La política de dominio imperialista, siempre busca alterar los escenarios de seguridad internacional, focalizando los operativos en las zonas donde se amenaza su control y hegemonía.
Así agarran ritmo las acciones militares de control geoestratégico en El Indo-Pacífico, incluyendo a Japón y Corea Sur, Europa oriental y el Medio Oriente o Asia Sur Occidental. Sitios donde moviliza tropas, submarinos nucleares, portaviones y personal diplomático disuasorio; todo en la dinámica de crear alianzas geopolíticas sometidas a reglas y producir conflictos, con la derivada gigantesca venta de armas.
Enganchado en esa lógica se creó la guerra de Ucrania contra Rusia, la guerra genocida en Gaza, las amenazas nucleares a Corea del Norte y las maniobras de intimidación a China apoyando a Taiwán.
Desde esa dinámica de fuerza, parece que Washington mantiene bajo control el planeta y sometido al mundo a sus ordenanzas. Sin embargo, al correr de la historia, la dinámica de dominio se ha venido afianzando en unos lugares y deteriorando en otros.
El reforzamiento de su dominio crea caos, Estados fallidos, masacres, destrucción de ciudades, proliferación del terrorismo y robo de los recursos naturales y financieros de los Estados agredidos. Así sucedió en los Balcanes, Irak, Libia, Siria al inicio en Afganistán y en Gaza.
Por otro lado, todos saben que, en Ucrania, Washington y la OTAN están gigantescamente siendo derrotados con más de medio millón de bajas y decenas de miles de armas destruidas y miles de kilómetros de terreno perdidos.
China recién finalizó un operativo militar de protección de la soberanía sobre Taiwán, donde movilizó una panoplia abundante de armamento marítimo, aéreo, terrestre y electrónico en torno a Taiwán.
Y Corea del Norte, en este momento ha lanzado una andanada de misiles hacia el Mar de Japón y mantiene activo su programa de armas nucleares, frente a los ejercicios militares de Washington y Corea Sur.
A pesar del genocidio de niños y mujeres en Gaza y el uso de Napalm sobre los toldos con refugiados palestinos en su interior; Hamás, y el Eje Islámico están derrotando escandalosamente la agresión sionista, tanto en el terreno, como en la política internacional. Se puede agregar a las derrotas sionistas el ataque del ejército yemení a los barcos y el bloqueo del estrecho de Bab el Mandeb, que tan fuerte daño ha provocado a la economía europea, sionista y norteamericana.
En resumen, el núcleo duro de la armazón de seguridad nacional norteamericana, compuesto por Ucrania, Israel y los países Aukus+Japón y Corea Sur, ha sido vulnerado y la arquitectura de seguridad mundial creada con sus aliados de Reino Unido, Australia, Japón, Corea del Sur y los países europeos de la OTAN, comenzó a tronar.
¡Ojo! Aunque el imperialismo es un monstruo herido, es muy peligroso; la historia lo ha demostrado en Iroshima y Nagazaki; pero también, la tradición remacha que, aún con altos costos humanos, el imperialismo norteamericano es derrotable; así fue en Viet Nam, Afganistán, Siria, y ahora en Gaza y Ucrania.
Confirmando lo que dijimos al inicio: la plataforma de ataque de Ucrania, Taiwán y Gaza ha sido aflojada a pura guerra de resistencia y disuasión militar.