"Cuando la hipocresía comienza
a ser de muy mala calidad,
es hora de comenzar a decir la verdad."
Bertolt Brech
En días pasados, dije, que nombrar al títere de Luis Almagro, es seguir dándole alas para volar, a pesar de llevar en su conciencia un inmenso peso, producto de su papel antes la historia, al arrodillarse a los designios del gobierno de turno de los Estados Unidos. Desde el mismo momento de asumir el papel de secretario de la OEA, enfiló las baterías contra Venezuela, y el gobierno del presidente Nicolás Maduro. El rostro algo serio, y la cabellera mal peinada, me recuerda a uno de los personajes de los "Tres chiflados", con la diferencia, estos cumplían una función muy plausible: hacer reír, alegrando el corazón de millares de personas. Él señor Almagro, con sus actuaciones ha querido amargarle la vida a los que luchan por un mundo mejor, pero se ha convertido en algo grotesco, al callar, antes la realidad que vive en estos momentos el pueblo hondureño.
Nadie se puede esconder, antes el indetenible paso de la historia, poniendo a prueba a los farsantes. Cada momento se vienen repitiendo casos, donde la mano del imperialismo, está presente, como está sucediendo en los actuales momentos en el país centroamericano: Honduras. Primero sacaron al Presidente Manuel Zelaya, con un golpe de estado, y ahora, después de dos semanas de haberse realizado unas elecciones, todavía no hay un veredicto serio y responsable, motivando a las fuerzas de la oposición –la izquierda– salir a la calle a pedir los resultados, y la respuesta no se ha hecho esperar: la represión, dejando muertos, y heridos en las principales ciudades del país, y antes estos hechos, ha reinado el silencio del gobierno de los Estados Unidos, y de su principal pieza en América latina: Luis Almagro.
El escritor Eugene de Vogüe, con el pensamiento: "Hay silencios que son mentiras" desenmascara de manera muy precisa a estos personajes representados en estos momentos por Luis Almagro, al meterse en un "silencio" sospechoso, como los niños al cometer una travesura, y terminan escondiéndose para tratar de eludir, cualquier señalamiento. Nadie ha escuchado ¡Nada! Absolutamente ¡Nada! del secretario de la OEA, en contra de la canallada orquestada por el gobierno estadounidense, y sus títeres en el hermano país centroamericano.
Los hechos terminan por dejar sin palabras, al más furibundo vocero del imperialismo en contra de Venezuela, cumpliendo al pie de la letra el papel de servir, como un verdadero arrastrado. Nadie ha llegado a ocupar tantos titulares de los medios de comunicación–escritos, y hablados– como Luis Almagro, lo han utilizado, como cualquier burrito de mandado; ese ha sido, su verdadero trabajo, desde el seno de la OEA; ha terminado defendiendo a la derecha, para darle la razón John Williams Cooke, quien dejo este pensamiento: "Los pobres que votan o defienden a la derecha, son como los perros … Cuidan la mansión, pero duermen afuera".
Todos los indicios del proceso electoral en Honduras, señalan un abierto fraude, pero el poder mediático, trata por todos los medios de callar. Son tan confusos los resultados, que el mismo senador demócrata de los Estados Unidos Tim Kaine, expresó "preocupación por las muchas irregularidades" surgidas tras las elecciones presidenciales celebradas en Honduras el pasado 26 de noviembre, y pidió un proceso "transparente y creíble". El resultado final decía 42,98 para el candidato de la derecha, contra el 41,39 % de Nasralla, de la izquierda; resultados dados, después de haberse caído la línea de emisión de datos, tiempo en el cual el candidato del gobierno, sacó 5 puntos de ventaja; será por todo esto, que el señor Luis Almagro, se ha quedado prácticamente mudo, sin poder seguir con su alharaca de costumbre, atacando a Nicolás Maduro. El mismo informe preliminar de la Misión de Observación Electoral de la OEA en Honduras, es un verdadero arroz con mango; no aclara nada, y deja en el vacío a su vocero principal.