Mi palabra

Bolivia herida por el imperialismo y sus cachorros

"Todo el mal que puede desplegarse en el mundo

se esconde en un nido de traidores".

Francesco Petrarca

Los traidores no descansan, y pocas veces se les ve la cara. Para ellos la conciencia son los dólares. A todos los amamanta el imperialismo, como una perra a sus cachorros. El libreto es el mismo, desde que se conoce el imperialismo, pero ahora con todos los adelantos tecnológicos a su alcance, ponen a funcionar sus piezas, como verdaderos ROBOTS. No es simple casualidad la dolarización inducida por el gobierno estadounidense en determinados países–Ecuador, y ahora Venezuela–para exprimir la poca razón del común de sus habitantes, cuando la impostergable misión es defender la soberanía e independencia de la patria.

La lucha de los pueblos, esta marcada por estos personajes, quienes dan la cara en el momento justo, cuando su amo les ordena. El Chile de Salvador Allende, quedó, como un vivo ejemplo de lo que es capaz el imperialismo, cuando logra penetrar las instituciones con todo el poder e influencia de los "verdolagas". Pinochet, hasta el último momento parecía una mansa oveja, y nadie se imaginaba la clase de traidor, que acompañaba al Presidente antes el acoso constante de la oligarquía y sus secuaces. Han pasado 46 años de esa fecha funesta, y todavía no se puede contabilizar la cantidad de muertos, y desaparecidos por la dictadura, y los gobiernos burgueses que continuaron en el poder amparados por la constitución del dictador Augusto Pinochet.

La historia es la misma: todo pueblo que, dignamente escoge el camino de la liberación y la independencia, corre todas los amenazas e intentos de golpe de lo que es capaz el imperialismo, como el que acaban de ejecutar en Bolivia. ¿Cuántos ensayos han puesto en práctica en Venezuela? No, solamente en este período del proceso bolivariano; incluso en años anteriores, cuando llegaba algún gobernante de la misma burguesía, pero con ciertas inclinaciones verdaderamente democráticas, pensando en sus compatriotas, rápidamente, empezaba lo más rancio de la oligarquía a buscar la manera de quitarlo del poder. Son varios los ejemplos, el cual sirven, como enseñanzas en medio de los arrebatos de la fiera herida: el imperialismo.

Lo de Bolivia es un nuevo zarpazo de los vende patria, –golpe anunciado– alentados y dirigidos por el gobierno estadounidense, y la OEA, representada por el verdadero cabrón del imperialismo: Luis Almagro, quien sigue los acontecimientos totalmente callado, y la única expresión, que se tenga conocimiento, es el llamado a unas nuevas elecciones, pero por nada cuestiona el golpe de estado contra el Presidente legítimamente constitucional: Juan Evo Morales Ayma. Sin embargo, podemos asegurar sin temor a equivocarnos, copiando las palabras de Salvador Allende, cuando el 11 de septiembre de 1973, el sonido de las bombas asechaba el palacio de la moneda: "La semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos–en el caso reciente: bolivianos–no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos".

 



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Narciso Torrealba


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