Claro que es un presidente corrupto

Lo ha dicho la Senadora demócrata de mayor rango en el Congreso de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, el acto de Trump, “es un acto de asombrosa corrupción”

Afirmó esto al referirse a la decisión del Presidente de los EE UU de conmuntar la condena a su amigo y ex asesor político Roger Stone, quien el martes próximo debía ingresar a prisión por haber sido condenado a más de 3 años de cárcel. Donald Trump de forma unilateral conmutó la pena de Stone por considerar que es inocente y víctima de persecución política, según publicó en Twitter “Roger Stone fue blanco de una caza de brujas ilegal que nunca debería haber ocurrido”.

Stone  fue investigado por el Fiscal especial de la trama rusa Robert Mueller, y condenado a 3 años y 4 meses de cárcel al ser declarado culpable de los delitos que se le imputaron.

Hasta ahora apenas el único miembro del Partido Republicano que ha cuestionado la decisión de Trump es Mitt Romney, quien es senador por Utah y publicó en twitter que Estados Unidos está ante una corrupción histórica sin precedentes.

Que interesante sería oír las opiniones de los críticos de los gobiernos de países opuestos a las políticas de Washigton, en Latinoamérica, como Nicaragua, Cuba o Venezuela.

A todos los que por cualquier decisión soberana que toman los gobernantes de estos países los acusan de corruptos. Señalan a los sistemas de autoritarios y de dictatoriales, apelan a la sacrosanta “división de poderes” que según ellos en la “democracia” debe estar por encima de todo lo demás.

No dirán nada, así como tampoco han dicho nada acerca de lo que declaró Trump, el mismo que según sus colegas políticos de Estados Unidos es un presidente corrupto, cuando afirmó recientemente “algo grande va a pasar con Venezuela” y cuando le preguntaron acerca de si Estados Unidos estará implicado confirmó “estaremos muy involucrados”.

El planeta entero está al tanto de los desmanes y de los atropellos de los que ha sido víctima Venezuela, por parte de los distintos gobiernos de los Estados Unidos, pero ha sido el gobierno del actual Presidente corrupto, Donald Trump, quien ha actuado con más descaro interfiriendo abiertamente y apostando al derrocamiento del gobierno de un país soberano como Venezuela.

No hay que ser de izquierda para reconocer que la política que el gobierno de Estados Unidos practica contra Venezuela atenta contra el derecho internacional y ningún pueblo que se considere digno y soberano estaría dispuesto a aceptarla.

Pero lastimosamente sobran aquí quienes se hacen de la vista gorda ante un presidente calificado de corrupto en su propios país, mientras apuestan a seguir dañando a Venezuela como único medio por el que  apuestan, algún día, acceder al poder político que desde que apareció Hugo Chávez no han podido conquistar con votos en las urnas.

Lo más grande que seguirá pasando en Venezuela es que el imperio más poderoso de los últimos  tiempos sigue siendo derrotado políticamente por un pueblo heredero de la gesta de Bolívar y de los hombres y mujeres que hace más de 200 años derrotaron al imperio español.    

 


 



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Juan González


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