Cuando nos enteramos a través de los medios, que las reacciones políticas de rusos y chinos a los bombardeos de Estados Unidos junto a Inglaterra en Yemen, se han decantado por una ruta donde los chinos aparecen dando consejos de tolerancia a las partes en conflicto, para mantener la paz en el Mar Rojo; por la otra, los rusos salen haciendo uso del organismo internacional más inoperante del planeta, para denunciar y predecir, que tales acciones militares son ilegítimas y como consecuencia traerán resultados nefastos para el mundo.
Da la impresión que no estamos viendo y escuchando las declaraciones de dos potencias geográficas, económicas, tecnológicas y militares, que han llenado de optimismo al mundo, en la actualidad; sino, parece que estamos colocados frente a un exitoso prestidigitador y escapista y, de cara a una piadosa y conservadora anciana monjita.
En cambio, Gaza sigue luchando y poniendo los muertos; Yemen agredido, pero no cesa de apoyar a Hamás, Hezbolá, atacando con ingenio la infraestructura técnico militar israelí y la resistencia islámica iraquí, llevando a cabo ataques a las bases militares norteamericanas en Siria e Irak. Sud África demandando legalmente juicio contra el genocidio del Estado israelita.
Ahora, cuando parte del mundo árabe, básicamente los pueblos y sus líderes, han tomado para sí mismo, la responsabilidad que les compete a los Estados, de proteger a sus pueblos, ciudades, la soberanía y la independencia, de las agresiones sionistas-washingtoneanas.
Nos damos cuenta que, está comenzando el momento glorioso cuando los pueblos harán cambiar Estados y gobernantes. La fuerza política y militar de los pueblos árabes, han mostrado al mundo, no solamente que al imperialismo se le puede derrotar; sino también, que ya no se puede seguir refrendando humillaciones, ni menosprecio de países grandes a naciones pequeñas.
Ya dejando a un lado el albur del mago y la monja. Vamos aponer la vista en el tiempo de las víctimas, en el momento histórico de los condenados y en el turno de los ofendidos.
Ojo América Latina: es el mismo camino que abrió Bolívar, Artigas y recorrieron Farabundo Martí, Fidel, el Ché Guevara, Torrijos, Bishop, Daniel Ortega, Chávez…esto no ha terminado.