La guerra desde 2014, hasta la fecha, ha sido la guerra de Ucrania contra las Repúblicas Populares de Donetsk y Luganks o sea la región del Donbáss. Ucrania desde el inicio del conflicto contó con la complicidad, a veces encubierta y a veces descaradamente abierta de Washington y la Otan.
Esta guerra, en su evolución, fue poniendo al descubierto quienes eran los involucrados y hasta que nivel de intervención tuvieron que llegar en su implementación. Apareció con su golpe de Estado, dinero, armas y ferocidad emocional e ideológica el imperialismo norteamericano.
El trabajo operativo y terrorista lo desempeñan los batallones nacional fascistas como Azov. Estos batallones han sido los responsables de las masacres en Crimea, de las torturas y asesinatos en Donetsk y Luganks y estos batallones junto al ejército ucraniano son los comprometido en los bombardeos sobre la población civil de Járkov, Zaporiyia, Jersón y el Donbáss. (estas acciones represivas, los medios occidentales y la misma ONU, las tergiversan, las silencian, las dilatan y las menosprecian o las suprimen.)
Los europeos y su brazo armado la OTAN, llenaron de armas, uniformados y dinero, no solamente a los países bálticos (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Finlandia); sino que también llevaron toda su coreografía política a Kiev, pretendiendo limpiar su complicidad en las masacres, torturas, ataques a la población civil y apoyo logístico, financiero y armamentista a Ucrania en su guerra contra el Este de su propio país, echando la culpa a Moscú.
Y, todo occidente: Canadá, Estados Unidos, Australia, Europa y Japón tuvo que obedecer al mandato de Washington de enviar armas, asesores y dinero como solidaridad a Ucrania.
En este momento se está actualizando el suministro de armas (para reponer la gigantesca cantidad de armas que las fuerzas armadas rusas le han destruído), los préstamos descomunales de dinero y el control administrativo del Estado ucraniano, para encubrir legalmente, el beneficio que Washington y Europa obtienen de los recursos naturales de Ucrania (maíz, trigo, aceite de girasol y carbón) y dar una impresión de que Ucrania ya volvió a la vida normal y que es posible hablar de paz; pero simultáneamente se continúa con los bombardeos a la población civil al Este del país y el ejército ucraniano sufre muchas bajas diariamente.
Y dado que, Erdogan, la Santa Sede, Henry Kissinger y Stoltemberg han hablado de la posibilidad de la paz; pero cada uno la expone de acuerdo a los intereses occidentales: doblarle el brazo al Kremlin y obligarlo a aceptar sus condiciones.
Todo parece que el objetivo de Washington y Europa es reforzar al gobierno ucraniano para ponerse al día hablando de paz y desanclarse propagandísticamente de su ralentización en los efectos positivos de sus sanciones y hacer caso omiso de la derrota militar escandalosa que le ha provocado Rusia.
El secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg sostuvo en su real dimensión que:" la paz es posible, esa no es la cuestión; la cuestión es que precio estas dispuesto a pagar por la paz, cuanto territorio, cuánta independencia, cuanta soberanía, cuánta libertad, cuanta democracia estas dispuesto a sacrificar por la paz, y este es un dilema moral muy difícil". Dijo Stoltember en una conferencia en Finlandia. FUENTE: Sputnik/mundo/12/06/2022.
La destrucción de los materiales militares es abundante. De acuerdo a los informes militares rusos, hasta el momento se han destruido 3,526 tanques, 2,000 cañones de artillería, 1,200 drones, 201 aviones, 130 helicópteros, 3,600 vehículos militares, 522 lanzacohetes múltiples, 338 sistemas de defensa aéreos.
Las bajas reconocidas por el mismo ejército ucraniano, es de 200 muertos y 400 heridos por día. A estos datos es de agregar los miles de rendidos y hechos prisioneros.
Los avances militares han llevado a los rusos a tener presencia decisiva tanto en las repúblicas populares de Donetsk y Luganks como, en las provincias de Járkov, Zaporiyia y Jersón. Y a recibir casi 2 millones de refugiados de toda Ucrania y el Donbass.