambio climático como "un despilfarro de dinero". Sin embargo, los nuevos datos han provocado que algunos científicos hayan endurecido sus críticas contra las medidas del presidente norteamericano, Donald Trump, que plantean recortar gastos para las investigaciones sobre este tema.
El antiguo responsable del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU, Robert Watson, ha expresado que "aunque los datos muestran un impacto cada vez mayor de las actividades humanas sobre el clima, la Administración de Trump y los republicanos en el Congreso de EEUU continúan enterrando su cabeza en la arena".
Científicos fundamentan que un aumento de la temperatura superior a los 2 ºC podría ser peligroso para la humanidad, por esto el Acuerdo de París hace un llamado para que se limite a 1,5 ºC. La observación del cambio climático es vital para la conservación de la paz ante los continuos y rápidos cambios climáticos..
La evidencia científica del cambio climático es indiscutible, esto según lo planteado por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) organización internacional líder sobre el tema del cambio climático. O como lo plantea la EPA (Agencia de Protección del Ambiente de EE.UU.), "El cambio climático está sucediendo" y que "la evidencia es clara".
La evidencia se basa en observaciones de los aumentos de temperatura del aire y de los océanos, el derretimiento de hielos y glaciares en todo el mundo y el aumento de los niveles de mar a nivel mundial y otras señales claras de cambio.
Hechos indiscutibles
Aumento de las temperaturas en el ámbito mundial, 11 de los últimos 12 años han sido de los años más calurosos que se tienen en registro desde 1880. El aumento de temperatura promedio en los últimos 50 años es casi el doble del de los últimos 100 años. La temperatura global promedio aumentó 0.74ºC durante el siglo XX.
Hay más CO2 en la atmósfera, el dióxido de carbono es el contribuidor principal y dominante al cambio climático actual y su concentración atmosférica ha aumentado desde un valor de 278 partes por millón en la era preindustrial hasta 397 ppm en la actualidad
Los científicos mundiales han determinado que el aumento de la temperatura global debería limitarse a 2ºC para evitar daños irreversibles al planeta y posteriores efectos desastrosos sobre la sociedad humana.
Los 55 países con mayor emisión de gases de invernadero y por tanto principales responsables de esta situación, entre los cuales destacan EEUU, China y Japón, varias potencias Europeas e Irán y Arabia Saudita por el continente Africano, mientras que en Latinoamérica, solo México aparece en el listado.
Dato: el aumento de las temperaturas en todo el mundo está jugando un papel en el creciente número de personas que desarrollan diabetes, según una investigación publicada en la edición digital de la revista ‘BMJ Open Diabetes Research & Care’. En todo el planeta, la prevalencia de la diabetes tipo 2 está aumentando rápidamente: en 2015, 415 millones de adultos en todo el globo tenían la enfermedad y se estima que aumentará en casi un 55 por ciento, hasta 642 millones de casos en 2040.
El agua para la vida se nos agota
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que establece que el acceso a fuentes de agua potable y segura, como también el saneamiento, son un derecho esencial para el goce pleno de la vida y de todos los derechos humanos. Y el papa Francisco pidió sensibilización "sobre la necesidad de tutelar el agua como un bien de todos, revalorizando también su significado cultural y religioso."
La escasez de agua potable causada por el cambio climático ya es un problema global en la actualidad que genera hambre, disminución de los alimentos y esto trae como consecuencia las disputas por el vital líquido.
La privatización del agua es un mal que genera conflictos ante la limitante de su uso. Trae como consecuencia la afectación directa de las poblaciones que no cuentan con el acceso directo al agua. Entre tanto ahí está la creciente amenaza de las trasnacionales estadounidenses que buscan apoderarse del líquido vital.
La mayor reserva de agua del planeta está en el acuífero Guaraní que está en NuestraAmérica y según estimaciones puede abastecer 360 millones de personas. Como contraste 1.300 millones de seres humanos no tienen acceso al vital líquido; 1.700 millones que incluyen hombres, mujeres, niños, niñas, adolescente y abuelitos, consumen agua sin saneamiento expuesto a cualquier clase de enfermedad. En estos lúgubres escenarios, la India, China y EEUU son los mayores consumidores de agua. En Europa de los 55 ríos más importantes, 50 están contaminados.
En la actualidad el agua es motivo de una guerra global. En el siglo XX fue el petróleo, el siglo XXI es por el agua. Hace sólo dos años, el Banco Mundial adoptó una política de privatización del agua en la que también se incluyeron las megatrasnacionales estadounidenses Monsanto y Bechtel, las cuales intentan monopolizar al suministro de agua en el mundo. La privatización del agua es un mal que genera conflictos ante la limitante de su uso. Trae como consecuencia la afectación directa de las poblaciones que no cuentan con el acceso directo al agua.
El planeta Tierra tiene una población creciente por encima de los 7 mil millones de habitante, no tiene capacidad de reposición, y cada vez hay más hambruna, miseria y enfermedades pandémicas. Al capitalismo salvaje en su irracionalidad, ante esta grave crisis global que ya está entre nosotros, se hace la vista gorda, le importa un pito, por eso, no desea que se hable de ello. Según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha señalado que para alimentar la población mundial, (que llegará a 9.000 millones de personas en el 2050), se necesitará un incremento de 70% de la producción global de alimentos en los próximos 40 años, tarea que se antoja titánica pues mientras la población mundial crece un 1,55% anual, el planeta día a día colapsa más y más. Este escenario comenzó a ser predecible por allá en la década de los 80 y todavía al parecer los Estados del mundo están de brazos cruzados, con algunas excepciones.
En fin, para nadie debe ser un secreto, que esta amenaza terminante de toda forma de vida en nuestra hermosa Tierra, lo ha propiciado el capitalismo salvaje, tras las ansias de poder y el afán de lucro. La humanidad no está preparada para hacerle frente a estos eventos climáticos que eventualmente se traducirán en un apocalipsis universal. El "plan b" con que cuenta la humanidad para contener esta tragedia global deja entrever, por una parte, coloca de una manera bien visibilizada que hoy más que nunca la humanidad necesita al socialismo; de otro lado, que la democracia necesita al socialismo, y no al revés, y en ese tránsito hacia el socialismo, la paz es el camino. ¡Victoria final! ¡Viviremos y venceremos!