Mi palabra

Colombia: Estado asociado al imperialismo

"Apenas son suficientes mil años para formar un Estado;

pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo".

Lord Byron

El día martes en la mañana, me encontré a un viejo amigo, quien vive al tanto de todo el acontecer político internacional, como si viviera constantemente dando clases de esos temas. Apenas nos dimos las manos, empezó hablar de la hermana república de Colombia, y a medida, que iba profundizando sobre los últimos acontecimientos entre Venezuela, y la hermana República, alzaba la voz, con un tono de rabia, para finalmente expresar: ¿Con qué moral, el perrito faldero de Juan Manuel Santos, critica al presidente Nicolás Maduro? La conversación se mantuvo por unos minutos, y todo giró, sobre las relaciones entre ambos países, sin dejar a un lado, el comportamiento de los mandatarios, totalmente enfrentados, en el cual, la línea divisoria la pone el imperialismo. Al despedirnos, le escuché decir, con mucha firmeza: ¡Maduro, es un valiente!

No, solamente le falta moral al presidente colombiano; creo que también, carece de coraje para defender la patria, que lo vio nacer, porque entre él, y Álvaro Uribe Vélez, por nombrar a los más arrastrados gobernantes de los últimos años en Colombia, prácticamente les han dado luz verde a los gringos, y falta poco, para estar en las mismas condiciones de Puerto Rico. Se habla, que en la hermana república se encuentran instaladas 7 bases militares de los Estados Unidos, y todo apunta, a incrementarse, tanto la asesoría, como las provisiones en armamentos, para continuar convirtiendo el suelo neogranadino en una especie de cuartel de los gringos, para amenazar, y vigilar a los países vecinos, que no se someten a sus mandatos–especialmente Venezuela– algo parecido hicieron los españoles en la guerra de la independencia; construyeron verdaderas fortalezas para vigilar, e impedir cualquier movimiento del ejercito patriota.

No es simple casualidad, que altos personeros del gobierno estadounidense, permanentemente "visitan" a Colombia. La subordinación es un hecho, y prácticamente hacen lo que deciden en Washington; por eso, no es extraño el ataque de Santos, y Álvaro Uribe, contra el gobierno venezolano, en una abierta provocación, y a la vez, ocultan la grave situación económica de una población, explotada por una oligarquía de las más rancias de América, donde la salud, y la educación, tiene unos costos elevadísimos, inalcanzables para el común del pueblo.

Es tan grave la situación económica en el hermano país, que, en días pasados, escuché a un amigo, oriundo de Cali, sin "pelos" en la lengua, pero un verdadero patriota en sus planteamientos, referir a las condiciones de su tierra: "Hermano, de no ser por la facilidad, como se llevan los productos de Venezuela para Colombia, empezando por la gasolina, no sé qué estaría pasando en estos momentos".

Lo expresado por este amigo colombiano, lo deja ver en casi todas las intervenciones el Presidente Santos –de nombre– cuando se refiere a Venezuela, en su acostumbrado juego de palabras, al enfocar, precisamente el problema económico nuestro, pero lo utiliza, como una cortina de humo, para esconder la maraña en todos los órdenes de la sociedad colombiana, llegando a casos insólitos, como el de una niña, a quien trataron de utilizarla de "mula" o "correo humano; la información prácticamente fue escondida por la prensa colombiana, y se conoció en nuestro país, por la osadía de una página web–APORREA–el cual divulgó el hecho de esta manera: "una niña de apenas 11 años, presentó malestar durante la noche y la madrugada, al llevarla al médico, se consiguieron con la sorpresa: tuvieron que hacerle una intervención quirúrgica de urgencia, para extraerle 104 capsulas de cocaína, listas para ser llevadas a Europa"

Esto es parte del drama del pueblo colombiano, donde el tráfico de droga, y la delincuencia ha llegado a niveles alarmantes, pero sus gobernantes solamente se ocupan de este lado de la frontera, aprovechando la grave situación, el cual nadie puede ocultar, pero no podemos dejar, que los enemigos de la patria de Bolívar, hagan fiesta con ella. Colombia, se está convirtiendo, a la par de los Estados Unidos, en un refugio de traidores, y renegados, por algo, muchos fugitivos, como Luisa Ortega Díaz, son recibido en el congreso con bombos y platillos, para escucharlos hablar sandeces, que ni ellos mismos se lo creen. Lástima, que uno de los países liberados del yugo español, por la espada de Bolívar, hoy sus gobernantes se encuentren arrodillados a la bota gringa, y prácticamente han convertido a Colombia, en algo muy parecido a Puerto Rico: un estado asociado.

 



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Narciso Torrealba


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