A los rusos, definir las guerras desde la teoría de la seguridad nacional, les permite mantener justificado el conflicto contra la OTAN a costa de Ucrania y, reconocer el derecho de Israel a la autodefensa a expensas de negar la autenticidad de la lucha de liberación nacional de la resistencia palestina-islámica.
En otras palabras, negar el fascismo y desconocer el leninismo. En vías de fortalecer la evolución del capitalismo a un nuevo orden mundial basado en el multilateralismo.
Por su parte, para Washington, las guerras son el fin último de su existencia hegemónica, también, un medio para promover el desarrollo industrial, el comercio colosal de armas donde obtiene una formidable fortuna y naturalmente para crear el fenómeno que les da vida: el caos mundial.
Sin embargo, Israel-Palestina y Rusia-Ucrania, no son incidentes aislados. Acabando a Hamás y la resistencia islámica, Israel se convierte en la salida mercantil de la ruta hindú y de Saudí Arabia, hacia el Mediterráneo con destino a Europa. Y con la derrota de Ucrania y la posibilidad de diálogo entre Occidente y Rusia, se reabre las relaciones comerciales rusas, de nuevo con Europa.
Ambos desenlaces rehabilitarían el camino, por el momento obstaculizado, hacia el multilateralismo de los BRICS+6
Aún cuando esto suceda, el destino post guerra de los países implicados en el conflicto, lo decide Estados Unidos y ellos piensan en reversa. Tan es así, que, mientras Washington no salga beneficiado de los desenlaces posibles, la guerra continuará.
De esta manera, parece que hay cierto paralelismo inversamente proporcional entre el sufrimiento de la población que aporta padres e hijos, y ahora mujeres al ejército ucraniano dirigidos por un equipo de fascistas que está convirtiendo a Ucrania en una colonia euro norteamericana y los padres e hijos palestinos que ven morir a sus niños, sus mujeres, sus madres y abuelos bajo las bombas de Israel, mientras combaten desde la resistencia, la agresión sionista que le niega a los palestinos el derecho a constituir su propio Estado Nacional con autodeterminación.
Los ucranianos luchan y mueren por la dependencia, el colonialismo y la pérdida de soberanía y los palestinos sufren un genocidio por buscar lo opuesto: la libertad, la independencia y por la constitución de su Estado Nacional.
Rusos y estadounidenses hacen la guerra por "la seguridad nacional," que, en última instancia, es la seguridad del capitalismo. Por un lado, bajo la hegemonía de Estados Unidos y sus aliados europeos; por otro, liderado por China y Rusia con el argumento del multilateralismo.
El horizonte de la guerra.
Desde la 2° mitad del siglo XX, Palestina ha sido dominada por el aparato militar, político y administrativo sionista, mantenido con una violencia que llegó siempre al genocidio, el desplazamiento y la persecución. Siempre se han burlado de las aspiraciones a la autodeterminación y a la constitución de su Estado Nacional.
Los sionistas han maniobrado políticamente para dividir y romper la unidad de la Autoridad Palestina con Hamás para mantener y desarrollar la ocupación. Mantienen a Cisjordania como semi colonia. Le dan formalmente la independencia manteniendo una injerencia directa, imponiendo obligaciones coloniales a través de la violencia militar y la ocupación y robo de terrenos con la consecuente expulsión de sus antiguos moradores.
Obligaron a la OLP al "Acuerdo de Oslo" de 1993. Dos años después, en 1995 el "Acuerdo Oslo II." En ambos, "la OLP renuncia a la violencia y al terrorismo y reconoce el derecho de Israel a existir en paz y seguridad." Hamás nunca aceptó tales acuerdos. Por esa ruta, en 1997 se reunió Arafat y Netanyahu. En 2020, el "Acuerdo de Abraham entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. El "Acuerdo del siglo de Trump." Nada funcionó, solamente prorrogaban el colonialismo y el apartheid.
Los años posteriores se arreció el maltrato de los colonos a la población gazatíes, se reprimieron las reuniones religiosas, se capturaron adolescentes y se asesinaba a jóvenes en público y con total impunidad. La persecución político-religiosa volvió a convertir a los palestinos en forasteros en su propia ciudad.
Esto llegó a su fin el 7 de noviembre de 2023, con la operación "Inundación Al aqsa". Pocos días después, el ejército israelí con el apoyo de la armada norteamericana inició el feroz bombardeo sobre la población civil de la Franja de Gaza, con las masacres y genocidio de niños mujeres y ancianos de los cuales somos todos los humanos del planeta, testigos.
Con estos bombardeos se está volviendo a Palestina a un estado de calamidad; al romper la capacidad económica, destruir sus sistemas de salud bombardeando hospitales, destruyendo escuelas, mercados, iglesias, destruir su sistema eléctrico y masacrar niños, mujeres y ancianos.
Ejercer ese poderío militar contra grandes masas de población civil, violando todas las normas de conflictos militares, cometiendo diariamente delitos de guerra y genocidio. Sin un alto al fuego porque el pentágono, la CIA y Blinken y Biden piensan: el león juzga por su condición, que si cesan el fuego van a dejar que Hamás readecue sus tácticas y desplazamientos y acumulen más fuerzas; así como ellos hicieron con los acuerdos de Kiev, que firmaron y no cumplieron.
De acuerdo a los reportes militares, Hamás y la Resistencia islámica Hesbolá y yemení, en más de un mes de conflicto han destruido tanques, derribado drones, aniquilado soldados, bombardeado cuarteles, destruido medios electrónicos de comunicación y espionaje. Es decir. La guerra está activa en el terreno.
Y mientras Israel y sus aliados occidentales no cumplen sus objetivos de romper la unidad de los combatientes de Cisjordania y Hamás, destruir Gaza, derrotar a Hamás, rescatar los rehenes y amenazar a Hesbolá para que no participe en el conflicto; sino que cobardemente y con odio desmesurado está cometiendo genocidio y a la vez, cierra las ventanas internacionales de legitimación, de la que rusos y norteamericanos llaman derecho a la autodefensa o derecho a la seguridad nacional.
En el mundo está ya muy generalizada la visión, el punto de vista de que las fuerzas armadas de Israel y Netanyahu están cometiendo crímenes de guerra y genocidio de niños y mujeres, en consecuencia los prestigiosos medios occidentales han expuesto que las ventanas de legitimidad se han cerrado, porque la imposibilidad de derrotar rápidamente a Hamás dio lugar a expresar en bombardeos y genocidio el odio, la cobardía y la desesperación, que nadie en su sano juicio puede aceptar que esa respuesta desalmada contra la población civil sirve para defender la seguridad nacional.
Por lo tanto, aún con su poderío tecnológico militar, Israel mundialmente ya perdió la guerra y la resistencia islámica abrió el futuro esperanzador y de liberación, de los pueblos sometidos al colonialismo.