La alegría emana de la paz y de la paz emana alegría, razón simple que explica el porqué el binomio alegría-paz o si se prefiere, viceversa, identifica a la Venezuela bolivariana inclusive más allá del PSUV y del GPP, esto suponiendo que en la base opositora exista uno que otro bolivariano aunque esta aseveración parezca inconcebible.
La amargura, en cambio, emana del conflicto y del conflicto no nace sino amargor; he ahí luego esa cara de cañón que caracteriza a la obcecada escualidad y que cobra significativa expresión en la malhumorada cara de "Mariaviolenta".
Mientras que al bolivariano no le importa un comino que cualquier entrometido allende fronteras pretenda meter su nariz en nuestros asuntos soberanos, en cambio el lacayo amargado y arrastradizo mueve su colita echado en la alfombra de ese entrometido.
El gran desafío del pueblo venezolano este 20 de Mayo en cierne es optar entre dos premisas graves, paz o guerra, alegría o amargura, esperanza de un futuro libre e independiente o someterse a la esclavitud imperial y lo cual traería un baño de mierda con sangre para todos sin excepción porque ya este pueblo no se calaría un retroceso en sus grandes conquistas sociales en revolución bolivariana y chavista.
En principio, el enemigo, ese tiburón imperial que merodea con su bocota abierta no tiene amigos sino intereses y dos de los cuales a modo de entremés son PDVSA y el Banco Central para luego instalarse a sus anchas a comernos el resto de las entrañas y en cuyo hipotético caso se desataría una insurrección popular que como río en conuco arrasaría con todo a su paso puesto que no somos mochos ni cobardes; y por otra parte, una vez posicionado de nuestro petróleo, de ahí en adelante el enemigo chupasangre tendría el camino expedito para dominar el mundo, por lo que la conflagracion mundial no se haría esperar, así que abramos los ojos como dos huevos fritos y por una vez al menos (esto último con referencia a la base escuálida) hagamos consciencia de lo que nos jugamos este en cierne 20 de Mayo.
La única alternativa de evitar la catástrofe la representa la revolución con Maduro al frente. Pueda que estemos inmersos en una situación dura, difícil, pero hágase usted preguntas, ¿a quién le conviene la actual situación que padece Venezuela, a la revolución gobernante o a la MUD?, ¿quién hace esfuerzos extraordinarios para resolver esa dura situación, Maduro o Julio Borges y asociados como el Vampiro Ledezma, por ejemplo? ¿le gustaría a usted que sus descendientes sean esclavos de un extraño chupasangre?, ¿quién le echa leña al fuego, acaso no es quien sale de criminal a pedir sanciones contra la patria de Bolivar? ¡Simple lógica!
Hace falta otra oposición pero nacionalista, no entreguista como la actual. La prioridad hoy es construir la paz sustentable y luego será posible diseñar alternativas nacionalistas pero si ahora caemos en las fauces del tiburón estaríamos dejando a nuestros descendiente una tarea de sangre y fuego.
Para pensarlo.