Siria, Estados Unidos y una lección para los BRICS

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

*/Es necesario tener el ojo puesto en las respuestas que Rusia, China e Irán en particular le darán a la cuestión siria y la arrogante provocación de Estados Unidos./*

Los recientes eventos en Siria con la caída del gobierno de Bashar al-Assad, están produciendo grandes cambios a través del tablero geopolítico. En la medida que cambie la geometría del Medio Oriente también lo harán las relaciones entre los muchos participantes en el juego. Y hay lecciones muy importantes que aprender.

*Estados Unidos todavía tiene algunos ases en la mano.*

Vamos directo al punto: Estados Unidos ha demostrado que el poderío militar y el control del terrorismo todavía son más fuertes que las asociaciones geo-económicas. Tratemos ahora de entender porqué.

Estados Unidos transitó por una delicada fase de transición electoral cuyos efectos se sintieron en muchos otros estados y en todo el mercado global. Ellos convergieron al llamado de la consigna MAGA (sigla en inglés, Make America Great Again) es decir, Hagamos a EE.UU. Grande de Nuevo, lo cual nadie ha especificado cómo, si a través de un proceso de reformas internas y mutaciones ideológicas o a través de la reanudación de cierto expansionismo imperialista, iniciando nuevos escenarios de guerra. Por otro lado, la grandeza norteamericana siempre ha sido militar y económica, con certeza no histórica ni cultural, de tal modo que ya existen suficientes razones en la citada consigna para plantear unas pocas incertidumbres en torno al futuro cercano.

Con la elección de Trump, muchas geometrías han cambiado rápidamente, por una parte desplazándose hacia un acercamiento con posiciones políticas que había abandonado al final de su período anterior, mientras que por otro lado, él ha planteado un desafío ante el surgimiento de un nuevo orden multipolar: La inquietud es siempre la misma: recordarle al mundo – mejor aún, demostrarle – que Estados Unidos es el más fuerte, es el país número uno – es el que decide el destino de toda la humanidad.

Consecuente con este implícito propósito, la lectura de los eventos en Siria juega un rol relevante en la estrategia general implementada por los norteamericanos: desestabilizar el Medio Oriente para proteger sus propios intereses, demostrándole a todos que Estados Unidos no ha puesto fin a su dominación, que todavía puede provocar súbitos y significativos cambios que pueden desbaratar los cambios de sus competidores y desbaratar sus alianzas. Eso es un hecho.

Tal como ha sido establecido y confirmado en diferentes situaciones, Estados Unidos es parte de la estrategia de atacar la Siria Baatista en buena coordinación con Israel piloteando a Turquía (que es miembro de la OTAN) y, lo más importante, instrumento del terrorismo yijadista.

Dado que esto es fundamental: Estados Unidos todavía controla una buena parte del terrorismo internacional empleándolo como un pandillero para hacer el trabajo sucio cuando los medios ordinarios y legales dejan de ser viables, el terrorismo funciona exquisitamente bien, especialmente en lugares como Siria que ha sido largamente víctima de este y ha sido la región favorita para una amplia experimentación con tipos híbridos de conflicto y como campo para probar las milicias yijadistas cuyo rol quizás todavía no está claro para muchos pero lo será pronto.

Probablemente, como algunos analistas lo han señalado, el ataque contra Siria habría sido planificado con anticipación y los competidores solo estaban esperando el momento adecuado el cual estaba identificado con –una gradual pero efectiva toma del poder— de Donald Trump justo durante su visita a la colonia europea, donde tuvo mucho éxito y confirmó la hegemonía norteamericana en el viejo continente.

Asegurar el control del mar Mediterráneo es demasiado importante para Estados Unidos.

Mantener su dominio sobre Europa es un asunto que no puede ser cuestionado.

De este modo Trump llegó a las capitales europeas durante su gira incluso reuniéndose con Zelensky a quien le reaseguró y oficializó la reapertura de los bailes de guerra 2025 un poco adelantados pero a tiempo para disfrutar los feriados navideños de la mejor manera posible. Aseguró la obediencia de Francia, Italia y Alemania, hizo una visita a sus primos en Inglaterra y le dio órdenes a su actor en Kiev; reconfirmó la ocupación militar, reiteró la importancia del dólar como amo soberano del mercado, aseguró las rutas comerciales bajo el patrocinio norteamericano --tales como la Ruta del Algodón que pasa por Trieste y establece el control norteamericano e israelí sobre el Mediterráneo hasta el Oriente Indio – e incluso hasta tan lejos como para plantear algunas provocaciones a Moscú y Beiyín.

Todo está listo. El contexto para el lanzamiento de la primera fase del plan fue perfecto.

Aquí Estados Unidos, en concierto con Israel y Turquía lanzó el ataque utilizando a las marionetas del terrorismo ISIS y en cuestión de días literalmente cambió el mapa de la Medialuna. Lo que suceda después queda por ser descubierto, lo que importa ahora es que los norteamericanos han demostrado que con el liderazgo correcto y un poco de indignación, ellos todavía pueden realizar maniobras importantes en el tablero internacional e infligir daños significativos.

La conquista de Siria no solo significó cortar la entrada al mar Mediterráneo para Rusia, no solo cercenar la colaboración anti-sionista iraní con el Líbano y Palestina, pero sobre todo significa que desde ahora en adelante, toda la región se verá diferente y que, potencialmente Estados Unidos está listo para hacer lo mismo en otras partes. Esto es lo que marca la diferencia. Ahora todo el mundo tiene que acomodarse una vez más con una realidad diferente.

Tal vez este sea un análisis demasiado optimista para el lado de Estados Unidos pero por lo menos resulta posible.

*El Desafío de los BRICS+*

Existe también un hecho a ser considerado porque influye grandemente al final de la percepción del año 2024 y que se ha caracterizado por la gran Cumbre de los BRICS+ en Kazán: lo que sucedió en Siria demuestra que los BRICS* todavía no son muy fuertes para bloquear al poderío norteamericano en el mundo o más bien, todavía no tienen el peso político y la capacidad militar para hacerlo.

Esto es comprensible si tomamos en cuenta los muchos análisis de la a menudo temerosa necesidad de la unión entre los BRICS y la SCO (sigla en inglés) (Organización de Cooperación de Shanghai) la cual crearía una gran asociación geo-económica, estratégica/anti-terrorista. No obstante, este acuerdo aún no se concreta.

Kazan había rediseñado los mapas del comercio mundial y fuertemente había promovido la desdolarización mientras Estados Unidos se hallaba en una fase de incertidumbre y riesgo pero ahora las cosas han cambiado – incluso muchos países de los BRICS han aplaudido al nuevo presidente – todo está cambiando de nuevo. Quizás una disminuida percepción de peligro, quizás un complejo paquete de intereses que repentinamente han cambiando, quizás acuerdos secretos hechos anteriormente o quizás el simple deseo de no emanciparse del todo de Estados Unidos…. el hecho es que Estados Unidos ha demostrado una debilidad en los BRICS y esto podría socavar su estructura y evolución.

Ahora es el momento para que la organización tome medidas en una dirección diferente, pero la inminente presidencia de Brasil hace temblar los intereses euroasiáticos.

El riesgo es que los BRICS sean "reformados" sin reforma, dejada en el trasfondo sin desarrollos significativos y anestesiada su fuerza para el cambio. Todo un año de bloqueo podría resultar fatal para muchos países.

Por lo tanto será necesario pegar el ojo en lo que responda Rusia, China e Irán en particular le den al problema sirio y la arrogante provocación de Estados Unidos.

Las opiniones de autores particulares no necesariamente representan aquellas de

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