"El poder es como un explosivo:
o se maneja con cuidado, o estalla"
Enrique Tierno Galván
El imperialismo para mantener la hegemonía en el mundo, recurre a cuanta artimaña se le ocurre. Los últimos tres mandatarios de los EE.UU, presentan una sola diferencia muy marcada: el color de la piel, y podemos añadir el pasito tun tun de Barack Obama, como cualquier modelo en una pasarela presentando las últimas innovaciones de la moda, y no es para menos la escogencia de este personaje; tenían que borrar de la mente de millares de personas en el mundo la macabra estadía de su antecesor George W. Bush en la Casa Blanca, al invadir a Libia, Irak, y Afganistán, con argumentos tan falsos, como el caminar de Obama; dejando una cifra impresionante de muertos, ruina y saqueos, difícil de olvidar a través de la historia.
Busk, se encargó renovar la guerra en el medio oriente, en busca de su principal fuente de energía, el petróleo. Las invasiones a Irak, Libia, y Afganistán, sirvió por la otra parte, para avivar las agallas de los fabricantes de armas; un negocio tan rentable en la vida económica de USA, pero tan peligroso en esa sociedad, que estudiosos de ese medio, empiezan alertar e imaginarse los resultados de producirse una guerra civil, cuando todo el mundo anda armado, y un alto porcentaje con armas largas, el cual exhiben libremente en el resguardo de los negocios. El torpe de Bush dejó el camino trazado para las siguientes amenazas de su reemplazo en la presidencia el mulato Barack Obama, quien por el simple hecho del color de su piel, despertó esperanzas en muchos amnésicos en América Latina, hasta hace poco en un alto porcentaje el propio patio trasero de los EE. UU.
La frustración y el desengaño llegó muy rápido, porque apenas Barack Obama, recibió la presidencia, previamente programado por el engendrador de estos robots al servicio del gran capital: el imperialismo; se les vieron las intenciones de cumplir con las ordenes establecidas, al tratar en lo posible de ocultar los hechos del medio oriente, abriendo un nuevo frente de batalla verbal: la guerra de la información; escogiendo a Venezuela, como el blanco para tirarle toda la basura, que no podían esconder, y a la vez afincar el "sueño" americano, haciéndoles creer a miles de incautos, que la democracia pura y ejemplar para las demás naciones, se cultiva y se práctica en los Estados Unidos, y casi al despedirse de su mandato firmó un decreto tan contradictorio, que solamente él, sabe la verdadera explicación, al declarar a Venezuela (una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de los Estados Unidos) y, como si, esto fuera poco, dio inicio al rosario de sanciones contra funcionarios venezolanos.
Nunca está demás repetir, como el imperialismo somete a una rigurosa programación a todos sus altos funcionarios comenzando por el Presidente. La llegada de Donald Trump, lo confirma nuevamente, trataron de presentar algo diferente; es el único que previamente no ocupó ningún cargo político, ni militar; prácticamente salió de la farándula –concursos de bellezas– y en ese trajinar se vio la cara con Alicia Machado, al ser electa Miss Universo. Trump, llegó con la mirada puesta en la parte baja de América del Sur, principalmente hacia Venezuela, descargando verdaderos racimos de amenazas, y sanciones a funcionarios, terminando de implementar un bloqueo criminal, hasta que terminaron de darle cuerdas al robótico de Gauidó, con los movimientos de Obama, y de esta manera crear el caso, con la hasta ahora muy visible e infalible arma: el dólar.
Estos tres personajes electos presidentes del poderoso país del norte, nos demuestra, que no es fácil seleccionar a una persona con la capacidad de un estadista, y menos cultivar en ejercicio esa sabiduría, cuando la tarea dirigida es para que aprenda a manejar a un ejército sanguinario, acostumbrado a escuchar la palabra matar, como un enamorado repetir un piropo de amor, y mientras el mandatario tiene más dinero, significa más arrogancia, hasta creerse dueño y señor del Universo, como lo ha hecho Donald Trump, al no querer dar el brazo a torcer después de su derrota. Pero lo más cumbre y chistoso, lo acaba de expresar George W. Bush, al conocer el asalto al congreso para impedir la certificación del triunfo Joe Biden, cuando dio unas declaraciones a su estilo, donde se le sale lo mente vacía, con un desprecio apabullante hacia los países pobres, que por cierto han sido explotados por distintos gobiernos estadounidenses: "Eso es repugnante propia de una república bananera" Este señor autorizó la invasión a Libia, Irak, y Afganistán, y de paso llegó a la presidencia con unos resultados tan polémicos a los de Trump–Biden.