"La dependencia de las personas de la televisión
es el hecho más destructivo de la civilización actual."
Robert Spaemann
Un amigo, quien por cosas de la vida–el amor– estuvo muchos años viviendo en Estados unidos; no sale del asombro, cuando ve las noticias de las interminables, y osadas caravanas de centroamericanos dirigiéndose a la casa del "sueño americano". El compañero aprovechó la larga estadía en el país de los ilusiones, para estudiar, trabajar, y sortear miles de peligros, y en una oportunidad lo "acarició" la muerte, al estar en un sitio, donde ocurrió un tiroteo, el cual dejó varios fallecidos, entre ellos, a un compañero. Escuchar hablar a este amigo, nos permite conocer al monstruo por dentro, y al final entender la razón para estar sorprendido por las indetenibles informaciones de un hecho inesperado por el creador de fantasías: el gran poder mediático de los EE. UU, a pesar de su gran capacidad para ocultar, todo, cuanto sirve para conocer la verdad, y la realidad de los países, donde meten sus garras para aterrorizar a sus pobladores.
El sábado 13 de octubre, partió de Honduras, un verdadero rio humano, espantado por el hambre, la miseria, y la violencia, desatada en los últimos años por la política impuesta por los Estados Unidos, a través de un títere, totalmente desconocido: Juan Orlando Hernández, quien sigue, casi en el anonimato, a pesar de los encendidos escándalos por la manera, como llegó a la presidencia, y luego de una reelección cargada de fraudes; a tal punto, que en cuestiones de horas, revirtieron los resultados para darlo ganador; una pieza impuesta desde la "CASA BLANCA" por una diferencia tan insignificante: 0.01%, que ni siquiera la OEA–la poceta de la política imperial–pudo justificar el resultado; al final concluyó con una alcahuetería más: "El proceso es de baja calidad lectoral y por ende no se puede afirmar que las dudas sobre el mismo estén esclarecidas".
Todo esto sucedió después del golpe de estado, contra Manuel Zelaya, dirigido, desde los Estados Unidos. Desde ese momento, la situación de los hondureños, cambio de manera radical. Las cifras sobre el desempleo, la desnutrición, la violencia, y las condiciones de salubridad son aterradoras. Por el otro lado, no hay una persona en nuestra América, que no cargue, o por lo menos, haya oído, el llamado "sueño" americano; un imán utilizado por los grandes medios para atraer, y en el menor de los casos, embelesar a cualquier obsesionado mortal, por los "verdolagas", convertidos en los últimos años, en el bozal para someter a cualquier país de este lado del continente.
La gran paradoja noticiosa en estos momentos, es precisamente el motivo de las caravanas. ¿Quién se imaginaba un éxodo incalculable hacia EE.UU? ¿Por qué emigran hacia allá? Las respuestas a estas interrogantes se encuentran precisamente en la manera, como los laboratorios mediáticos al servicio del imperialismo, manipulan la mente del ser humano; y el que no esté firmemente claro por el nivel de consciencia, fácilmente sucumbe antes el bombardeo constante, presentándonos al coloso estadounidense, como la tierra de las mil maravillas, cuando los niveles de desigualdad, se hacen más evidentes en todos los órdenes de la vida.
El mundo lo mueve los medios, y cada momento el ser humano se va compenetrando con los grandes avances tecnológicos, y esa dependencia se va convirtiendo en un mecanismo para atrapar a millares de personas, hasta llevarlos creer en cualquier noticia lanzada, como un relámpago, pero con la fuerza suficiente para despertar la curiosidad necesaria en una masa ansiosa por salir de las condiciones inhumanas, impuestas por el capitalismo.
Las últimas informaciones sobre el éxodo de centroamericanos–salvadoreños, guatemaltecos, hondureños– hacia los Estados Unidos, no son nada halagadoras, por muchas razones; entre las más visibles, están las declaraciones del pistolero de la CASA BLANCA: Donald Trump, quien sin mucho rodeo, amenazó con dispararles, si se atreven a cruzar la frontera; pero en el caso hipotético que lleguen a la tierra "deseada", se van a conseguir con las mismas calamidades, que dejaron en su tierra natal, y lamentablemente van a engrosar las estadistas crecientes de pobres. Es decir salen de una sucursal del capitalismo, para buscar la casa matriz, obnubilados por los medios, y se encuentra con la gran paradoja: el monstruo queriéndose comer a todo el que no entienda la realidad de un sistema parasitario, con los siguientes datos: "El 1% las familias más ricas controló el 38,6% de la riqueza del país desde el 2016; con El 90% de las familias con menos ingresos, ahora solo tiene el 22,8% de la riqueza, una reducción de aproximadamente un tercio comparado con 1989" Cifras, como para regresarse, y empezar a luchar por la verdadera independencia. Veremos el resultado, y el tratamiento del gobierno estadounidense, a un problema creado por sus laboratorios al servicio de la mentira, para mantener la hegemonía en los países pobres.