"Pronto será demasiado tarde": 15.000 científicos lanzan una 2ª advertencia a la humanidad

Un cuarto de siglo después del primer aviso sobre las amenazas para el medio ambiente, un grupo internacional de científicos ecologistas ha evaluado los cambios de los principales indicadores ecológicos y ha publicado una segunda alerta, firmada por más de 15.000 expertos.

Alarmados por el cambio climático global, ecologistas de la Unión de Científicos Preocupados y otros 1.700 científicos independientes, incluyendo a muchos ganadores del Premio Nobel, publicaron en 1992 una 'Advertencia de los científicos del mundo a la Humanidad', que describía las principales amenazas que existían en ese momento para el medio ambiente, así como los pasos a seguir para reducir el impacto negativo de los factores antropogénicos en el cambio climático global.

Pasados 25 años, un grupo de ambientalistas encabezado por William J. Ripple, de la Universidad Estatal de Oregón, ha evaluado los cambios que han ocurrido durante este tiempo y ha lanzado una segunda 'Advertencia de los científicos del mundo a la Humanidad', firmada por más de 15.000 expertos independientes.

En su estudio, los especialistas utilizaron los datos de las organizaciones climáticas nacionales que publican informes anuales sobre mediciones de temperatura y emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores destacaron varios indicadores principales para evaluar los cambios que se han producido y su impacto en el medio ambiente.

Desgraciadamente, la mayoría de las tendencias negativas siguen siendo actuales o incluso se han agravado en nuestros días. Así, durante 25 años, la cantidad de agua dulce disponible per cápita disminuyó en un 26%. Se redujo drásticamente el número de peces silvestres.

Asimismo, aumentó en tres cuartos la cantidad de las llamadas 'zonas muertas' en el océano. Se talaron unos 120 millones de hectáreas de bosques. El nivel de dióxido de carbono en la atmósfera y la temperatura media en la Tierra continúan creciendo. La población total en el planeta aumentó en un 35%, mientras que el número total de animales vertebrados disminuyó en casi 30%.

"La humanidad no está tomando las medidas urgentes necesarias para salvaguardar nuestra biosfera en peligro", avisan los científicos.

Sin embargo, los autores del estudio admiten que hay ciertos logros positivos. La rápida disminución global de las sustancias que agotan la capa de ozono y el impulso a las energías renovables "muestran que podemos hacer cambios positivos cuando actuamos de manera decisiva".

Para preservar el planeta de graves problemas medioambientales, los ecologistas proponen establecer y mantener más reservas terrestres y marinas, buscar tecnologías industriales menos nocivas, controlar el nivel de residuos, reforzar las leyes contra la caza furtiva, restringir el comercio de vida silvestre, ampliar la planificación familiar, promover un cambio dietético basado en vegetales y adoptar masivamente energías renovables.

Los científicos llaman a la humanidad a hacer caso de la advertencia antes de que sea demasiado tarde.

"Pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de nuestra trayectoria fallida, y el tiempo se acaba. Debemos reconocer, en nuestra vida cotidiana y en nuestras instituciones de Gobierno, que la Tierra con toda su vida es nuestro único hogar", advierten los investigadores.

Apocalipsis ambiental

Por otra parte, un equipo de científicos alemanes, británicos y neerlandeses detectó una fuerte disminución del número de insectos voladores en Alemania, algo que constituye una seria amenaza para la vida en la Tierra. Los resultados del estudio fueron publicados en el portal especializado Plos One.

Así, el número de insectos voladores se ha reducido en un 76% desde 1989. Para llegar a esta conclusión, los investigadores europeos analizaron más de 1,5 mil pruebas de biomasa recogidas durante estos años en 63 reservas naturales de Alemania.

"Este descenso se había sospechado durante mucho tiempo, pero ha resultado ser mucho más acusado de lo que pensábamos", declaró el responsable del estudio, Caspar Hallman, de la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos). Subrayó que en pleno verano, el descenso llegaba hasta el 82%.

Según los biólogos, el declive en la biomasa de los insectos voladores es realmente "alarmante" y hay que descubrir las causas de esta catástrofe, puesto que, en caso contrario, podemos estar frente a una extinción de insectos capaz de influir en la cadena trófica terrestre, lo que causaría la extinción de otras especies de animales y aves.

Pero, ¿cuáles son las razones de este fenómeno? Entre las hipótesis más probables se encuentran el uso de pesticidas neonicotinoides, el calentamiento global o el distinto uso de las tierras por parte de los agricultores.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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