Ser popular no es lo mismo que popularidad, según Occidente: EEUU-Unión Europea. Todas las palabras, ésta alianza criminal, las amolda según los intereses hegemónicos del gobierno de los EEUU. Por eso, la Real Academia Español, define al «populismo» como: la «Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares. U. m. en sent. despect. (Usado más en sentido despectivo)». Con ello, la RAE complace a Washington en su despropósito de desprestigiar todo liderazgo alternativo. El monopolio mediático occidental, se permite echar a un lado la libertad de expresión y opinión para permitir se transmita y difunda, solo aquello que no confronte su supuesta «verdad». Recordemos que en Occidente, los medios de comunicación están controlados y autocensurados por el gobierno de los EEUU. La CJA, funciona como el gran ente regulador paraestatal. Algo similar, ocurría en la Alemania nazista, 1934, donde existían 436 periódicos nazis y ninguno independiente. Lo distintivo del Tercer Reich, era el uso de los medios de comunicación para privar a la sociedad de poder comparar las ideas nazistas con el pensamiento independiente, instaurando una verdadera tiranía lingüística mediante la repetición y difusión del pensamiento único, el pensamiento del Fürer.
Es la misma narrativa discursiva, mediante la cual han impuesto el término «autocracia» como sinónimo de impopular o de rechazo popular y así definir las famosas «dictaduras», que se han ganado el rechazo de la Casa Blanca, todas –generalmente- con perfil de izquierda. Pero, qué ocurre cuando el impopular es el autócrata de Washington? En ese entonces, a la mediática Occidental se le presenta el problema de buscar explicaciones sobre la realidad ficticia -creada por ella misma- con las terminologías utilizadas para complacer al autócrata de la Casa Blanca. Tal situación, se les presenta -por estos días- a la mediática Occidental en que el grado de aceptación o aprobación de la gestión presidencial del tirano Biden, está a niveles mínimos y sigue cayendo. Revisemos: en 2021, esa aceptación al presidente Biden recibió un duro golpe con la huida de las tropas imperialistas de los EEUU de Afganistán, cayendo al 43 por ciento, de acuerdo a la encuestadora NPR-PBS NewsHour-Marist y divulgado en septiembre. Otro estudio de opinión de ese mismo mes, realizado por Morning Result, concluía que el 61 por ciento de los votantes desaprueban cómo Biden manejó el retiro de las tropas imperialistas de Afganistán, un 71 por ciento consideraba como un revés el papel de Washington. Ya para entonces, los analistas estimaban que la imagen del presidente estaba erosionada por otros problemas internos como la economía, el incremento de los casos de Covid-19 y la crisis migratoria en la frontera sur del país. Con la llegada del nuevo año, 2022, la merma continuó y estudios de opinión de enero, concluían que la aceptación de la gestión del presidente Biden, había descendido al 33 por ciento. Un estudio de la Universidad de Quinnipiac, revelaba en enero, que el 76 por ciento de los consultados y consultadas cree que la inestabilidad política es la amenaza más grave que se cierne sobre los EEUU, y fíjense que la opinión pública estadounidense no ve en China, ni en Rusia y mucho menos en Venezuela, la amenaza contra la seguridad interior de los EEUU, así declarada por Obama y ratificada después en sucesivas Órdenes Ejecutivas por los presidentes Trump y Biden. Hecho que nos indica, cuán disociados están del Poder Popular o Pueblo, los gobernantes de los EEUU. Recuérdese, que una de las promesas electorales de Biden, en noviembre 2020, y que le hizo ganar los afectos populares fue su promesa de «reconciliar» a un país totalmente dividido. Otro estudio de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research, relejaba que el rechazo a la gestión del presidente Biden rondaba el 56 por ciento y apenas un 28 por ciento, quería que Biden se presentara a la reelección en 2024. Ese estudio, refleja un dato hasta ahora inexplorado por otras encuestadoras, y éste tiene que ver con el grado de confianza en la salud mental del presidente. Apenas un 25 por ciento de los encuestados manifestó mucha confianza en el presidente, al considerar que el mandatario «tiene la capacidad mental de servir eficazmente como presidente» o «está lo bastante sano para servir eficazmente como presidente». Casi el 50 por ciento, dijo no tener confianza en la capacidad mental o la salud de Biden. Apenas, el 16 por ciento de los encuestados creen que la presidencia de Biden haya unido más al país, mientras que el 43 por ciento, creen que está más dividido que nunca antes. Continúan siendo las principales preocupaciones de las y los estadounidenses: los conflictos raciales, la proliferación de armas, la pandemia del Covid y las resistencias a las vacunas y la inflación. La política exterior, no figura como prioritaria para el pueblo estadounidense. Se acentúa, la disociación entre la realidad que viven los líderes de Occidente y los pueblos.
En marzo, continuó cayendo la aceptación presidencial de Joe Biden. 50 por ciento de estadunidenses desaprueban su gestión presidencial, según sondeo de opinión de Morning Consult Political Intelligence (MCPI, por sus siglas en inglés). Esta encuesta, recoge un factor común entre la población consultada: su descontento con el constante incremento en el precio de los productos y servicios básicos. Ya iniciada, la «Operación Militar Especial» en territorio ucraniano por parte de Rusia, estudios de opinión de mediados de marzo, reflejan que la aprobación de la gestión presidencial de Biden cae al 42 por ciento según The Wall Street Journal, mientras que el 63 por ciento de los consultados desaprobó la forma en que el gobernante está lidiando con la inflación. Otro estudio de Navigator Research, encontró que el 43 por ciento respalda la gestión del ocupante del Despacho Oval y un 49 por ciento lo desaprueba. Un caso como éste, de notable rechazo a la gestión presidencial, se resolvería en la «dictadura» venezolana, con una fórmula democrática prevista en la Constitución Bolivariana de 1999: Artículo 72. «Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato…». ¿Qué pasaría si Biden se sometiera a Referendo Revocatorio? Eso, sería un gesto de auténtica Democracia, Participativa y Protagónica en el verdadero sentido de A. Lincoln: «El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo» (1863, Gettysburg). ¿Lo estará pensando Mr. Biden? Quien sí ya lo decidió, es el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el año próximo someterá a evaluación popular el desempeño de su gestión. No obstante, para la mediática occidental, AMLO, es y será siempre un demagogo, un vulgar populista.
Tan populistas como AMLO, según Occidente, son Daniel Ortega, Miguel Díaz Canel, Nicolás Maduro, Xi Jinping y el recién incorporado a la lista: Vladimir Putin. Todos éstos líderes populares, se han sometido a la consulta de sus pueblos y les han reelegido para que continúen al frente de sus gobiernos. El ranking Mitofsky, de líderes del mundo ubica a Putin en el tercer puesto con un porcentaje de aprobación o popularidad del 65 por ciento. En la última década, su popularidad se ha ubicado en torno al 71 por ciento promedio. La «Operación Militar Especial» ejecutada para desmilitarizar y desnazificar Ucrania, contrario a lo que está ocurriéndole a Biden y demás líderes europeos, ha permitido afianzar el apoyo del pueblo ruso a su líder y presidente V. Putin, muestra de ello fue el masivo mitin que dio días atrás, más de 200.000 personas asistieron, según el Ministerio del Interior, y se congregaron en el estadio olímpico Luzhnikí de Moscú. Estudios de opinión de mediados de marzo, ya iniciadas las operaciones militares, señalan que la popularidad del Presidente Putin se ha disparado al 79,6 por ciento, al igual que el nivel de aprobación de la gestión de gobierno, desde el 70,2 por ciento al 77,2 por ciento, entre el inicio de la campaña militar en febrero y mediados de marzo, lo que evidencia un alto nivel de conciencia del pueblo ruso en hacer posible lo que Putin propusiera como un compromiso patriótico del gran pueblo ruso en su discurso del estadio olímpico Luzhnikí, leamos: «Garantizaremos la seguridad de Rusia, de nuestro pueblo, y nunca permitiremos que Ucrania sirva de plataforma para acciones agresivas contra nuestro país».
Frente a un Putin triunfador y bendecido por su pueblo; en Occidente, su liderazgo se tambalea y autodestruye. Un Biden, que solo escupe chocherías y rabietas contra Putin: «Está más aislado que nunca del resto del mundo» (...) «Calculó muy mal las cosas. Creyó que podía entrar en Ucrania y que el mundo se rendiría. Y en cambio se ha encontrado con un muro de fuerza que nunca imaginó», mientras el principal problema que tiene al pueblo estadounidense altamente preocupado es menospreciado y potenciado con las sanciones criminales de esa Administración, aunque diga discursivamente: «Mi mayor prioridad es poner los precios bajo control», más te vale Biden, que los pongas bajo control o pudiera devenir lo advertido por el multimillonario, Ray Dalio, fundador y gestor de Bridgewater Associates, uno de los mayores fondos de inversión de alto riesgo del mundo: «Estados Unidos está en un punto de inflexión en el que podría pasar de una tensión interna manejable a una revolución y / o una guerra civil» (2020).
Qué mal te veo Biden, que mal te veo. Hiciste como chacumbele, ¡Putin y la Humanidad, te vencerá!…
Caracas, 23-03-2022