Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
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Muy pocos norteamericanos saben quién es Sheldon Adelson y todavía muchos menos lo conocen como el principal donante político de Estados Unidos y que cuando él habla el Partido Republicano escucha. En virtud de su generosidad él ha sido capaz de dirigir la política del partido republicano (GOP) en el Medio Oriente a favor de Israel, país que podría considerarse como su verdadero hogar mientras que Estados Unidos existe más bien como un fiel amigo al que se puede recurrir cada vez que Israel se encuentre en la necesidad de un poco de efectivo o cobertura política.
En los recientes éxitos de Adelson al traducir sus donaciones políticas en una corriente favorable para Israel, se incluye la mudanza de la embajada norteamericana a Jerusalén, la suspensión de la ayuda a los palestinos, la cancelación del acuerdo para el monitoreo nuclear con Irán y el cierre de la oficina diplomática de la Organización para la Liberación de Palestina OLP en Washington. Se supo que todas esas medidas tomadas por el gobierno de Donald Trump fueron elaboradas privadamente por Adelson hablando directamente con el presidente.
Las actividades de Adelson para la compra de políticos son un reflejo de lo que él cree, se comenta que dijo lo siguiente: "no existe tal cosa como un palestino". Tampoco su visión del mundo comprende mucha preocupación por el país que le dio acogida y lo hizo rico. Sirvió en el ejército norteamericano durante la II Guerra Mundial y ha dicho que se arrepiente de haberlo hecho y que más bien hubiera vestido el uniforme del ejército israelí. También expresó su deseo que su hijo pudiera convertirse en un franco tirador del ejército israelí.
Adelson aprovecha bien su excepcional acceso a la Casa Blanca, cosa que va en detrimento de los verdaderos intereses norteamericanos. Un artículo publicado en el New York Times titulado "Sheldon Adelson, Es Mucho lo Que Disfruta del Washington de Trump", declara que él "disfruta de una línea directa con el presidente" y se reúne con él mensualmente "en reuniones privadas y personales y a través de conversaciones telefónicas". Estuvo encantado con las amenazas abiertamente expresadas, provenientes de importantes voceros de la política de seguridad nacional e internacional del gobierno respecto de Irán. A él le gustaría que Estados Unidos fuera a la guerra con los iraníes con el objeto de destruir su gobierno y provocar una suerte de cambio de régimen, y, a juzgar por recientes acontecimientos, podría conseguir lo que quiere, todo lo cual fácilmente traería consecuencias catastróficas para toda la región, incluso más allá.
Adelson está un tanto desquiciado en torno al problema de Irán, incluso ha sugerido lanzar un bomba nuclear en una región desértica de Irán como táctica negociadora para demostrar que "hablamos en serio" para que Washington entonces pudiera "imponer sus exigencias sobre Irán desde una posición sólida". Si Irán continuara resistiendo, Adelson arrojaría la próxima bomba sobre Teherán. Si Teherán fuera bombardeado nuclearmente, millones de iraníes morirían, lo cual no le importaría a Adelson ni un ápice. En su opinión, tal desarrollo sería bueno para Israel que es su principal preocupación.
La influencia de Adelson sobre los legisladores es también evidente en torno a lo que la Casa Blanca no hace. Franco tiradores israelíes han asesinado por lo menos a 143 manifestantes árabes desarmados en Gaza, sin una mínima palabra de condenación pronunciada en Washington.
Ciertamente, el embajador de Donald Trump en Israel, David Friedman, se ha desbocado para defender los asesinatos y también para apoyar la expansión de los ilegales asentamientos israelíes en Cisjordania.
También es ampliamente sabido que Adelson ha tenido que ver con los cambios de personal llevados a cabo en la Casa Blanca. Adelson ha empleado su dinero e influencia para apoyar la carrera de Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, del Asesor en Seguridad Nacional, John Bolton y del Secretario de Estado, Mike Pompeo como también para el despido de H.R. McMaster y de Rex Tillerson "por ser anti israelíes" y no estar suficientemente dispuestos a ir a la guerra con Irán. El Secretario de la Defensa, James Mattis, es el único adulto que se queda en el salón cuando se discute la política exterior –se cree que es el próximo despedido.
¿Cómo lo hace Adelson? El dinero habla. El tipo cuenta con alrededor de 35 mil millones de dólares. Su fortuna provino de casinos tanto en Estados Unidos como en China, cosa que algunos consideran fomento del vicio. Para comprar y mantener el apoyo republicano a las políticas derechistas y sionistas Adelson ha donado hasta ahora lo que para él es un sencillo, la cantidad de 55 millones de dólares en lo que va del año en apoyo a los candidatos del partido republicano a las elecciones de medio período. En el año 2016 donó grandes sumas a la campaña de Donald Trump y otros republicanos, aportando 35 millones de dólares al primero y 55 millones de dólares a las dos más altas esferas republicanas PACS (sigla en inglés) el Fondo para el Liderazgo del Congreso y el Fondo para el Liderazgo del Senado.
En la corrupta cultura política norteamericana, un monstruo como Sheldon Adelson puede comprar tanto a la Casa Blanca como al Congreso por cuenta de un gobierno extranjero por la irrisoria suma de 150 millones de dólares o algo así. Para él se trata de una inversión razonable, tomando en cuenta sus opiniones, puesto que a través de él Israel es capaz de controlar una gran porción de la política exterior de Estados Unidos al tiempo que también recibe anualmente miles de millones de dólares de parte del Tesoro de Estados Unidos. Y para aquellos que creen que esto sería diferente si los demócratas estuvieran a cargo, piénsenlo de nuevo. Los demócratas tienen su propio Adelson. Su nombre es Haim Saban, magnate de los medios de comunicación de origen israelí-norteamericano quien ha declarado "yo soy hombre de un solo tema y mi tema es Israel". También es el mayor contribuyente individual del Partido Demócrata.
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