DISCURSO CONMEMORATIVO DEL 91 ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL GENERAL AUGUSTO C. SANDINO

Buenas tardes Excelencias, representantes diplomáticos de países amigos compañeros de la solidaridad, miembros del Comité Sandino, jóvenes, amigos todos,

Reciban un fraterno saludo de nuestros Copresidentes, Comandante Daniel Ortega Saavedra y Compañera Rosario Murillo, quienes con el compromiso inquebrantable de seguir construyendo una Nicaragua libre y soberana, nos convocan hoy para rendir homenaje a nuestro Héroe Nacional, Libertador y Padre de la Dignidad Nicaragüense, el General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino.

Hace 91 años, en una noche de traición y vileza, la mano servil del imperialismo segó la vida del General Sandino. Un hombre que con valentía inquebrantable se alzó contra la ocupación extranjera, defendiendo con su sangre el derecho sagrado de nuestro pueblo a decidir su propio destino. Su cuerpo, desaparecido por la cobardía de sus verdugos, nunca fue encontrado. Como si el enemigo creyera que borrando sus restos podría desaparecer su legado. Pero se equivocaron.

El General Sandino no surgió de la nada. Su espíritu indomable fue forjado por la injusticia y el dolor de su pueblo. En 1912, el joven Augusto presenció el vil asesinato del General Benjamín Zeledón, ejecutado por los invasores estadounidenses. Aquella tragedia lo marcó para siempre y juró que Nicaragua debía ser libre. Desafió al imperio con la dignidad de los que saben que la lucha justa no conoce derrota. Estados Unidos nunca pudo capturarlo en el campo de batalla. Fue traicionado por la mano servil de los enemigos de la patria.

Esa noche oscura no solo fue testigo del asesinato de Sandino, sino también del vil ajusticiamiento de otros patriotas, incluyendo al niño Abraham Rivera, asesinado por la dictadura somocista. Fue un intento desesperado de acallar el grito de soberanía, de exterminar la semilla de la resistencia. Sin embargo, aquella sangre derramada germinó en la conciencia de generaciones enteras, alimentando la lucha por la justicia y la libertad.

Hoy, en el siglo XXI, la lucha sigue. Nicaragua sigue siendo blanco de ataques e intentos de injerencia por parte de las mismas potencias que Sandino enfrentó con su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. La Unión Europea y otros países imperialistas intentan, con sanciones y difamaciones, doblegar la voluntad de nuestro pueblo. Pero como ayer, respondemos con dignidad y firmeza. Nuestra soberanía no se negocia ni se vende. No aceptamos dictados extranjeros ni permitimos que nos impongan modelos ajenos a nuestra realidad.

A pesar de los ataques, Nicaragua sigue avanzando con pasos firmes. Gracias a la dirección visionaria de nuestro Gobierno Sandinista, hemos conquistado logros significativos que devuelven la dignidad y restituyen los derechos al pueblo, derechos que fueron negados por los gobiernos serviles del pasado.

En salud, hemos construido y modernizado más de 24 hospitales, 1,600 puestos de salud y 192 casas maternas, garantizando atención gratuita y de calidad para todos los nicaragüenses. En educación, la gratuidad ha sido restituida en todos los niveles, se han abierto más de 300 nuevas escuelas y se han fortalecido programas de alfabetización que han reducido el analfabetismo a menos del 5%.

En materia de energía, hemos alcanzado más del 99% de cobertura eléctrica en todo el país, incluyendo las comunidades más alejadas, con una matriz energética que en un 75% proviene de fuentes renovables. En economía, a pesar de los bloqueos y sanciones, Nicaragua ha mantenido un crecimiento sostenido, con inversiones en infraestructura, el fortalecimiento del sector agropecuario y la expansión del turismo.

La pobreza, que durante los gobiernos neoliberales alcanzó niveles alarmantes, ha sido reducida en más de un 30% en los últimos años, con programas de viviendas dignas, bonos productivos para el campo y apoyo a pequeños emprendedores. Estos avances son una muestra del compromiso inquebrantable del Gobierno Sandinista con el bienestar del pueblo y la defensa de nuestra soberanía.

Excelencias, compañeros de la solidaridad, amigos,

El ejemplo de Sandino nos llama a la resistencia, pero también a la esperanza. Como el General nos enseñó, no hay fuerza capaz de someter a un pueblo que ama su libertad. Sigamos construyendo la patria con valentía, con unidad y con el compromiso inquebrantable de defender nuestra soberanía. Sigamos el camino de la justicia social, de la autodeterminación, de la paz con dignidad.

Sandino es Luz y Verdad, vive en cada niño que estudia, en cada campesino que cultiva la tierra, en cada trabajador que levanta el país con su esfuerzo. Sandino vive en la lucha cotidiana de este pueblo indoblegable. Y mientras su bandera ondee en lo más alto de nuestra historia, Nicaragua seguirá siendo libre, digna y soberana.

¡Que viva el General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino!

¡Que viva la Nicaragua digna y soberana!

Muchas gracias.