Boric and Milei, rostros distintos del mismo imperio decadente

El decadente imperio estadounidense, ejerce su hegemonía no solo a través de sus agentes imperiales y corporaciones transnacionales, sino mediante gobiernos rendidos y sometidos a sus directrices y órdenes emitidas por la casa matriz en Washington DC, valga decir: la Casa Blanca. Ejemplo de ello, son los casos de Gabriel Boric y Javier Milei, Chile y Argentina. Cualquiera, pudiera ser engañado y creerse el cuento, que Boric es un izquierdista revolucionario, mientras que Milei es un fascista contrarrevolucionario o la antinomia del otro. Pero, la cosa no es tan así. El imperialismo estadounidense en su visión de poder hegemónico, basa su dominio global en el manejo de sus intereses más que en el concepto de ideologías o cualquier otro señuelo que pueda distraerlo de ejercer su dominación. Los casos de Boric y Milei, así lo evidencian. Uno, se proclama como el «iluminado» de la izquierda latinoamericana, especie de descendiente de Salvador Allende y el otro se proclama como el «iluminado» del fascismo internacional, especie de Adolfo Hitler viviente. Pero, más allá de los aparatos de propaganda de Washington, la realidad verdadera nos dice: eso es falso, falsete de toda falsedad. Esa postverdad, no cuenta su verdad verdadera: ambos, son parte de una misma moneda imperial que los utiliza para engañar incautos bajo el principio: divide y vencerás.

Mientras, Milei somete al pueblo argentino a la más brutal represión afincándose en especial, en los pensionados y pensionadas argentinas en general la reducción de sus derechos humanos. Boric, se aprovecha del trabajo hecho por su padre y líder político: Augusto Pinochet, quien mediante una labor de exterminio, eliminó no menos de 40 mil chilenos; muchísimos de los cuales, fueron cobijados como migrantes por el pueblo venezolano, de eso no te acuerdas Boric pero de Pinochet y su plan económico, elaborado por la escuela de Chicago que centraba su accionar en el desarrollo pleno del modelo neoliberal de mercado que ansía ejecutar a plenitud Javier Milei en Argentina y que se concreta en la Constitución chilena, obra y creación del dictador Augusto Pinochet y que Gabriel Boric, no ha podido ni podrá modificar y que se mantiene vivo, como hilo conductor de las aspiraciones y deseos de Javier Milei. Tanto Milei como Boric, se mantienen como fichas a ser utilizadas por el imperialismo de acuerdo a sus requerimientos de agresión de cualquier país objeto de sus ambiciones. Ello, pudimos constatarlo en la recién finalizada 79.º período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en que Boric y Milei coincidieron en sus discursos en un solo punto: la agresión de la Revolución Bolivariana en general, y en particular, sus ataques al Presidente Reelecto, Nicolás Maduro Moros. El falsete del Boric, dedicó sus pocos minutos en el podio de Naciones Unidas para agredir al pueblo venezolano, enfatizando que: «Chile no está en condiciones de recibir más venezolanos». Asimismo, denunció la supuesta: «persecución desatada por la dictadura» de Nicolás Maduro contra los venezolanos, se refería a las políticas de seguridad implementadas por el gobierno bolivariano para desarticular la campaña de agresión implementada por los «comanditos del terror» de la sayona, María Corina Machado, en su fracasado intento de golpe de Estado del 28 de julio y días subsiguientes. Boric, como es del conocimiento público, envió mercenarios entrenados por EEUU, como supuestos migrantes venezolanos para atacar Venezuela y chile, sirvió de escenario para su entrenamiento. ¡De esa derrota, aún no se recupera Boric! «Como presidente joven, latinoamericano y de izquierda, digo fuerte y claro que los derechos humanos se deben respetar siempre y en todo lugar y debemos exigir este respeto sin importar el color político del dictador o el presidente de turno que lo vulnere», dijo el vulgar presidentico que por joven no deja de ser viejo en su fracasado intento de hacerse pasar por revolucionario, en defensa de crímenes contra el pueblo venezolano, objeto de una agresión fascista, que nada tenía que ver con los derechos humanos de la población venezolana. ¡Tan fascista como el que más! Finalmente, el presidentico chileno tan igual que un paquete chileno, ahora clama por el reconocimiento del supuesto «triunfo» de Edmundo González Urrutia en las elecciones del pasado 28 de julio. Esto, pese a que el mismo ex candidato fascista reconoció su derrota y triunfo de Nicolás Maduro. De presidentico, pasa Boric a convertirse en presidente del CNE venezolano y como tal, proclama desde el podio de Naciones Unidas, el triunfo de un sujeto que ya reconoció su derrota electoral en las urnas. Semejante falla fue aprovechada por el Canciller venezolano, Yván Gil, quien aprovechó tamaña burrada para botarla de jonrón, expresando: «De esta manera, el mandatario chileno se alinea con la narrativa del ultraderechista argentino Javier Milei y el gobierno de EEUU, quienes se asumieron como voceros del Golpe de Estado que los extremistas de la derecha venezolana intentaron ejecutar contra las instituciones del país». Todavía nos preguntamos cómo mantener relaciones diplomáticas con fascistas de izquierda. Boric, se convierte así en el colmo del ridículo hecho presidente, pero ridículo y todo el pinochetico cumplió la orden emitida por Washington, moviendo su colita en sugerencia del Yes Sir o sí señor o a su orden mi señor.

Por su parte, el fascista Milei supo aprovechar sus pocos minutos en el podio de Naciones Unidas para descalificar al sistema de Naciones Unidas, dijo el pichón de Hitler: «Pasamos de una organización que perseguía la paz a una organización que le impone una agenda ideológica a sus miembros, sobre un sinfín de temas que hacen a la vida del hombre en sociedad». Decidido a profundizar las diferencias con los estados latinoamericanos, el libertario gozón reprochó a la ONU, la permanencia de Cuba y Venezuela, en la asamblea: «En esta misma casa, que dice defender los derechos humanos, han permitido el ingreso al consejo de derechos humanos a dictaduras sangrientas sin el más mínimo reproche». Por supuesto, ni una sola palabra sobre la pobreza en Argentina, que ya arropa al 52,9% de la población, hablamos de 29,6 millones de personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina, lo que equipara a esta nación con Haití. De ese total, 5,4 millones de personas (18 %) y 1,4 millones de hogares (13,6%) están en situación de indigencia, porque no alcanzaron a cubrir la canasta básica alimentaria promedio del hogar, valuada en $349.073. Es la realidad, que se niega a ver Milei, mientras su dulce vida transcurre de cumbre en cumbre, como fantasía otoñal y mientras el pueblo argentino, padece su nefasto gobierno fascista…



Esta nota ha sido leída aproximadamente 619 veces.



Henry Escalante


Visite el perfil de Henry Escalante para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: