Trump, el lejano oeste y Biden o la criminalidad demócrata

Los tiempos de la barbarie, los estadounidenses suelen asociarlo a la época del lejano oeste. El Salvaje Oeste, como se le llamó, nació de la expansión de Estados Unidos hacia los territorios occidentales durante el siglo XIX. A medida, que los colonos se trasladaron hacia el oeste encontraron una nueva forma de vida, moldeada por las duras condiciones de la frontera. El Salvaje Oeste, era un lugar donde la ley y el orden a menudo escaseaban y donde la gente, tenía que confiar en su propio ingenio y valor para sobrevivir, eran tiempos de barbarie, donde una pistola era tan necesaria como lo sigue siendo hoy en la modernidad estadounidense, en que leyes y policías, no bastan para mantenerse con vida en el moderno Estados Unidos y de ello, puede dar fe de vida, el ex presidente Donald Trump, quien anda por las calles del extinto imperio cuidando de su vida, no le vaya dar caza el locuaz ex presidente Joe Biden. Sí, es el mismo Trump que en los años 2018, 2019 y 2020, amargó la vida del pueblo venezolano con centenares de sanciones, amenazas de intervención militar imperial y robo de bienes propiedad del pueblo venezolano, hasta se dio el tupe de designarle un presidente, autoproclamado por la venia y gracia de Donald Trump quien, en su locura imperial consideraba a Venezuela como parte integrante de los EEUU y por ello, podía disponer libremente del mismo ('The Room Where It Happened: A White House Memoir' (La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca, autor: John Bolton). Fueron años, aquellos de plena locura imperial, en que el Salvaje Oeste se movió al sur de la América y luego volvió al norte para restablecer un duelo entre ex presidentes del mismo imperio decadente, en donde impera la brutalidad y el poco valor por la vida humana.

En lo que va de este año, la familia Biden ya lleva dos intentos fallidos por deshacerse del ex presidente Trump. Hecho, que es analizado por la sociedad estadounidense como normal y cotidiano. Antes, hechos de magnicidio causaban muchísima conmoción a sociedades que como la colombiana e incluso en Gaza, hasta que llegó el matón de Netanyahu y convirtió las matanzas de niños y niñas gazatíes, en un deporte israelí que cuenta con el aval de la onu. Asimismo como se lee, en minúsculas, para vergüenza de la Humanidad por contar con un organismo tan desprestigiado como es la onu, bueno para nada. En la antigua Roma, la muerte en la arena de los gladiadores era un deporte. La muerte de Trump, por asesinato provocado por la familia Biden o cualquier otro órgano del Estado Profundo, se ha convertido en un deporte nacional, que mueve miles de millones de dólares en apuestas para quien acierte. Cuál será el tirador, con mejor puntería y si a eso le unimos la glorificación de las armas, tenemos un coctel altamente explosivo, reflejo de una sociedad en estado de descomposición, que los gusanos que le acompañan y su mal olor, expresan su nivel de putrefacción.

El FBI, ha señalado a Thomas Matthew Crooks de 20 años y residente en Bethel Park (Pensilvania), como el hombre que creen que disparó contra el expresidente Donald Trump. Un asistente al mitin, también murió y dos espectadores resultaron heridos de gravedad, según las autoridades. Crooks, estaba inscrito como republicano en el condado de Allegheny (Pensilvania), según los registros electorales del condado. Ese pequeño detalle, nos dice mucho del Estado Profundo, que tanto odia Trump y que nadie duda sobre quien acompaña a la familia Biden para deshacerse de Donald Trump. El tejado donde yacía el tirador estaba a menos de 140 metros de donde hablaba Trump, una distancia desde la que un tirador decente podría acertar a un blanco de tamaño humano. Como referencia, 150 metros es la distancia a la que los reclutas del ejército estadounidense deben acertar a una silueta de tamaño humano a escala para calificarse con el rifle M-16. Un segundo intento de magnidio ocurrió en septiembre 2024, aparece detenido: Ryan Wesley Routh, quien votó por Trump en 2016, desconocemos como hace el FBI para interpretar la naturaleza del voto de la ciudadanía pues creíamos que el voto era secreto. Wesley Routh, utilizó un rifle de asalto AK-47 para intentar asesinarle en un club de golf de Florida propiedad de Trump. Viajó a Ucrania e intentó reclutar soldados afganos huidos del régimen talibán para participar en la guerra. Estaba obsesionado con la guerra de Ucrania, tenía mensajes en redes sociales en los que instaba a voluntarios de todo el mundo a alistarse para combatir en favor de Kiev y «quemar el Kremlin hasta los cimientos». Wesley Routh, trabajador de la construcción de 58 años y votante de Trump en 2016, ha vivido en Carolina del Norte, donde, según los registros, fue detenido en 2002 tras atrincherarse con un arma durante horas en un negocio de Greensboro. Agentes del Servicio Secreto, vieron el cañón de un rifle sobresaliendo entre unos arbustos y abrieron fuego contra el sospechoso, informaron las autoridades. Según el FBI, en ese momento Trump se encontraba a una distancia de entre 275 y 455 metros.

De acuerdo con la información del portal: Gun Violence Archive, en Estados Unidos se han registrado casi 300 tiroteos en lo que va del año, es decir, casi dos al día. En tiempos recientes, los ciudadanos estadounidenses han radicalizado sus posturas políticas, se han puestos más violentos. Por ejemplo, el estudio de la Universidad de Vanderbilt muestra que, al principio de 2023, 24% de las personas se consideraban «extremadamente liberales» o «extremadamente conservadores». Al cierre del mismo año, esta cifra se elevó a 28%. Esta polarización, ha sido más notoria en los sectores ultraconservadores de EEUU. La agresividad y violencia, alteran la paz familiar y social de forma relevante. Por eso, constituyen un problema de salud pública de primera magnitud. Y en ello, contribuye muchísimo el comportamiento de sus líderes más notables: los ex presidentes.

En los orígenes de nuestra cultura, aparece la muerte de Abel a manos de Caín (Génesis 4:2-26), causada por la envidia. La conducta violenta, no tiene relación con enfermedad mental alguna, como en ocasiones nos transmiten los medios de comunicación, sino con la ambición, el orgullo, la dominación, o la ira. Desde el punto de vista psicológico, la agresividad se considera un componente de la conducta humana orientada a satisfacer necesidades vitales, para la conservación del individuo o de la especie, y tiene un fin adaptativo. La violencia, carece de este sentido adaptativo, y su fin es producir daño. Se dice, que el hombre y la mujer, son los únicos animales que ejercen la violencia para disfrutar. ¡Vaya disfrute, que se dan los estadounidenses, al viejo estilo romano! Hay pocas sociedades, que hayan venerado tanto como los romanos, la muerte deliberada e intencionada de hombres y mujeres, y que se hayan deleitado tanto con ella. Después del imperio romano, el imperio estadounidense, repite ese nefasto síntoma de locura colectiva que es la exaltación de Plutón, que en la mitología clásica, era el dios de la muerte. Plutón, según la mitología romana, era el Dios de la muerte y gobernaba el inframundo, donde vivía de forma feroz y despiadada impidiendo la salida a quienes pretendían escapar de los infiernos. Plutón, no solo invocaba un gran temor en los humanos, sino que también era el más detestado. Su nombre, era tan temido que los mortales nunca lo mencionaban en voz alta. OH MUERTE ¿DÓNDE ESTÁ TU VICTORIA? ALELUYA, ALELUYA…



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Henry Escalante


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