Los andinos bajaron de la sierra comandados por Cipriano Castro a poner orden en el país. Desde los finales de la guerra de independencia, pasando por la Guerra Federal, Venezuela estaba en manos de los caudillos provinciales. El desorden, la disgregación, el endeudamiento y la baja productividad caracterizaban la Venezuela de entonces, mientras en los andes, que en gran medida no había sufrido los efectos de aquellas guerras, se pugnaba por hallar mercados para sus productos y una política nacional que les favoreciese. Por eso, Cipriano Castro se vino de Colombia, de los lados de la frontera donde se hallaba y con un ejército de compadres y amigos se llegó a Caracas, dando varios combates a asumir el poder. A su lado y en primera línea con el de Capacho, el de la Mulera, su compadre Juan Vicente Gómez.
"Váyase tranquilo compadre. Busque remedio a sus males que yo aquí me quedo cuidándole el coroto".
Así dijo Gómez a su jefe de entonces, compadre de sacramento y compañero de luchas en aquella campaña que les condujo a la toma del poder en Venezuela.
Lenin Moreno, quien no es lisiado como resultado de las luchas por la revolución, sino por simple accidente, mientras unos delincuentes cometían un delito, después de haber sido militante del MIR ecuatoriano, de otros partidos y funcionario de gobierno de segunda categoría como resultado de pactos de baja estirpe entre políticos, le fue propuesto al movimiento "Alianza País" de Rafael Correa, en otro pacto, para vicepresidente. Con el presidente fue electo dos veces para aquel cargo, por supuesto los votos de Correa a Moreno favorecieron. Mientras Correa gobernó, hasta donde uno sabe y creo que casi todo el mundo, no se supo que entre ellos hubiese diferencias. Y es poco probable creerlo, por el enorme respaldo popular del cual gozaba Correa, el cual le hubiese permitido deshacerse de aquella incomodidad. Si Moreno discrepaba fue demasiado discreto y si se quiere hasta inconsecuente consigo mismo al no haber hecho públicas sus diferencias a lo que tenía derecho.
Cuando a Castro le diagnostican graves problemas renales, por lo menos hasta ahora nadie ha dicho lo contrario, las relaciones entre él y su subalterno inmediato y compadre eran de gran intimidad, confianza y respeto mutuos. Aunque es bueno repetir, que Gómez siempre fue calificado como un hombre discreto y poco dado hacer públicas sus opiniones. Si discrepaba de Castro en medio de aquellas grandes dificultades, en parte atribuidas a los procederes personales del presidente y las dificultades económicas, era eso que los venezolanos llamamos "una tumba". Nadie ha escrito que antes Castro tomase aquel barco que lo sacó del país en busca de cura para sus males, que los compadres se hubiesen enemistado o tuviesen discrepancias.
Pero bastó que el barco surto en la Guaira por unos días partiese fuera del país llevando a bordo al presidente de la República, envuelto en enfrentamientos con Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, entre otras cosas por deudas pendientes, para que el compadre que le prometió "guardarle el coroto", pidiese inmediatamente respaldo de aquellos países y por lo menos tres navesde guerra se apareciesen casi de inmediato a puerto para apoyar al nuevo gobierno. En cosa de horas, aquella camaradería, lealtad de compadres y compañeros que habían luchado juntos y liberadas duras batallas con abundantes cargas de caballería y lanzas y machetes de por medio, no fue cosa de juego, fuegos artificiales y discursos, quedó deshecha y Gómez vuelto presidente, dictador y amo de Venezuela, por más de treinta años. Tanto tiempo que, como dijo alguien, cuando el féretro salió a la calle nadie aquello creía porque lo llegaron a pensar eterno.
Lenin Moreno – no deja de ser curioso lleve el nombre del gran líder de los bolcheviques - fue escogido para suceder a Correa y para más, con el apoyo de éste. Y fue así, por lo mismo que ya dijimos antes, éste seguía siendo el gran líder del "Movimiento Alianza País", columna vertebral del pacto y de gran parte del pueblo ecuatoriano. Lenin tenía un perfil demasiado bajo. Tanto que en la primera vuelta como candidato presidencial, pese llegar de primero, lo hizo con una ventaja tan pequeña sobre su más cercano perseguidor, lo que hizo pensar que pudiera perder en lo que los sureños llaman el "balotaje".
Hoy nadie duda que el general Gómez, como decimos los venezolanos, "por debajo de cuerda", había venido sosteniendo conversaciones y estableciendo acuerdos con los representantes de los gobiernos que reclamaban el pago de sus deudas y ya sabían de los recursos petroleros existentes. Cuando el compadre salió por el Puerto de La Guaira, ya todo estaba cuadrado, por eso aquellas tres naves "El Maine", "Des Moines" y "North Caroline", ya listas y dispuestas, arribaron a nuestro puerto principal, apenas Gómez pidió al embajador de Brasil, encargado de los negocios de Estados Unidos en Venezuela, esa intervención. Los acuerdos, en secreto, ya estaban establecidos. Por el siguiente enlace, el lector puede hallar un trabajo nuestro al respecto: http://deeligiodamas.blogspot.com/2008/11/por-qu-el-gobierno-de-juan-vicente-gmez_9174.html
Es decir, la diplomacia foránea, secretamente había logrado insertar a Gómez en un proyecto diabólico para deshacerse de Cipriano Castro. Los riñones malos de éste, contribuyeron al desenlace.
En el "balotaje" o segunda vuelta, Rafael Correa tuvo que echar el resto haciendo campaña para convencer al electorado votase por Lenin Moreno. Todavía recuerdo la noche cuando se dieron los resultados definitivos, mientras la oposición como en Venezuela hablaba de fraude, como Lenin Moreno no se cansaba de decir "gracias Rafael", tanto que parecía rendirle pleitsías y honores. Reconocía ante el mundo que había llegado a la presidencia de su país, montado sobre el prestigio bien ganado de Rafael Correa y su "Alianza País".
Todavía Correa, no había tenido tiempo de "montar en su caballo", como dice la canción mexicana, que lo llevaría creo que Bélgica, donde pensó residenciarse una vez entregase el gobierno, cuando Moreno y los suyos "se le echaron de a montón". Pero no sólo se volvió contra Correa sino contra las políticas de éste, las mismas que había apoyado siendo vicepresidente y defendió durante su campaña electoral-
La comparación o mejor, la narración de ambos acontecimientos como en paralelo, lo relativo a Castro-Gómez y Correa-Moreno, me viene rondando la cabeza desde los primeros días que el último de los nombrados se volvió con furia y hasta saña con su compañero de fórmula en dos procesos electorales y de gobierno en dos períodos, sin que se supiese absolutamente nada que pudiese distanciarlos.
¿Desde cuándo estuvo Moreno en conversaciones ocultas con quienes ahora le tienen como aliado? ¿No sería desde los primeros días de la primera alianza? ¿Por qué Correa no suelta prendas sobre este asunto? ¿Acaso a él eso le agarró de sorpresa? ¿Por qué aparte de despotricar sin fundamento y razones sustanciales contra Correa y perseguirle con saña, Moreno no da una explicación sensata de su cambio? ¿Será que desde tiempo atrás venía conversando y hasta durmiendo con el enemigo?
La furia persecutoria contra Correa de Lenin Moreno, conducta propia de quienes sienten el peso de la culpa, ha llegado a tal que un cable de última hora habla de un alerta roja a Interpol para detener al ex presidente ecuatoriano. Casualmente, el mismo tratamiento que dan en Brasil a Lula los corruptos como Temer. También llama la atención que figuras como Patiño, ex canciller de Correa, guardan profundo silencio.
El tiempo pasa. Las aguas siempre buscarán su nivel para sentirse tranquilas. Llegará el día de desenrollar este entuerto y misterio, que en verdad, tal como aconteció con Gómez, no tiene nada de tal. Simplemente Moreno y los suyos, no fueron dentro de Alianza País, más que unos advenedizos que esperaron llegase el momento de expresar sus verdaderos sentimientos, convicciones y compromisos.