La guerra en Ucrania y la inflación mundial, fueron provocadas por Washington y la Otan, con el objetivo estratégico de derrotar a Rusia; pero Rusia y muchos países, han iniciado un proceso de tomar decisiones que están cambiando el mundo.

En primer lugar, si tomamos en cuenta que, cinco meses después, que los rusos tomaran la decisión de ejecutar la operación militar especial en Ucrania, dejando a Washington y la Otan, sin la iniciativa programada (comenzar la guerra), los rusos han logrado, aun con considerables bajas, demoler la infraestructura militar ucraniana, capturar miles de nacionalistas fascistas, provocar decenas de miles de bajas al ejército ucraniano y consolidar su influencia político-militar en el sud-este ucraniano.

No se trata de celebrar los logros militares rusos y la derrota ucraniana; sino de reconocer que la provocación u origen de la guerra se le debe a la gracia del golpe de estado Maidan en el 2014, provocado por los nacionalistas, azuzados por Washington y la Otan. Que inmediatamente desplegaron la represión contra las comunidades que no aceptaron el golpe: Crimea, Donets, Luganks, Járkov, Zaporiyia, Jersón y parte de Odesa. La represión se mantuvo por 8 años.

Pero las cosas comenzaron a ir para el otro lado, cuando Putín, reconoció a Crimea, luego a Donets y luganks como repúblicas y decidió atender la solicitud de defensa de las repúblicas mencionadas. Desde allí, Washington, los aliados y la Otan que fueron sorprendidos por la decisión del Kremlin, respaldaron a Ucrania y participaron directamente del conflicto y provocaron el caos económico mundial con la interrupción de las cadenas de suministros mercantiles teniendo como centro el objetivo de debilitar económicamente a Rusia.

Como se dijo anteriormente, cinco meses después, Washington, Canadá, Reino Unido y Alemania han elevado la participación directa en el conflicto ucraniano, con la intención de derrotar a Rusia. Pues, han enviado armas nuevas, instructores y especialistas militares que manejan ese tipo de armamento.

El 25 de julio de 2022, Ucrania recibió el primer lote de blindados antiaéreos Gepard, de Alemania. Semanas antes obtuvo la entrega de lanza misiles Himars de largo alcance, provenientes de Estados Unidos. Con la aplicación de estos armamentos de tecnología militar pesada y de largo alcance, la OTAN y Washington van a imprimir lentitud a la operación militar especial rusa en Ucrania. y esto, es un hecho innegable. Específicamente Washington y Alemania, con los Himars y Gepard creen que van a derrotar a Rusia.

Las respuestas rusas han sido expresadas, tanto por el ministro de defensa ruso, quien ordenó en su visita al frente de batalla, ampliar la cobertura y el control del terreno con más drones y redirigir los ataques a la destrucción de los nuevos equipos militares, como por el encargado de las relaciones exteriores, Lavrov, cuando anunció la movilización y ampliación geográfica de los objetivos militares de la operación. Y parece también, que la estatal Gazprom, ha tomado la decisión de minimizar la venta de gas a Europa. Miremos los últimos datos.

De último momento se informa que la estatal rusa Gazprom, notificó a la empresa Italiana ENI, este 27 de julio de 2022, que reducirá el suministro de gas de 34 a 27 millones de metros cúbicos y que el suministro de gas a través del Nord Stream-1 se redujo al 20%. de su capacidad. Y el gobierno ruso al fin, declaró que si le ponen tope al precio del petróleo; no lo venderá.

La cuestión es que, mientras los consorcios energéticos y de venta de armas Euro-norte americanos, hacen mucho dinero con administrar la crisis energética y esta guerra contra Rusia, también la Otan, aprovecha el caos para amplia su membresía y acercarse cada vez más a la frontera rusa.

Los ciudadanos europeos y norteamericanos, bajo el mandato de Washington y la Unión Europea, tienen que recibir el coste elevado de las medidas económicas tomadas por sus gobernantes, consistentes en disminuir la compra de gas y petróleo rusos. La Unión Europea sacrifica a los países a reducir al 15% el consumo de gas y pagar el diésel, la electricidad y la gasolina a precios elevados.

Y así también, mientras unos soportan la inflación y la guerra provocadas por Occidente para mantener el dominio mundial, los ucranianos y los rusos ponen los muertos y heridos de tal provocación.

En base a las intromisiones euro-norteamericanas, podemos afirmar que, los problemas más comunes que afectan al planeta, hoy, Estados Unidos los creó.

Ahora es general hablar de inflación, escasez energética y alimentaria, temor a las sanciones y a que le confisquen los depósitos en dólares y el miedo profundo a la miseria. Todo ha comenzado a convulsionar debido a la ruptura y puesta de obstáculos a las cadenas globales de suministros.

Estas conmociones sociales están sacudiendo gobiernos. Entre los más claros casos están: la renuncia del Boris Jonhson y sus ministros, en Reino Unido. La dimisión del primer ministro italiano Mario Draghi y la desintegración del parlamento italiano, el desacuerdo de varios gobiernos europeos a la reducción del consumo de gas al 15%. Los agricultores en España, Holanda, Alemania exigen que bajen el precio del diésel y del abono. En otras latitudes, la obligada renuncia del presidente de Sri Lanca, protestas en Nueva Delhi, el conflicto social en Panamá, Chile, Perú, Ecuador, Argentina

Todos los que siguieron la ruta norteamericana se han subido a un tornillo sin fin. Cada vuelta es parecida, pero, en cada giro van rumbo al abismo. Y si quieren salvarse, no les queda otra salida que ir suavizando las sanciones impuestas al sistema financiero ruso, comprar el gas en rublos y desminar los puertos para sacar el grano. Como dijo Lavrov: "Occidente se ve obligado a eliminar las trabas que ellos mismos crearon."

Como se puede ver, la situación para todos, se ha tornado muy compleja; pues están apareciendo fenómenos nuevos. Ha cobrado importancia los BRICS, Irán, Turquía, África, las monedas particulares como, las monedas de oro introducidas por Zimbabue, el dólar argentino, el rublo, entre algunas. A tal grado van caminando las cosas, que Ucrania, ya está perdiendo atención e importancia en las nuevas decisiones que estremecen el mundo.

Ahora es más importante mantener la soberanía, la moneda propia, defender los intereses propios de los países, respetar la cultura de cada nación, que estar obligando y mantener bajo amenaza, chantajes y corrupción a los otros países.

Mantener al mundo bajo el hegemonismo, el robo de recursos financieros y naturales y bajo bloqueos y sanciones, amenazas de guerra y sufriendo guerras reales, es un problema que los rusos están enfrentando solos

Todo occidente en grupo, contra Rusia. Esta confrontación ya no es entre Ucrania y Rusia, es algo más peligroso.

Por ello es más importante que los países, los gobiernos, los pueblos, los medios, los intelectuales y los líderes nuevos, revaloren las relaciones con los saqueadores, los que crean guerras, provocan golpes de estado, se organizan para amedrentar a otros. Pero también es bueno ser inteligente para distinguir al agresor del agredido. El lacayo del independiente.

No es solo cuestión ética, sino también de pragmatismo político. Hay que ser buena gente, pero no pendejos, dijo el profesor de ética, en la última clase del ciclo.