La política exterior de los Estados Unidos de Norteamérica, en busca del protagonismo mundial, es un actor que, esta dando mucho de que hablar, dejando claro su principal objetivo en contener al gigante asiático a pesar de su crisis social debido al Covid-19, de igual modo, juega un papel preponderante en el Indo-pacifico, con la finalidad de contener la influencia del gigante asiático y de alguna forma de buscar de lavar su imagen del papel global tras la caótica retirada de Afganistán.
En esta semana, EE.UU., Australia y el Reino Unido anunciaron un histórico pacto de defensa, creando una nueva asociación trilateral conocida como (AUKUS), con el objetivo de trabajar en conjunto para preservar la seguridad y la estabilidad en el Indo-Pacífico, abriendo un nuevo capítulo para profundizar y fortificar lazos de amistad para dar una mayor armonización de las políticas y acciones regionales, así como una mayor integración de los ejércitos y las industrias de defensa de los tres países aliados.
El gobierno chino ante la nueva alianza, reaccionó en la rueda de prensa diaria del Ministerio de Exteriores en Pekín, el portavoz Zhao Lijian aseguró que, "el acuerdo entre los tres países socava enormemente la estabilidad regional y la paz, agrava la carrera de armamentos y perjudica los esfuerzos internacionales contra la proliferación.
Los EE.UU., y sus aliados tratarán de reivindicarse usando la estrategia de los cinco ojos, five eyes, (alianza de inteligencia global), Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD) y los Derechos Humanos (DDHH) para hacerle frente a "las agresiones de China en su espectro de influencia". Sin embargo, China, a pesar de las circunstancias en medio del Covid-19 (Variante Delta), ha sabido maniobrar diplomáticamente y salir airosos. China con su estrategia Franja y Ruta ha avanzado con sus proyectos de cooperación y más en un mundo globalizado donde tiene un alcance gigantesco con sus alianzas estratégicas para expandir sus influencias que son vistas como una amenaza para las potencias occidentales, ya que las mismas tocan intereses geoestratégicos.
Ahora, en un comunicado de la Casa Blanca se informa que, "el presidente Joe Biden recibirá el 24 de setiembre a los primeros ministros de India, Japón y Australia en la primera cumbre presencial de líderes del Diálogo Cuatrilateral (Quad), para enfocarse en la profundización de sus lazos y en avanzar en la cooperación práctica en áreas como el combate al covid-19, encarar el cambio climático, asociaciones en tecnologías y ciberespacio y la promoción de la libertad y la apertura de la región Indo-Pacifico." Este grupo diplomático, es considerado un arma contra la creciente influencia de China.
El coronel español Pedro Baños Bajo, especialista en geoestrategia, mediante un tuit de fecha del 15 de septiembre del presente año dice, "La principal preocupación de los anglo-estadounidenses, y sus aliados, es la potencia que ha venido a quitarles el trono del mundo: China. No saben bien cómo frenarla. Viviremos muchos episodios del enfrentamiento por el poder geopolítico y geoeconómico global, que afectará a todos". El gobierno estadounidense en su desesperación por ser el protagonista mundial no le importa las consecuencias a futuro, solo les interesa el poder del ahora y continuar complaciendo a sus socios internacionales.
Los estadounidenses a pesar de sus estrategias, están siendo cuestionados, el señor Jean-Yves Le Drian, Ministro de Asuntos Exteriores francés, ha declarado: «Ese acuerdo es una puñalada por la espalda. Francia había establecido con Australia una relación de confianza. Esa confianza se ha roto, a nuestras espaldas. El comportamiento de los EE.UU., me preocupa. Se trata de una decisión unilateral, sin información ni consulta, que recuerda mucho el comportamiento de Donald Trump». El ministro francés insiste en la destrucción del pilar esencial de cualquier relación diplomática o comercial: la confianza.
Vale recordar que, Australia había firmado con Francia el 2016 el «contrato del siglo»: comprometiéndose a comprar submarinos convencionales, por un monto de 56.000 millones de euros. Durante cuatro años, Australia cumplió paso a paso los principios del acuerdo original, confirmado por el gobierno de Emmanuel Macron, en varias ocasiones, entre el 2017 y 2019. De manera brutal, sin información previa de ningún tipo, según el gobierno francés, Australia rompe su acuerdo con Francia, en beneficio de los EE. UU. y su gran industria naval, en aparente cooperación con la industria del Reino Unido.
Los EE.UU., en busca de retomar protagonismo mundial, puede verse afectado a causa de sus contradicciones políticas y diplomáticas con sus socios estratégicos, los cuales puede perder, mientras tanto, China ve la jugada de EE.UU., Australia y Reino Unido, como un alerta temprana en fortificar sus relaciones con sus aliados y no tan aliados mientras le hagan la contraparte a EE.UU., es un avance para el gobierno chino.