La situación en Afganistán se complica

Estado Islámico-Jorasán nueva amenaza

La situación en Afganistán se complica cada día más y desde el pasado jueves con el atentado en Kabul otros actores irrumpen la escena. Unos actores nada convencionales, que se enfrenta a los talibanes por considerarlos moderados.

Es interesante conocerlos para intentar predecir el futuro de esta nación asiática, digo intentar ya que cada segundo luce más complicada e impredecible lo que puede ocurrir en el país afgano.

Buscando información sobre Afganistán aquí y allá, entrando en las páginas web de agencias de noticias BBC, RT, AP, EP, entre otras, hurgando mi biblioteca para conocer sobre este país, leyendo periódicos digitales sobre el tema, conseguí que una nueva amenaza surge para esa nación como lo es el Gran Jorasán, también conocido por las siglas ISIS K, agrupación terrorista que es enemigo de los talibanes y se encuentran detrás de los ataques al aeropuerto de Kabul.

Las agencias de inteligencia yanquis los señalan de estar detrás de los ataques y el propio grupo se atribuyó el atentado de un ataque suicida en donde murieron 90 personas.

Este grupo es una filial del Estado Islámico en Asia Central, tomando su nombre de la región del Gran Jorasán que comprendía los territorios de Irán, Afganistán y Asia Central en la Edad Media.

Surgen en Siria e Irak y comenzó con varios cientos de talibanes pakistaníes que buscaron refugio al otro lado de la frontera en Afganistán al ser expulsados militarmente de su país de origen, reuniéndose con fanáticos de ideas iguales, como talibanes descontentos que desertaban por considerar las políticas actuales del movimiento talibán como pacíficas y blandas.

Existían miembros del movimiento Talibán radicales que molestos por las conversaciones realizadas por la cúpula de esa agrupación con el gobierno norteamericano se pasaron al ISIS. Estos radicales pensaban en que se podría conseguir un triunfo militar.

A estos fundamentalistas se les ha unido un grupo importante del Movimiento Islámico de Uzbekistán, combatientes de la única provincia de totalidad musulmana suní de Irán; y a miembros del Partido Islámico del Turquestán, integrado por uigures del noreste de China.

El ISIS K, el Estado Islámico en Irak y el Levante-Jorasán, de ideología violenta y extrema tiene una promesa de un Califato para unir al mundo islámico, cosa que el movimiento talibán nunca acogió. Ese grupo se encuentran mayormente en la provincia oriental de Nangarhar en Afganistán, cerca de las rutas de tráfico de drogas y personas que entran y salen de Pakistán.

A este grupo le han atribuido muchas atrocidades como ataques contra escuelas, hospitales e incluso una sala de maternidad en mataron a tiros a mujeres embarazadas y enfermeras.

Organizado en 2015, en plena expansión del 'califato' que en esos tiempos lideraba Abu Bakr al Baghdadi y un año después tuvo 2.500 y 8.500 seguidores que mermaron las incesantes operaciones antiterroristas del Ejército afgano con apoyo aéreo y de las fuerzas de operaciones especiales occidentales y que en el 2019 se redujo de 2.000 a 4.000, señala Europa Press (EP).

Desde los años del 2015 al 2021 han perdido sus seis líderes más importantes; cuatro en ataques aéreos y dos detenidos. El 15 de agosto cuando los talibanes tomaron Kabul en la cárcel de Pul-e-Charki liberaron a militantes del Estado Islámico y de Al Qaeda.

Shabab al Muhajir es su líder actual, un árabe experto en guerrilla urbana y el cerebro de algunas de las operaciones más retorcidas cometidas por el grupo terrorista y estuvo anteriormente vinculado con Al Qaeda.

Años atrás al-Muhajir se presumió que los soldados del Califato habían estimulado que 70 países del Este y del Oeste remitieran sus fuerzas a Irak y Siria para luchar contra ellos, y prometió que Alá, que ama a sus soldados, les garantiza la victoria sobre los enemigos del Islam y prometió que el Estado Islámico seguiría con ataques terroristas y su batalla contra Occidente y sus aliados.

La ONU señaló que a pesar de las perdidas territoriales de liderazgo, de personal y financieras sufridas durante 2020 del Estado Islámico en las provincias de Kunar y Nangarhar ha podido trasladarse a otras provincias, como Nuristán, Badghis, Sari Pul, Baghlan, Badajsán, Kunduz y Kabul, en donde los partidarios han hecho células durmientes.

Con la puesta a escena de este grupo de fanáticos combatientes, dispuestos a cualquier acción por cruenta que sea, sumado a la resistencia a los talibanes por parte de los milicianos del valle del Panjshir el futuro de esta nación no luce nada halagador y otra guerra civil bastante cruenta se avecina para este golpeado país.



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José Rosario Araujo


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