Las visiones polarizantes de los extremos políticos venezolanos, hacen ver que las distintas miradas e interpretaciones que son diametralmente opuestas, cuando toman posición sobre determinado quehacer político y su influencia (positiva o negativa) sobre el devenir histórico de la nación venezolana, los convierte en perspectivas diferentes.
Es el caso del triunfo electoral en las elecciones presidenciales estadounidenses, por parte del señor Donald Trump, en la que surgen posiciones y especulaciones, sobre las posibles consecuencias para Venezuela, con el contundente triunfo del partido republicano, tanto en el poder ejecutivo, como en el poder legislativo.
Comenzando por las personas que consideran que ganando Kamala Harris o Donald Trump, "daba igual", que nada cambia en la política exterior estadounidense, que no modifica su pragmatismo de "solo intereses, solo aliados" para seguir demostrando que son el país más poderoso sobre el planeta tierra y que no están interesados en dejar de ser el imperio referencial y dominante en los últimos 80 años, que se caracteriza por mantener un mundo unipolar y supremacista.
Están los que consideran que el triunfo de Donald Trump, es "la verdadera amenaza" para la paz mundial, y las posibilidades de más conflictos y ambientes bélicos, van aumentar de manera significativa, para beneficio de la industria armamentista judío – estadounidense, que tendrán de presidente a una persona confrontacional, muy amiga de mostrar siempre "el poderío imperial" que le encanta las sanciones y los bloqueos.
En la extrema derecha suramericana, están muy felices con el regreso de Trump a la Casa Blanca, ya que eso significa el reforzamiento ideológico del llamado "patio trasero" del imperio y se convierte en "el mejor amigo" de los gobiernos anti izquierdistas y que pueda neutralizar a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Están "los optimistas moderados" que piensan esperar las acciones del nuevo gobierno republicano a partir del 20 de enero del 2025, para ir observando si es cierto que tendremos a un Donald Trump, más dialogante que confrontacional y más tolerante con los rivales ideológicos del imperialismo estadounidense y en Venezuela esperan que se den relaciones de respeto.