Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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El presidente ruso Vladimir Putin lo dijo de manera sucinta cuando recientemente advirtió que las perspectivas de paz en Ucrania eran escasas en la medida que las actuales autoridades se mantengan en el poder en Kiev. Y peor aún, dada la nueva ronda de provocaciones de parte del régimen de Kiev, toda la región está siendo amenazada por un conflicto o incluso una guerra total.
Parece claro –y criminalmente abominable—que el régimen de Kiev y su presidente, Petro Poroshenko, traten de arrastrar a Estados Unidos y a la alianza militar de la OTAN a una guerra con Rusia. La incendiaria conducta de los políticos ucranianos y sus militares es la de un régimen fuera de control, sin ninguna preocupación por mantener la paz internacional. Pero este Frankenstein es de la entera responsabilidad de los gobiernos norteamericanos y europeos, los cuales han habilitado y condonado su irresponsable comportamiento.
La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajarova, lo expresó con precisión cuando declaró que Rusia es el factor que estoicamente está impidiendo que Europa se deslice hacia la guerra, conteniendo la conducta provocadora del régimen de Kiev. No obstante, este régimen pone la realidad al revés, alegando que "la está defendiendo de la agresión rusa".
El reciente incidente en el Estrecho de Kersh fue un cínico y flagrante intento de parte de Poroshenko de incitar un conflicto con Rusia. Tres navíos de guerra ucranianos violaron la frontera marítima de Rusia mediante una deliberada y amenazante maniobra. Moscú está en su legítimo derecho de detener los bien armados navíos y a los 24 miembros de su tripulación, algunos de los cuales eran agentes secretos.
De manera absurda Kiev acusa a Rusia de "ilegalidad". Y lo más asombroso aun, los gobiernos de Estados Unidos y Europa parecieran dar crédito a esta perversa narrativa y también están sermoneando a Rusia por el incidente. Poroshenko ha estado apelando a los medios de prensa urgiendo apoyo militar norteamericano y de la OTAN.
Esta semana se informó que la Sexta Flota de Estados Unidos está planeando el envío de un navío al área del Mar Negro "en respuesta a la agresión rusa".
También se informó esta semana que aviones de guerra norteamericanos volaron sobre territorio de ucraniano bajo el denominado Tratado de Cielos Abiertos en un descarado alarde de fuerza ante Moscú.
Luego del incidente del Estrecho de Kersh, el régimen de Kiev ha ido aún más lejos para inflamar las tensiones con Rusia.
Se encuentra tratando de renovar su intento de provocar un cisma histórico en la Iglesia Ortodoxa Rusa. Es evidente que los políticos de Kiev están tratando de provocar un conflicto sectario entre los ucranianos, muchos de los cuales desean permanecer en la denominación Ortodoxa Rusa en vez de una presunta nueva y separada iglesia de Ucrania. Esta perversa agenda también trata de provocar a Moscú que se vería obligado a defender la seguridad de los miembros e intereses de su iglesia.
Hubo también informes confiables en el sentido que las fuerzas armadas de Ucrania esta semana movilizaron tropas y artillería hacia la Línea de Contacto con los regímenes separatistas de Lugansk y Donetsk. El régimen de Kiev ha estado librando una guerra de baja intensidad contra el pueblo de etnia rusa en el Oriente de Ucrania por más de cuatro años, porque ellos se niegan a aceptar la legitimidad del golpe de estado de febrero de 2014 que derrocó al gobierno elegido. A pesar del tratado internacional de paz, los Acuerdos de Minsk del 2014 y 2015 el régimen de Kiev no ha mostrado indicios de otorgar la autonomía a las regiones del Donbas y ha continuado con su agresiva campaña militar. La movilización de esta semana de las fuerzas armadas de Ucrania –e informes sobre la presencia de tropas de la OTAN—plantean la preocupación en el sentido que el régimen de Kiev está deliberadamente desestabilizando la región.
Poroshenko y su camarilla rusofóbica están pidiendo el apoyo de la OTAN en caso de una confrontación con Rusia. Este imprudente y premeditado propósito guerrerista, que ha sido siempre la tendencia del régimen de Kiev desde que tomó ilegalmente el poder en un golpe de estado –con respaldo de la CIA el año 2014. Los gobiernos norteamericanos y europeos son responsables de la creación de una situación altamente peligrosa adulando a Kiev con apoyo militar y financiero.
La relevancia con relación a los orígenes de la II Guerra Mundial es demasiado alarmante como para ignorarla. Fue a través de Ucrania que el Tercer Reich de Alemania lanzó su catastrófica ofensiva contra la Unión Soviética en el mes de junio de 1941. Actualmente, el régimen de Kiev es reminiscentemente de afiliación Neo Nazi y de una mentalidad rabiosamente anti rusa. Su desequilibrada conducta está siendo complacida por los gobiernos norteamericanos y europeos en lo militar y en los medios de prensa –ya sea por ignorancia o de manera más siniestra, por un intento premeditado de montar una confrontación con Rusia.
Hace solo setenta y tres años del fin de la II Guerra Mundial. Es increíble que a pesar de la memoria viviente de ese horror, el mundo una vez más esté en peligro debido a un criminal desprecio por el derecho internacional –y en la misma ubicación geográfica.
Los gobiernos occidentales son cabalmente responsables de la actual inestabilidad y potencialmente incendiaria situación. En consecuencia, deben actuar de inmediato para contener al régimen de Kiev –en el caso que ellos de manera genuina deseen mantener la paz con Rusia.
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