EEUU, pidió a "Michelle Bachelet, próxima responsable de Derechos Humanos de la ONU, que alce la voz ante los abusos que se dan en países como Venezuela, Cuba o Irán, reseña la agencia Efe." Así mismo dice el cable según se puede comprobar siguiendo el enlace: https://www.aporrea.org/ddhh/n329465.html
Pero se da el caso que EEUU, por razones de su conveniencia y no querer someterse a los principios que la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU establece, renunció el año pasado a seguir formando parte de ese organismo y más a aceptar rígidamente lo que allí se defiende.
Pero como dice el mismo cable, la embajadora del gobierno de Trump en la ONU, en un gesto simplón como quien se mueve por simples instintos, inmediatamente reclamó a la Bachelet le meta el ojo a los países a quien tiene como sus enemigos. Al leer ese reclamo, inmediatamente pensé en los miles de padres mexicanos separados de sus hijos por la política racista de Trump. En esa señora, según reporte de prensa que es expulsada del país de su esposo e hijos por no tener sus "documentos en regla", como decimos los venezolanos. No basta la nacionalidad estadounidense de su marido, quien hasta estuvo en el ejército de ese país y las partidas de nacimientos de sus hijos que constan que son tan nacionales como el mismo Trump. Pero este es un caso y como dije antes son miles. Como pensé también en los de otras nacionalidades que sufren la misma persecución. Recordé a Martin Luther King, porque la causa de sus luchas siguen vigentes y con el señor Trump el racismo sigue creciendo a la par de su discurso.
Se me vino a la memoria, porque mencionó a Cuba, donde la policía estadounidense tiene una cárcel y sitio de tortura, circunstancia que nadie ignora, porque hasta el mismo Obama lo reconoció y prometió eliminarla, pero las fuerzas que allá, detrás del escritorio del presidente de verdad mandan, no lo quisieron. Pensé en Oscar López Rivera, el patriota puertorriqueño, detenido por más de treinta años en cárceles estadounidenses por luchar por la independencia de su país, recientemente detenido en Panamá, simplemente porque el avión que le llevaba a Bolivia a un congreso contra el neoliberalismo hizo escala en aquél país y ellos no "aceptan que allí lleguen ex convictos".
Pensé en todo eso, porque la embajadora de EEUU en la ONU no lo mencionó para nada y menos pidió se investigara. Tampoco hizo referencia al oprobioso gesto que comporta el muro en la frontera con México. Todavía EEUU no ha pedido disculpas por las invasiones a Irak y Libia justificadas en mentiras. Tampoco solicitó que la Bachelet investigase por qué su gobierno, el de Trump, rompió unilateralmente el acuerdo anti nuclear con Irán, gesto tan deleznable, peligroso y amenazante que sus aliados de la OTAN no apoyan. Porque rodas esas cosas atentan contra los Derechos Humanos. Como lo hace el apoyo que EEUU da a los terroristas que hacen la guerra en Siria.
Sería maravilloso que el gran país del norte, adalid de la democracia y los Derechos Humanos, pidiese a la Bachelet una investigación y denuncia detallada de todas las infamias contra el pueblo palestino donde hasta los niños son víctimas de acciones criminales y propias de personas sin la más mínima sensibilidad. Ayer mismo, Israel unilateralmente rompió la tregua y bombardeó un sector densamente poblado de la Franja de Gaza e hirió y mató varias personas, entre ellas niños. ¡Ojalá pidiese eso y muchas cosas más que no caben en el espacio que normalmente se usa para escribir una nota!
Pero ojalá, la señora Bachelet, ex presidenta de Chile, de militancia en el Partido Socialista Chileno, el mismo que fue de Salvador Allende, aunque a uno le cueste creerlo, entienda que su deber es cogerle la palabra en lo que le solicitó la señora embajadora de EEUU en la ONU pero también lo que no pidió por pudor y hasta temor que el señor Trump, quien parece tener muy malas pulgas, la destituya por traidora.
Lo cierto es que, uno no sabe si es cosa de pura coincidencia, algo azaroso, pero estando el señor Almagro en la OEA, quien pareciera no tener otra cosa por hacer sino tumbar al gobierno de Venezuela en lugar de mediar, como es su deber, para que aquí lleguemos a los mejores acuerdos, y por eso cizaña al por mayor, llega a la Comisión de los Derechos Humanos la señora Bachelet, quienes no son compatriotas pero, como decimos en Venezuela "por allí andan". Esperemos que la señora, que en su mutismo, pues ella no es muy habladora que digamos, pese su rol de política activa, si ponía cara de "yo no fui" y "si te he visto no me acuerdo", cuando participaba en las reuniones de presidentes del CELAC y otros organismos similares en términos formales, desde luego, a los personajes como Correa, Chávez y Evo Morales, no se contagie del uruguayo y se dedique sólo a complicar los asuntos venezolanos. Evo Morales mucho debe saber de ella, pues mientras fue presidente de Chile, pese su militancia socialista, se mostró muy inamistosa con el presidente boliviano y los bolivianos todos por asuntos fronterizos.