Nos unimos a la invitación del compañero de aporrea Eligio Damas para la interpretación de dos posiciones, en apariencia encontradas, sobre el caso Nicaragua. Como no somos especialistas ni testigos directos de lo que ha pasado en ese país en los últimos veinte (o más años, a los que la señora Baltodano hace referencia), no podemos sino comparar su análisis de la situación del sandinismo con la Venezuela de hoy, lo cual nos sirve para formular una especie de ley universal sobre agotamiento de la socialdemocracia y el reformismo en países pobres y "colonizados" como los nuestros.
Sobre el análisis del artículo firmado Zona Frank nos limitaremos a decir que reproduce un poco la teoría de los golpes blandos o revoluciones de colores. Eso explicaría en parte el desarrollo de la violencia actual en aquel país, el intervencionismo norteamericano a través de la USAID y otras ONGs, pero no la decadencia de la revolución sandinista hasta su estado de ineptitud y burocratismo. Su descenso fue fundamentalmente político, una revolución liberadora del pueblo terminó siendo una excusa para oportunistas y arribistas, los cuales terminaron esclavizando a su pueblo por otros medios más "blandos" y más engañosos; la emergencia de una nueva clase aburguesada de excombatientes y burócratas al servicio del capitalismo, que algunos parecen no entender que no tiene patria ni son fieles a nada.
Sin embargo de su artículo podemos sacar una lección en limpio, solo para aquellos que la saben interpretar bien, y es que el imperio sí que tiene despejada la mente, como dicen, "El objetivo final de la estrategia a escala planetaria, es derrotar en el terreno de la ideas las alternativas a nuestro dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión (esto vale también para la dirigencia socialdemócrata y reformistas), la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos". Quienes engañan al pueblo sandinista (y por otro lado, al pueblo chavista), son a su vez engañados por el capitalismo. Capitalismo e imperio es lo mismo, como dice Jorge Arreaza "el grupo de Lima es un grupo de presidentes empresarios, capitalistas, dispuestos a defender sus intereses". Triste es aquel que no lo entiende y así y a la sombra trata de negociar con los mismos capitalistas, auto convencido de que hay uno buenos frente a otros malos.
En el caso de Mónica Baltodano, ex dirigente y ex ministra del Sandinismo, al hablar de Nicaracgua parece que estuviera hablando de Venezuela, si le restamos lo de los estudiantes muertos a manos de la policía. Hemos hecho una pequeña extrapolación al madurismo de las palabras de Baltodano dedicadas a Daniel Ortega y su sandinismo oficial, que se puede leer de corrido, para seguir con lo "didáctico".
"El gobierno de Daniel Ortega le dio una apertura total a la inversión de capital externo, y a las zonas francas (El gobierno de Maduro, a través de la ANC aprobó una ley de estímulo y protección del inversiones extranjeras, y, luego de la muerte de Chávez cambió la zonas de desarrollo estratégico por las Zonas especiales de desarrollo económico, conocidas como Zonas Especiales, las cuales son Zonas Francas) y eso aparece como si hubiera una mejoría del país. Pero si uno se mete a analizar la composición y la distribución de la riqueza se ve que ha crecido enormemente la concentración en los banqueros y en cierto sector de los capitalistas, vinculados a los mercados mundiales y a las transnacionales (A pesar de las advertencias de Chávez, el gobierno de Maduro continuó financiando las mismas empresas y sectores empresariales que robaron y estafaron a la nación. La concentración de la riqueza es obvia mientras la gente come basura, se distribuyen cajas de comida y se reparten bonos para contener el hambre y la ira en la población). Este tipo de inversiones, y la gran apertura generan grandes ganancias a las transnacionales pero no dejan nada para el país. De manera que esos índices de crecimiento macroeconómico no tienen grandes efectos sociales. … Es cierto que según sus estadísticas aparecen disminuyendo la pobreza en un país donde la distancia entre ser pobre o extremadamente pobre es la de tener un dólar más de ingreso diario. Eso lo han logrado mediante programas de carácter asistencial, fundamentalmente la entrega de bolsas, o un paquete agrícola que incluye dos cerdos, diez gallinas y un gallo (Aquí, las cajas de los Claps y los Bonos del carnet de la patria)…
…y obtuvo una ayuda muy importante del gobierno de Venezuela, de manera que en un país que andamos por los dos mil millones de dólares por exportaciones, entraban cerca de 500 millones por la ayuda de la cooperación venezolana. Pero entraron directamente a manos del presidente sin pasar por el presupuesto de la República. Con parte de esos fondos se financió una serie de programas de combate a la pobreza que, a mi manera de ver y de la mayoría de los economistas, no hicieron cambios estructurales pero aliviaron la situación inmediata del pueblo (Es el caso de Venezuela también, las inversiones, luego de la muerte de Chávez tampoco hicieron cambios estructurales, fueron implementados como soluciones provisionales que terminaron siendo definitivas) Los fondos venezolanos a la vez sirvieron para incrementar los capitales de la cúpula orteguista, convertida en parte innegable de los capitalistas de Nicaragua.
… De manera que, en 2007 cuando llegamos a las elecciones Daniel Ortega ya no es el revolucionario que se había conocido (De esta manera Maduro, luego de la muerte de Chávez ya no es el revolucionario que todos creímos que era). Es más, toda su campaña, y su discurso giró alrededor de la paz y la reconciliación; la conciliación con los intereses de clase, sin abandonar un cierto discurso izquierdoso (Como ha pasado con Nicolás hasta nuestros días, su discurso con aires izquierdosos y chavistas, concilia con los intereses de las clases propietarias). Él gritaba que seguía siendo antiimperialista, sandinista (En nuestro caso "chavistas"). Eso, a mi manera de ver, es lo que ha confundido a nivel internacional a mucha gente de izquierda, y que también ha confundido a una parte de la base sandinista histórica que lo respalda (Y la base histórica chavistas, el discurso de Maduro)."