Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
http://www.strategic-culture.org
*/¿Golpear a Putin donde le duela? Lo más probable es que se hiera él mismo de la risa. Siga tratando, Ursula./*
/La Unión Europea se dispone a revelar su propio plan de sanciones para desconectar a sus propios estados miembros del suministro de petróleo ruso. Pero, obtener el apoyo de todos los gobiernos de la Unión Europea podría ser muy difícil. Trate de no reírse./*
En el circuito de política exterior, la Unión Europea no tiene una actuación que impresione. Sobre todo y aún más, por ir dejando a su paso un rastro caótico en cuanto balbucea en política internacional. El problema es sencillamente que la Unión Europea es muy capaz de estar de acuerdo con las nuevas instrucciones respecto al tamaño de los limpia-parabrisas o el tamaño y forma de cualquier fruto, pero, lucha junto a los grandes. Sencillamente, hasta ahora no existe apoyo de parte de esos gobiernos para entregarle a Bruselas cómo esos mismos gobiernos de manera unilateral, tratan los conflictos alrededor del mundo. En realidad, el resultado es bastante cómico ya que ¿quién podría olvidar la oferta de Federica Morgherini a los dos presidentes Assad de Siria y a los combatientes de oposición de dinero en efectivo de parte de la Unión Europea para finalizar la guerra? O dentro de la misma gestión, sugerir el empleo de fragatas británicas en la zona costera de Libia para literalmente volar de la superficie del mar las embarcaciones que contrabandearan emigrantes africanos tratando de llegar a Europa. O esa pasantía inolvidable para la resolución de conflictos en la frontera de Chad del año 2001 cuando los militares franceses embarcados en una supuesta misión pacificadora de parte de la Unión Europea, se dieron a la fuga para salvar sus vidas cuando los rebeldes en realidad comenzaron a disparar contra ellos con munición de guerra. Imagínese Ud., munición de guerra.
Y luego hubo lo de la fuerza policial de la Unión Europea en Afganistán, la cual tenía tanto miedo a las calles de Kabul que sencillamente decidieron que sería más seguro para ellos –a pesar de estar armados—permanecer en sus barracas.
Y luego el fiasco de la pandemia Covid donde la Unión Europea ni siquiera pudo alcanzar un acuerdo con sus propios gobiernos en cuanto a cómo proceder con un plan de rescate y por lo tanto, no hicieron nada mientras morían miles de sus propios ciudadanos. Incluso el Brexit fue una catástrofe para la Unión Europea dado que después de todo, el drama de las negociaciones y las vacías amenazas de Bruselas, Gran Bretaña resultó no solo siendo una sobreviviente sino una campeona, exhibiendo un crecimiento económico que fue la envidia del bloque compuesto por 26 miembros.
La lista suma y sigue. En realidad alguien debería escribir un libro acerca del cómico intento de la Unión Europea de convertirse en superpotencia, y como fracasa en cada uno de sus intentos.
Todavía sería lo mismo por parte de la propia presidente de la Comisión Europea, que pareciera haber impuesto un nuevo record al ser particularmente incapaz incluso tratándose de todos los presidentes de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen, una muy poco notable política alemana, carente de todo dinamismo real y particularmente oscura como ministra de relaciones exteriores cuando estuvo en ese cargo, para entender la trama y enfrentar a Rusia. Verdaderamente así es.
La querida Ursula ha redactado nuevas directivas las cuales asegurarán que todos los miembros abandonarán sus acuerdos con el petróleo ruso, o por lo menos suspenderlos durante un período de tiempo. Desconocemos su amplitud en el tiempo pero este ambicioso plan tendrá que tener el apoyo de todos los estados miembros de la Unión Europea lo cual deja bastante claro que ellos no tienen los medios o los recursos para buscar fuentes alternativas de gas, por ejemplo, resulta difícil ver como una directiva de la Unión Europea produciría cualquier diferencia.
Algunos podrían argumentar que una directiva de la Unión Europea podría ser subproducto de la falta de unidad en primer lugar, de tal modo que el fallido súper estado necesitaría recurrir a los burócratas para hallar un arreglo. Pero, contrario a la creencia popular, la Comisión de la Unión Europea no es tan poderosa como se cree y no puede imponer el borrador de una legislación a los estados miembros o al Parlamento Europeo en esos asuntos.
En términos realistas, la movida de Rusia es un acto de desesperación luego del grotesco apoyo de la Unión Europea a los objetivos de Estados Unidos y Gran Bretaña, es decir, derribar a Putin y por lo tanto el anuncio no debiera ser tomado en serio dado que la reciente pandemia Covid que le restó mucha credibilidad a la von der Leyen entre los 26 estados miembros. Y lo que es más probable es que esta reciente pugna será una carga sobre su propia espalda dado que algunos estados miembros de la Unión Europea de mentalidad más independiente, se han destacado últimamente en los titulares de prensa por no acatar la línea y usarán esto como una herramienta política para rechazar a Bruselas. El tiempo también es un factor. Si, digamos, esto se demora un año para ser adoptado – por la vía rápida – y si el presidente de la Comisión considera la actual y dura situación financiera que muchos ciudadanos de la Unión Europea están soportando debido a la guerra en Ucrania y el contragolpe político que sufriría esta directiva, si es que se adopta. Mientras que Joe Biden dice cosas notablemente estúpidas, como que Estados Unidos está buscando en Catar para resolver la dependencia energética de Europa (estos no tienen ninguna capacidad adicional para enviarla a Europa) pareciera que la Unión Europea está obligada a seguir la tendencia de hablar tonterías y producir noticias falsas. ¿Golpear a Putin donde le duela? Es más probable que se hiera él mismo de la risa. Siga tratando, Ursula.
Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en