Según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el fenómeno metereológico conocido como "El Niño", tendría ya efectos devastadores en la seguridad alimentaria, medios de vida, nutrición y salud de cerca de 100 millones de personas en todo el mundo, por lo que sería necesaria una ayuda urgente de más de 7500 millones $ para labores de emergencia y recuperación de infraestructuras. Así, tenemos la brutal seguía padecida por Centroamérica, Colombia, Venezuela ,California Vietnam, Etiopía, Timor Oriental y África Austral; inusuales inundaciones en Somalia, Tanzania, Estados sureños de EEUU, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay así como devastadores incendios en California, Australia, Nueva Zelanda, Chile,Venezuela e Indonesia.
El economista de la FAO Abdolreza Abbassian, en declaraciones a The Associated Press, señaló que para alimentar la población mundial, (que llegará a 9.000 millones de personas en el 2050), se necesitará un incremento de 70% de la producción global de alimentos en los próximos 40 años, tarea que se antoja titánica pues mientras la población mundial crece un 1,55% anual, los rendimientos del trigo (la mayor fuente de proteína en países pobres), habrían sufrido un descenso del 1%. Si a ello le sumamos la intervención de los brokers especulativos en el mercado de futuros de las commodities agrícolas, el resultado sería una espiral de aumentos de precios en las materias primas imposibles de asumir por las economías del Primer Mundo y el finiquito de los Objetivos del Tercer Milenio de reducir el hambre en el mundo, pues según la FAO, desde el 2005 el índice de precios de cereales habría aumentado al doble y el número de desnutridos crónicos en el mundo rozaría en la actualidad los 925 millones de personas.
Por otra parte, según Rystad Energy, la industria petrolera necesita reemplazar 34.000 millones de barriles de crudo al año pero debido al drástico descenso de las inversiones en exploración y producción mundial no sería descartable un posible estrangulamiento de la producción mundial del crudo en el horizonte del 2.025 al concatenarse la recuperación económica de EEUU y la UE con factores geopolíticos desestabilizadores que originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo hasta niveles del 2008. Ello tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas lo que aunado con inusuales sequías e inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente aplicación de restricciones a la exportación de commodities agrícolas de dichos países para asegurar su autoabastecimiento,podría producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial.