El departamento del Quindío, donde escasamente se concentra el dos porciento de la población en Colombia, paradójicamente se ubica entre los cinco primeros lugares en corrupción. Nos quedamos cortos en enunciar la lista de mandatarios y funcionarios públicos que se han visto involucrados en actos corruptescos.
Somos el departamento más pequeño de la geografía nacional, pero a la vez el más grande y generoso con las arpías de los dineros y bienes públicos.
Lamentable no inmutarnos para nada, al contrario, cada cuatro años premiamos a los tres clanes en mención. Esto nos hace recordar un pasaje histórico de la antigua Roma: Un clásico entre los delitos de guante blanco. "Julio César protagonizó un ejemplo clarísimo. Dictó la ley anticorrupción más severa de la República, pero poco antes había mandado romper las puertas del tesoro y se adueñó de las reservas del Estado".
"Quindío Rico, Joven y Poderoso"
Sí, poderoso para los Valencia, Atilanos y los Totos, que en los últimos 20 años han utilizado todo su andamiaje politiquero para enriquecerse a costa de engaños y mentiras del despistado pueblo quindiano, quien desafortunadamente votan por los diestros del guante blanco cada cuatro años , a cambio de dádivas, limosnas, contratos y chantajes.
Alguien preguntará ¿y sólo los Totos, los Valencia y los Atilanos? No. Hay otros quienes al son de sus flautas encatandoras de serpientes, hacen bailar al resto de reptiles.
Lamentable que una región, que se dice ser orgullosa de una raza pujante, ha sido incapaz de derrumbar la rampante corrupción.
Otras cosas que nos deben desagradar en el departamento Quindío son los gremios económicos, entre ellos, la Cámara de Comercio y la autoridad ambiental CRQ, entidad que permite las licencias para la siembra indiscriminada de monocultivos, como el aguacate Hass y coníferas, práctica de siembra extensiva que lo único que hace es agotar toda nuestra fuente hídrica de la región, entregando el territorio a las multinacionales extranjeras.
Del mismo modo desagrada, que lleguen los turistas a Salento convirtiéndolo en el cagadero más grande del territorio a cielo
abierto. Poco agradable que el pueblo quindiano siga siendo arrodillado y masoquista electoralmente. Qué desagrable que el Paisaje Cultural Cafetero del Quindío, se esté convirtiendo en una cloaca de prostitución.
Delincuentes y ladrones de cuello blanco, lo único que hacen es darle patente de corso a la violencia urbana, para que desaparezca la cultura cafetera y de esta manera aumentar los cinturones de miseria en las zonas urbanas de nuestros pueblos.
Tampoco agrada que la red hospitalaria esté administrada por las mafias politiqueras de la
región; también desdeño la corrupción rampante de la Empresa para el Desarrollo Territorial ‘Proyecta Quindío’ dirigida desde la cárcel por el Wason, Mario Castaño, jefe político del actual gobernador del Quindío. Así este lo niegue.
¡Qué tristeza! Parece que solo nos queda la cobardía, resignándonos a los espantajopos y tartufos de la corruptela imperante.
Una vergüenza que el departamento "Rico, Joven y Poderoso" está vencido, vendido, prostituído, saqueado y abierto de jopo a los corruptos.
¡Dejémonos de vainas! Decidamos movilizarnos contra el crímen y contra los corruptos. Empecemos de nuevo; nunca es tarde para encender la luz de la poca dignidad que nos queda.