Rusia 2018: Afrodescendientes abundaron y mandaron en cancha. En tribunas brillaron por su ausencia

Según una nota periodística de "América XXI Noticias", 78 por ciento del equipo francés que ganó la copa mundial Rusia 2018, corresponde a jugadores de origen africano. La nota misma que hace resaltar eso, no sé por qué, evita hablar de Afrodescendientes. Es obvio que si hay racismo entre blancos, también lo hay entre Afrodescendientes. Sólo que los segundos están en buena medida, si no justificados, en el entendimiento por lo que enseña la historia. Pero uno no puede pecar de necio y hasta ridículo, no reconocer lo que ve; como que las canchas de futbol de las ciudades rusas, hubo blancos de distintos orígenes y color de piel. Como hubo Afrodescendientes o con ella muy cerca, como los hijos de migrantes europeos, los nacionalizados, uno de los grandes negocios de la FIFA, por el prodigio africano de parir futbolistas de enorme calidad. O provenientes de Brasil y de otros países de América Latina donde la colonización dejó sus huellas y herencia. Y hubo de muchas partes donde el proceso de mestizaje se ha profundizado y modificado el color de la piel.

Francia, Bélgica y Holanda, llevaron el mayor porcentaje de los hijos del continente de Nelson Mandela y hasta la Alemania, para asombro de uno y por eso de cómo cambia el mundo, puso de lado su ancestral racismo, que vivo está, como lo está en EEUU y alineó jugadores que ahora llaman afrodescendientes, de color y hasta migrantes, como si eso fuese fórmula para acabar con el racismo. Llamarlo como ahora hacen y hasta la misma agencia informativa lo hace, es más racista que llamarles negro, como lo es la piel que les cubre, porque se difunde una mentira o algo falso. Gran parte del pueblo Sirio o libio y de todos los pueblos árabes arrancados de su tierra por las guerras que generan los dueños del capital y aferrados a ellas como forma de dominio y para vender sus armas, no son negros, pero son migrantes. Unos y otros, no importa el color de la piel, como no importa la piel del latino que llega a Estados Unidos por las dificultades en las cuales vive, son objeto de discriminación. En el norte de la frontera mexicana o mejor del otro lado no se discrimina por el color de la piel, sino por la humildad y procedencia.

Pero no hay duda que si algo resaltó de la copa Rusia 2018, no es únicamente la enorme cantidad de hijos o descendientes del África negra que se movieron en las canchas. No sólo en los equipos mencionados sino en muchos otros. Si no que las más destacadas figuras fueron las de ellos. Si a mí me pidieran escoger el mejor de Colombia en la actual selección, por ejemplo, no optaría por Falcao o James. No dudaría en hacerlo por "Afrodescendientes" Juan Guillermo Cuadrado.

La indudable calidad futbolística de jugadores como Lionel Messi, Ronaldo y entre los ingleses y europeos en general, como en los de América la nuestra, quedó casi en segundo plano ante la enorme cantidad y calidad de hijos y nietos del África. Estoy de acuerdo, sin duda alguna, con el reconocimiento de mejor jugador del mundial al croata Luka Modric. En artículo anterior hablé de su enorme destreza, capacidad de dominio del tablero y constancia. Pero también lo hice de Romelo Lukaku de Bélgica, como lo indica su apellido, de origen africano y su figura.

Kylian Mbanppé, el No. 10 de Francia, reconocido con justicia el ganador del balón de plata, segundo mejor jugador de la contienda, también es del mismo origen. Conste que expertos en el balompié, le ven como la próxima gran figura de ese deporte. Y se podría hacer una larga lista, aunque es innecesario porque casi todo el mundo vio el mundial y pudo constatar lo que hasta ahora hemos dicho. Ellos impusieron su abundante presencia por su enorme calidad y esa como innata cualidad para hacer que el balón corra tras sus pies y sus cinturas se muevan al ritmo, gracia y picardía de la alegre tierra, pese la pobreza, que confunde y distrae a quienes intentan marcarles.

Hubo montones de ellos, de los partos inmediatos o postreros de la tierra africana y de los mejores, premiados por la FIFA, que no lo hizo por su gusto, sino porque no puede ocultar al sol, fueron de ellos.

Al mirar el campo de juego, sobre todo a los cuatro equipos llegados al final, tres de ellos, salvo Croacia, un pequeño país, cuyos jugadores juegan fuera, lo que habla del poco desarrollo de su liga, sin capacidad para hacer lo que si hacen los otros, incluyendo muchos que se quedaron en el camino, como España, como comprar y nacionalizar jugadores, atraerlos por su pobreza, y "para que mamá no tenga que echarle agua a la leche", como dijo en una entrevista uno de ellos, pudimos ver la abundancia de la raza africana y que entre ellos estaban los mejores.

Pero al recorrer las gradas, las enormes y pobladas gradas de los bellos estadios de la nueva Rusia, de la vieja San Petersburgo, que llegó a llamarse en la época de la URSS, Leningrado y de Moscú, con gente de allí y de la llegada por más de tres millones de distintas partes del mundo, no era tarea fácil hallar un originario del África dentro de ella.

Para cerrar el espectáculo estuvo el actor norteamericano, también de origen africano o afrodescendiente como dicen ahora, Will Smith. Célebre personaje, ganador de algunos premios, actor de varias películas, pero con mucho dinero.

¿Por qué, un espectáculo adornado por la magia, sutileza de ellos al tocar el balón, llevárselo extasiado pegado a sus pies, ser casi el centro de atención de quienes miraban los juegos a lo largo de una red de comunicaciones que le dio la vuelta al mundo y de unas gradas siempre rebosantes, fue difícil verlos en éstas?

Blog., 17-07-18



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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