Si asombra la terrible campaña mediática internacional de la migración venezolana, mayor estupor causa esa voluminosa cantidad de dólares que ha recibido Colombia bajo el falso argumento de proteger a los connacionales que llegan al vecino país.
Según datos recabados en medios de comunicación social, Colombia ha recibido al menos 32,4 millones de la divisa norteamericana por parte de organismos internacionales, con el argumento de atender la migración venezolana. Piden los recursos públicamente, van de país en país por el mundo si no el presidente Iván Duque, su ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo.
Una suma de dólares muy atractiva que no se sabe en qué los gastan, si vemos en los medios de comunicación social a venezolanos pidiendo o laborando de buhoneros en las calles colombianas, desamparados, hambrientos, al extremo que, al tener la oportunidad, se regresan a Venezuela.
Abultado monto de dinero que, además, hace comprender ese despliegue informativo según el cual en el mundo solo ven desplazados venezolanos, descaradamente soportada en el uso de los fake news. Una campaña mediática la cual devela que el corazón de la oligarquía santandereana -que dice conmoverse con la migración de nuestra patria-, es una alcancía, un cochinito de plástico o de arcilla sin fondo, al cual le echan y le echan dólares y nunca se llena.
No he visto definición más precisa y certera con respecto a esa oligarquía, que la planteada por el canciller de República Bolivariana de Venezuela, Jorge Arreaza en un tuit que, con todo respeto, me permito reproducir: “El señor @IvanDuque se ha convertido en experto ‘vividor’ del sistema multilateral. Colombia tiene récord en recibir recursos y ‘darles otro uso’. Para parar la violencia, las drogas, negociar la paz, ahora migración. Hay más drogas, más violencia y no respetan los acuerdos de paz”.
Imposible creer en esa supuesta compasión del Gobierno colombiano hacia los migrantes venezolanos; en Colombia hay situaciones peores como el caso de los niños que mueren constantemente por desnutrición en la Guajira, y la oligarquía enquistada en el Palacio de Nariño no dice ni hace nada.
Ni siquiera se inmutan pese a que llevan su sangre, son colombianos igual que ellos, sin embargo, piden dólares solo para los venezolanos migrantes. Allá el que crea en ese tipo de sentimientos, para mí el sentir y el amor hacia nuestros semejantes están por encima de nacionalidades, color, raza, religión ¡Por Dios!, los seres humanos debemos ser prioridad en el corazón de nosotros mismos.
Los señores de la oligarquía colombiana detestan a los señores y señoras de ascendencia guajira que forman parte de su territorio. Están allí en su país y no los toman en cuenta, tanto que cuando un presidente colombiano viaja a esa subregión, hay un despliegue informativo como si viajara a otro país. Toda una sensación, por cuanto muy pocas veces van. Aunque eso no es solo cuando viajan a la Guajira, sino a todas las poblaciones fronterizas. La “selecta” oligarquía santandereana cree que Colombia es solo Bogotá.
Pero siguiendo con el desaguadero de recursos so pretexto de los migrantes, llama la atención el hecho de que muchos dólares suministrados a Colombia, lo hacen a través de las ONGs y nosotros tenemos muy mala experiencia de esas organizaciones.
En Venezuela esos organismos presentados ante la población como fundaciones filántropas, altruistas, fueron utilizados por el imperio norteamericano, para financiar la violencia, los golpes de estado, el terrorismo, la destrucción, la muerte.
Todo, como se puede apreciar, siempre conduce a esa conspiración, a ese oscuro y perverso entramado existente en contra de Venezuela, que busca acabar con el gobierno revolucionario del presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, hecho en el cual participa abiertamente la oligarquía santandereana y aprovecha sin desparpajo, para pisar el terreno que a ellos les encanta, el terreno de los dólares, de muchos, muchísimos dólares.