Los motivos del lobo: ocupación y petróleo

Los motivos de las guerras imperialistas son la ocupación y el robo del petróleo; así están diseñados los intereses del Estado Profundo imperialista que se bifurca en las corporaciones petroleras, las productoras de armas y la industria de bienes y raíces.

Los presidentes estadounidenses dependen de ese juego de intereses, Trump se parcializó con los intereses petroleros y perdió la reelección; esa es una muestra de ese tango.

En Ucrania y el Medio Oriente, los motivos de la ampliación de las guerras es tanto por el control geopolítico de las regiones, como la oportunidad de robarse los recursos. Los países víctimas no interesan; a ellos hay que destruirlos. Así pasó en Libia, en Siria, hoy en Ucrania, Líbano y Palestina.

Sin embargo, las cosas esta vez, no le están saliendo tan bien a los imperialistas; hablar del imperialismo es hablar principalmente de Washington y la Otan.

En Ucrania, no solamente perdieron una amplia región geográfica, sino también están perdiendo la guerra contra Rusia.

Aunque, con sus berrinches disuasorios nucleares pretenden poner al mundo de rodillas frente a la capacidad destructiva de su poder; los rusos con su capacidad militar y tecnológica y el Eje Islámico con su determinación y fe, han levantado un muro de dignidad y valentía en el que chocan las aspiraciones de las corporaciones imperialistas.

Si bien se puede derivar que la guerra contra Palestina y el Líbano han sido los medios para atacar Irán; en ningún caso, las cosas les han salido bien.

Algunos sostienen que Hamás es creación de los imperialistas para justificar la destrucción de Gaza y caminar hacia El Líbano; yo sostengo que ellos crearon el fenómeno desde su instalación en la zona con patrocinio de la ONU y los ganadores de la II Guerra Mundial; talvez por ello, un 25% de de la población sionista sean rusos.

Desde el asentamiento israelí en los años 40 del siglo pasado, comenzó el sufrimiento para los palestinos; los israelitas expandieron la ocupación, desplazaron a los palestinos, destruyeron sus casas, robaron las tierras y colonizaron. En los últimos años bloquearon la vida económica de los gazatíes, persiguieron y asesinaban publica e impunemente a los pobladores, Gaza era una cárcel a cielo abierto.

Hamás pasaba de la resistencia con piedras y hondillas a la fabricación de su propio armamento, sin claudicar como la OLP de Arafat. Un día iba a estallar la resistencia y eso fue el 7 de octubre de 2023. También, un día iba a reventar el odio contra los árabes que públicamente expresaba Golda Meir, y eso fue el 8 de octubre del mismo año; hoy hace un año de masacres continuas y de destrucción de Gaza.

Los gringos aprovecharon el momento y si no hubiera ocurrido, lo inventan; porque la agresión ya estaba programada. Lo mismo sucedió en Ucrania con el golpe de Estado y la justificación del euro Maidan, en 2014.

Ahora ambas guerras están atoradas entre la resistencia activa de los pueblos y el desgaste del agresor. Hay que agregar que este estancamiento de los motivos de las corporaciones energéticas y armamentistas, se está llevando a cabo en niveles más amplios de implicación; tanto a favor de los imperialistas, como en solidaridad con las víctimas.

Los imperialistas en su arrogancia y menosprecio por los que no cuadran con sus intereses, creyeron que se trata solo de bombardear las poblaciones civiles, ocupar el terreno y las resistencias salían huyendo con los refugiados y aniquilar los que quedan vivos.

Así hicieron en Libia y Siria, en el Dombás, en Gaza y ahora en El Líbano, pero, los pueblos avanzan en técnica, determinación, capacidad de combate y amor por su país y sus úeblos y en unidad ideol+ogica y operativa.

Israel y Estados Unidos pensaron que iba ser fácil doblegar a rusos e islamistas, pero se pegaron el tiro en el pie. No avanzan en El Líbano y se retiran del frente oriental en Ucrania con cuantiosas pérdidas humanas y abandono del terreno.

Los guerreros rusos, por su parte y el Eje de la resistencia islámica por su camino, han logrado diferir los motivos de Washington y la Otan, someterlos a un desgaste continuo y provocarle frecuentes y humillantes derrotas.

Aunque asesinen a generales, destruyan vidas civiles y ciudades, las corporaciones imperialistas van perdiendo la guerra y no pueden sostener las ocupaciones.

En el terreno Hamás existe y resiste Hezbolá y la resistencia islámica tiene a raya al ejército de ocupación e Irán ratifica su persuasión militar a niveles inimaginables. Rusia está derrotando a todo occidente.

Cualquiera diría que la Otan, Israel o Washington, tiene la alternativa de las bombas atómicas. Pero, a ese análisis se le tiene que agregar que, por su parte Rusia y Corea Norte, recientemente han replanteado sus doctrinas nucleares, china ensaya nuevos armamentos ie Irán, tiene lo suyo también. Bajo las circunstancias enunciadas, la ocupación y robo del petróleo en Asia y el Medio Oriente, que es el objetivo y motivo esencial de las guerras imperialistas, se les está frustrando gravemente a las corporaciones.

La histórica mundial entro en la lógica de la acción y reacción a niveles superiores; pues, en otras palabras, en el mundo sin guerra fría, se entró a una fórmula de paridad. la variante ahora es saber hacia dónde va el mundo: hacia la decadencia imperial o la ascensión del multilateralismo.

Pero creo que lo mas importante es preguntarse: ¡Que regiones del planeta son las más afectadas? ¿Cuánto tiempo durará esa transición? Y ¡Cuál será el coste humano de esa transición? La gente de Ucrania, los rusos del Dombás los niños y mujeres de Gaza y los ciudadanos civiles de El Líbano, Siria y Yemen lo saben.



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Memo Fernández


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