Al parecer un notable grupo de sastres y otro de carpinteros connacionales norteamericanos hicieron, de conjunto, una evaluación psiquiátrica a su presidente Trum y determinaron que probablemente éste tenga la perola mala.
Los referidos carpinteros dicen que Trum está como “mueble de caoba”, acabadito (de la perola); mientras que los sastres expresan que Trump es un desastre. Y, en consecuencia, tanto unos como otros sugieren, respectivamente, fabricarle un buen cepo y una buena camisa.
Hay antecedentes evidentes que dan para pensar que no sería erróneo tomar tales previsiones, uno sucedió cuando en una cumbre de presidentes en Europa, Trump empujó al Presidente de Montenegro, para abrirse camino entre sus pares y, luego sacó pecho así como cualquier guapetón entre su banda de secuaces; otro hecho intolerable es la recurrente manía de Trump de buscarle camorra a Rusia, a Iran, a Corea del Norte y, no faltaba más, a Venezuela.
Trump exhibe un autoritarismo insoportable contra todos quienes no piensen como él, y si son negritos, entonces peor que peor.
De ahí que sea bien buena la iniciativa de tan distinguidos profesionales de la madera y de la tela; y, ojalá que esos hombres de bien necesiten refuerzos para nosotros ayudarlos, es decir, echarles una manito porque aquí tenemos a un patriota que tiene un buen diván en el que se pudiera amarrar a Trump mientras se le fabrica lo dispuesto.
Y, por añadidura, bien pudiésemos mandarle a elaborar un buen purgante con el “Indio Francisco” de acá en Bolívar y que es un taco, es la mar de faculto leyendo las aguas; y no sería indispensable cogerle las muestras in vitro a Trump porque bastaría apelar a un cochino berraco o a un chivo birriondo cualquiera de por ahí pues, daría igual el tratamiento.
A todo enfermo hay que procurar curarlo para que se reincorpore a la sociedad; ojalá pudiese ser así.