Fuente: Wikipedia
BLOQUEO NAVAL A VENEZUELA DE 1902-1903
El Bloqueo a las costas venezolanas fue un incidente diplomático entre fines de 1902 y principios de 1903 en que las marinas de guerra del Imperio Británico, el Imperio alemán y el Reino de Italia1 franquearon las costas y puertos de Venezuela exigiendo el pago inmediato de las deudas contraídas por el gobierno a las compañías de sus connacionales. El bloqueo naval tuvo su fin con el Protocolo de Washington el cual fue firmado en esa ciudad el 13 de febrero de 1903 ya que Estados Unidos actuó como mediador al ser un partido neutral en la situación (aunque sus intervención solapada fue descubierta posteriormente). En este protocolo se acordó que Venezuela pagaría a plazos sus deudas con el 30% de sus ingresos de aduana.
¿BLOQUEO O UNA GUERRA?
Esta agresión fue llevada a cabo por Inglaterra, Alemania e Italia contra Venezuela para dirimir con Estados Unidos de Norteamérica áreas de influencia en territorios americanos, se escudaba en el cobro compulsivo de deudas morosas y el reconocimiento de reclamaciones pendientes, a pesar de que sobre estas últimas el gobierno venezolano mantenía objeciones doctrinarias sustentadas en principios de derecho internacional.
El 9 de diciembre de 1902, 15 unidades de la armada inglesa y alemana actuando en operación conjunta atacaron el puerto de La Guaira. Desembarcaron tropas en los muelles, de los cuales se apoderaron; a las 12 de la noche fuerzas alemanas atravesaron la ciudad para conducir sus representantes diplomáticos a bordo de la flota y así ponerlos a salvo de una eventual represalia del gobierno venezolano. A las 5:00 a.m. del día 10 los ingleses harían lo mismo, trasladando además a varios connacionales que exigían protección.
La pequeña marina de guerra venezolana no opuso ninguna resistencia al no estar a la altura de las circunstancias. Estaba compuesta por buques en su mayoría de procedencia civil, armados con cañones y lanzatorpedos para uso militar. En total eran diez "cañoneros" en servicio: Bolívar, Miranda, Monagas, Federación, Augusto, Ossum, Totumo, General Crespo, Margarita y Restaurador. A esta pequeña flota se le sumaban el transporte Zamora y el remolcador Zumbador. Los cañoneros Totumo y General Crespo fueron remolcados a mar abierto por los alemanes y hundidos el 10 de diciembre. Marinos armados del acorazado inglés HMS Retribution abordan el Ossum y el Margarita, destruyéndoles las máquinas. El Capitán del crucero SMS Gazelle, Tito Türk, aborda la vieja cañonera Restaurador en el puerto de Guanta el 11 de diciembre de 1902. Arresta a la tripulación y convierte el buque en el SMS Restaurador al servicio de la Marina Imperial Alemana (Kaiserliche marine). Sin flota para enfrentar a los agresores, el presidente Castro se defiende con retumbante proclama: "¡La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria!" Su eco se refleja en la Doctrina Drago, suscrita por el Ministro de Relaciones Exteriores argentino de la época, Luis María Drago, mediante la cual argumenta la ilegalidad del cobro violento de las deudas por parte de las potencias más importantes de la tierra en detrimento de la soberanía, estabilidad y dignidad de los Estados débiles.
Ante esta situación, Castro ordena la preparación general del ejército para responder a la desigual confrontación y aumenta su plataforma política mediante un oportuno acercamiento a su principal opositor el "Mocho" Hernández y a su Partido Liberal Nacionalista. En las principales ciudades del país se producen ruidosas manifestaciones de apoyo al «restaurador», en lo que se considera como una importante evidencia de nacionalismo antiimperialista. Incluso pacifistas como el Doctor José Gregorio Hernández se enrolan como voluntarios. Aunque transitorio, el movimiento popular fortalece al Gobierno e influye en el sesgo que, en breve, toman los acontecimientos. La opinión política y el presidente se aproximan al Gobierno norteamericano invocando la Doctrina Monroe, cuando aumentan los rumores en relación con el interés británico y alemán de asentar fuerzas permanentes en territorio venezolano. Sin embargo el presidente Theodore Roosevelt solo se ofrece como mediador en el conflicto aunque era evidente su participación solapada en tales agresiones.
Entre los días 12, 13 y siguientes, el crucero protegido inglés de clase Astrea HMS Charybdis y el crucero alemán SMS Vineta bombardearon con extrema precisión el castillo Libertador y el fortín Solano de Puerto Cabello destruyendo sus cañones. Pocos días después, a la escuadra anglo-germana se unieron tres buques de la armada italiana para servir a la expedición en tareas de acompañamiento logístico. El crucero italiano Elba fue el primero en llegar en frente de la costa de La Guaira el 16 de Diciembre y el día siguiente llegaron el crucero armado Giovanni Bausan y el crucero acorazado Carlo Alberto.3 Italia fue encargada del bloqueo del puerto de Vela de Coro (Estado de Falcón).
También se unieron al bloqueo buques de Holanda, Bélgica y España.
El 22 de diciembre de 1902 el vicealmirante inglés Archibald Lucas Douglas, comandante de la armada conjunta, en esta ocasión a nombre del imperio británico, hizo publicar en el diario El Heraldo de La Guaira la siguiente disposición: "Por la presente se notifica que un bloqueo ha sido declarado para los puertos de La Guaira, Carenero, Guanta, Cumaná, Carúpano y las bocas del Orinoco, y se hará efectivo desde y después del 20 de diciembre...".Solo se refería a La Guaira y a las costas situadas al este de dicho puerto, porque las occidentales quedaron a cargo de los alemanes.
El comandante de éstos se dirigió al castillo de San Carlos de la Barra en los siguientes términos: "Según ordenanzas de Su Majestad el Emperador de Alemania declaro por la presente el bloqueo de los puertos venezolanos de Puerto Cabello y Maracaibo".
El bloqueo para Puerto Cabello empezó el 22 de diciembre y el de Maracaibo el 24 de diciembre. En ambas ciudades se asentaba una importante colonia alemana.
Durante el bloqueo y en los meses siguientes, un movimiento popular de respaldo a Cipriano Castro se hace sentir en Latinoamérica, pero solo un Gobierno protesta de manera expresa ante lo acontecido: la República Argentina, por intermedio de su canciller, Luis María Drago, expide el 29 de diciembre de 1902 un documento doctrinal sobre la ilegalidad del cobro violento de una deuda, ejercido por grandes potencias en detrimento de Estados pequeños.
El sábado 17 de enero de 1903, el cañonero SMS Panther apoyado por el crucero ligero SMS Falke, ambos de la marina imperial alemana (Kaiserliche marine), persiguen a una goleta mercante que había burlado el bloqueo e intentan pasar por la barra del Lago de Maracaibo desprovista de balizaje ya que los venezolanos habían retirado las boyas del canal de navegación. El capitán del Panther al no conocer la batimetría de aguas someras del sitio, encalló el buque cerca del castillo de San Carlos de la Barra, quedando a tiro de los cañones de la fortaleza zuliana. De inmediato empezó un duelo de artillería entre las baterías del castillo y los buques invasores denominado popularmente como "la Cañonera". Los artilleros venezolanos Manuel Quevedo y Carlos José Cárdenas con un cañón Krupp de 80 mm, (que por coincidencia era de fabricación alemana) lograron hacer varios impactos en el Panther, averiándolo de consideración.[cita requerida] En esta acción resultaron seis heridos en el castillo San Carlos.
El martes, 20 de enero de 1903, llega procedente de Puerto Cabello, el crucero protegido SMS Vineta en auxilio del Panther, para realizar al día siguiente un bombardeo de ocho horas de duración al indefenso pueblo de San Carlos ocasionando cerca de 25 muertos. Poco después, el Panther logra salir del área.
Todos estos actos de violencia se produjeron sin una previa declaración de guerra emitida por alguna de las partes y sin que mediaran ofensas venezolanas a los agresores, que supusieran la necesidad de una respuesta tan drástica como la que constituyeron los actos mencionados.
Luis María Drago.
Sobre estos acontecimientos se han manejado muchos comentarios, pero todos conducen a dos proposiciones básicas.
La primera, muy debatida y puesta en duda desde los primeros días del bloqueo en el parlamento británico por los miembros de la oposición, así como posteriormente en foros, prensa y análisis historiográficos, fue expuesta por el primer ministro David Balfour ante la Cámara de los Comunes; ella tendría su origen en la renuencia del gobierno venezolano a reconocer reclamaciones pendientes por daños y perjuicios causados a las personas y propiedades de súbditos de las potencias atacantes, así como el cobro de la deuda pública externa que el país mantenía en crónico estado de mora con Inglaterra y Alemania. Efectivamente, al 31 de diciembre de 1902 Venezuela era deudora de estas potencias por 119 300 000 Bolivares (Bs), saldo al que se habían acumulado 46 000 000 Bs por intereses. El gobierno venezolano había suspendido el pago de esta deuda debido a la crisis económica que atravesaba el país. Desde 1900, el ingreso fiscal apenas promediaba Bs 30 000 000 y los gastos de guerra a que obligaban los continuos alzamientos internos de la época solo empeoraban la situación e impedían que se atendiera a las exigencias de los acreedores. Al monto de la deuda se agregaba el de las reclamaciones, tramitadas a través de canales diplomáticos por los supuestos agraviados y que se situaba en 186 500 000 Bs. El gobierno venezolano no se mostraba dispuesto a reconocer estas reclamaciones porque estimaba -y luego quedó demostrada la certeza de su posición- que exageraban en mucho el cálculo de dichos daños. Venezuela era un país internacionalmente insolvente, sin ninguna capacidad de pago al momento del bloqueo. Pero, como lo expresó la oposición británica en la Cámara de los Comunes, otro debió ser el procedimiento para exigir el pago.
La segunda tesis acerca de los motivos profundos que condujeron al bloqueo resulta mucho más compleja y de difícil demostración, como no sea por los indicios circunstanciales de un cuadro geopolítico de gran amplitud, a través de cuyo análisis se facilita la comprensión del problema. Desde los mismos días del bloqueo se ha sostenido que, en el fondo de su ejecución, estaba en juego el equilibrio mundial del poder; que las potencias europeas lo utilizaron como medio para someter a prueba la política de poderío extranacional mantenida por Estados Unidos. El 1 de junio de 1903 el escritor venezolano César Zumeta publicó un artículo en el número 4 de la revista Némesis, editada en Nueva York, donde se expresaba así: "...Alemania ha resuelto obtener de Estados Unidos, de grado o por la fuerza, una revisión de la doctrina Monroe, que le abra la puerta a ella y a las demás potencias que lo deseen, esferas de influencia al sur del Canal de Panamá [...] se prejuzga que sea en el Caribe donde se libren las batallas que han de decidir los destinos de la América española..." Lo cierto es que el conflicto tomó un curso que derivó en el sentido expuesto, al intervenir Estados Unidos ante Inglaterra y Alemania para que levantaran el bloqueo; aun cuando, previamente, el presidente Roosevelt había aceptado una acción punitiva de estas dos potencias contra Venezuela. Esta posición fue planteada ante el Departamento de Estado a manera de presión destinada a forzar el pago de las deudas y la aceptación de las reclamaciones pendientes. Sobre esta actitud estadounidense, se ha escrito que fue una hábil jugada política para provocar el conflicto y sobre esa base dirimir áreas de influencia ante el poderío europeo.
FIN DEL BLOQUEO
El bloqueo fue levantado en virtud de los protocolos firmados en Washington el 13 de febrero de 1903 con los agresores y otras naciones, para cuyas discusiones Venezuela nombró como representante diplomático al ministro estadounidense acreditado en el país, Herbert Wolcott Bowen ya que Estados Unidos estuvo como mediador al ser un partido neutral en la situación.4
Por medio de aquellos instrumentos se formalizó el levantamiento del bloqueo naval y el compromiso de reiniciar el pago de la deuda externa que fue reducida de 352 000 000 Bs de capital e intereses más indemnizaciones de guerra a 150 900 000 Bs, menos de la mitad que las demandas iniciales de los reclamantes. En este Protocolo se acordó que Venezuela pagaría con el 30 % de sus ingresos de aduana.
CONSECUENCIAS
Una de las consecuencias que afectó directamente al Estado venezolano fue la amputación de parte de su territorio geográfico, en un "acuerdo" entre este país y los acreedores del préstamo, a saber, Holanda, Alemania y Francia. En este "acuerdo" entre partes, Venezuela debió entregar Curazao, Aruba y Bonaire.5
Las consecuencias del bloqueo naval se manifestaron en un incremento de la influencia norteamericana en la América Latina mediante la promulgación del Corolario Roosevelt de 1904, una sustancial "enmienda" a la Doctrina Monroe por parte del presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt. En su estado alterado, la Doctrina de Monroe ahora consideraría a América Latina como territorio para expandir los intereses comerciales de los Estados Unidos en la región, adicional a su propósito original, de mantener a la hegemonía europea fuera del hemisferio.
En esta enmienda el presidente Roosevelt afirmó que si un país latino-americano y del Caribe situado bajo la influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas.
Este corolario supuso, en realidad, una carta blanca para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe y establece de facto derechos "quasi o neocoloniales" de Estados Unidos sobre países de la región, derechos similares a los que tanto Inglaterra como Francia se otorgaban a sí mismos sobre los países de sus áreas de influencia de acuerdo a los tratados de la Entente cordiale.
En 1908 tras la ascensión al poder de Juan Vicente Gómez, las relaciones internacionales rápidamente mejoraron, en especial con los Estados Unidos que enviaron a las costas venezolanas, a petición del mismísimo Gómez, los acorazados USS Maine, USS Des Moines y al crucero acorazado USS North Carolina y el crucero USS Dolphin, para someter cualquier revuelta interna; oportunidad que aprovecharon los estadounidenses para disuadir una nueva incursión naval europea en Venezuela y reafirmar la Doctrina Monroe.