Hábil con la lengua como es Carlos Mesa ha mandado un mensaje anunciado su candidatura, y que como es obvio ha justificado en los poco más de 7 minutos de duración del mismo las razones por las que ha asumido esta determinación, la cual ya venía siendo un secreto a voces.
Uno de los motivos principales por los que ha tomado la determinación de entrar a la carrera electoral ha sido el proponer una alternativa nueva ante lo que para él, Evo y el MAS son el pasado. Viejo y repetido recurso al que ampulosamente se apela para justificar una decisión política. Escuchará usted este dilatado discurso en todo aquel que implora el apoyo del electorado, motivándolo a que por ser “nuevo” se sume al proyecto político.
Como la política en sí es polémica, no puede sino objetarse lo que como viejo oculta en sí Carlos Mesa. Y no me estoy refiriendo a su edad en sí, sino al hecho de que Mesa, no es tan “nuevo” dentro la política, que es a lo que apela mandando su mensaje. Y es que Carlos Mesa no sólo que ha hecho política cuando fue presidente y vicepresidente respectivamente entre los años 2002 al 2005; sino que ha sido un político que hace más de 20 años atrás que ha hecho política; pero desde los medios, y que es una de las más encubiertas formas en las que el neoliberalismo se reprodujo como régimen por más de 20 años de la mano del gonismo; justo los mismos años que Mesa hizo periodismo.
Es esta impostora instrumentalización del periodismo para hacer política, la que hoy ha vuelto aplicar pero ya para instrumentalizar el periodismo; sino ésta vez la causa marítima, pues ha sido al día siguiente del fallo; y que además haciendo un despreciable coro a Frei, quien no nos olvidemos advirtió que cualquier negociación sobre nuestra causa marítima debe hacerse con otro presidente que no sea Evo, que Mesa ha repetido esa corriente de opinión para que dentro la política interna boliviana la replique señalando: “se necesita nuevas personas”.
Vale decir que Mesa no sólo permite que extranjeros opinen sobre nuestra política interna; sino que además hace de caja de resonancia -y al día siguiente del fallo de La Haya- de los intereses chilenos, que podríamos decir que estamos ante un candidato cancerbero de los intereses chilenos; o un candidato de las oligarquías del neoliberalismo chileno.
Esta impostura de Mesa se patentiza paradójicamente nuevamente cuando anuncia que será candidato del Frente de IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, toda vez que por su credo liberal, debería se irreconciliable su decisión de representar a esa sigla (aunque el FRI no es para nada una auténtica izquierda). No en vano fue el vicepresidente Álvaro García quien cuestionó la falta de ética de Mesa cuando que: “defiende principios”, habiéndose desmentido él mismo, después de comprometerse a declarar en el juicio civil contra Goni, pero terminó cobardemente excusándose.
Son estas razones las que nos dan la certeza de que no es que Evo quien sea pasado, pues su liderazgo está más vigente que nunca; y de quien su liderazgo; sí es pasado es de Mesa por ser un “pasado por agua tibia! Vale decir ni frio ni caliente para tomar decisiones por lo que es un vomitivo para el voto de los bolivianos.
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