Deportar inmigrantes puede brindar victorias electorales a los políticos si los votantes han sido suficientemente cultivados durante años de demonización de los inmigrantes extranjeros como chivos expiatorios de la existencia del hampa y actividades criminales. Para sus víctimas de la cruel repatriación forzada son horribles e incluyen el desgarramiento de familias. Sin embargo, tal deportación tiene poco sentido desde el punto de vista económico. Representa un programa autodestructivo a nivel nacional basado en una comprensión errónea de la economía de la inmigración.
Lo que una vez "hizo grande a Estados Unidos" fue la inmigración ,al menos para la mayoría de la población blanca, fueron sus sucesivas oleadas de inmigrantes. Lo que subrayó la fortaleza de la economía estadounidense fue su capacidad de trabajar y absorber e integrar esas olas de emigrantes a pesar de las fricciones entre ellas: un crisol de culturas genuinamente productivo. La educación americana hasta mi doctorado hizo hincapié en estos puntos. La mayor parte de los emigrantes europea o latinoamericana tenía un nivel cultural superior al del norteamericano promedio que ha apenas terminado el High Schoool, cuyos egresados tienen una cultura general muy elemental. Para comenzar los inmigrantes después de unos seis meses ya dominan dos lenguas: el inglés local y la suya original. Es cosa rara que un norteamericano sea bilingüe.
¿Qué fue lo que revirtió entonces una comprensión tan positiva de la inmigración? ¿Qué convirtió la inmigración en un peligro urgente para la grandeza estadounidense? ¿Qué le permite a Trump posar como si estuviera "protegiendo a América" al reducir drásticamente la inmigración y deportar masivamente inmigrantes? (Por "inmigrantes" me refiero a la gran mayoría de personas que son pobres y se incorporan a la clase trabajadora con bajos niveles de ingresos.
Eso puede ser aprovechado para retener empresas norteamericanas que emigran hacia regiones donde la mano deobra es barata porque menor costo laboral las hace máscompetitivas en el mercado internacional. Como es el caso de las maquilas.
Los residentes estadounidenses nacidos en el extranjero representan alrededor del 14 por ciento de la población total, o aproximadamente 46 millones. Alrededor de 12 millones de ellos son indocumentados.
Las respuestas a la pregunta de porque no se aprovecha esa mano de obra barata en territorio norteamericano. se encuentra en la economía política de la misma inmigración.
Sin embargo, esas respuestas y la economía política que las genera está extrañamente ausente del debate y la conciencia popular norteamericana. La retórica antiinmigratoria del Partido Republicano en los últimos años, más las políticas de deportación de inmigrantes implementadas durante las últimas tres presidencias, ilustran esa ausencia.
Muchos políticos, tanto del Partido Republicano como del Demócrata, apoyan la deportación como respuesta necesaria a las "costosas invasiones" de inmigrantes a menudo equiparados en la retórica a criminales, porque se equipara al ingreso clandestino con un crimen. Sin embargo, la evidencia de este programa de demonización ha sido muy escasa. Sus defensores parecen ignorar en gran medida la verdadera economía de la inmigración.
La mayoría de los inmigrantes que llegan a los Estados Unidos son adultos jóvenes. Lo son porqwue sólo gente jóven pueden afrontar las dificultades y los peligros de la migración. Gente joven que ocupa y desempeña con mayor facilidad los trabajos más difíciles con el salario más bajo que por sus circunstancias desesperadas y vulnerables se les imponen y que normalmente un joven norteamericano no aceptaría aunque sean trabajos que son necesarios. Los emigrantes indocumentados son los más vulnerables en sus países de origen y en el caso de los campesinos son víctimas que emigran porque no pueden competir con la apertura de mercado obligada por los acuerdos de libre comercio impuestos por Washington a sus países de origen. Esos desgraciados no se atreven a quejarse ante la policía u otros funcionarios del gobierno cuando los empleadores se aprovechan de ellos y abusan de ellos. Los inmigrantes a menudo envían partes de sus salarios ("remesas") a los países que abandonaron. Las remesas ayudan a cuidar a los niños, los ancianos y otras personas que en su desesperacióndejaron atrás y esas remesas compensan en parte el perjuicio causado a los países de origen por la pérdida de la productividad de que causa la fuga obligada de sus emigrantes.
Antes de que los inmigrantes adultos llegaran a Estados Unidos, su educación fué financiada por sus países de origen. Sus familias y gobiernos gastaron sumas considerables para alimentarlos, vestirlos, albergarlos, educarlos, etc., desde su nacimiento hasta los 15-18 años de edad. Los países de origen "Invirtieron" en sus jóvenes pero obtuvieron pocos ingresos de esa inversión porque los jóvenes emigraron a Estados Unidos adultos emigraron a Estados Unidos. Sus años de productividad benefician la economía de Estados Unidos y no la economía, de sus países que invirtieron en ellos.
Por el contrario, las personas nacidas y criadas en Estados Unidos enfrentan altos costos económicos para el país. antes de convertirse en adultos trabajadores con un grado de Know How.. Las familias del emigrante sufragan parcialmente los gastos de su formación (comida, ropa y alojamiento). Los gobiernos, estatales y locales sufragan otras partes de esos costos (educación pública, servicios públicos, etc.). Dado que relativamente pocos estadounidenses gozan gratuitamente de esos servicios que son públicos en Latinoamérica. Esos adultos formados emigran a Estados Unidos. La economía norteamericana obtiene el rendimiento de su productividad adulta sin ninguna inversión en su educación.
Además de esa ventaja Estados Unidos recibe la productividad de los inmigrantes en quienes nunca invirtió.
Dado que muchos de los países a los que pertenecen los inmigrantes se encuentran a menudo entre los países más pobres, la inmigración de sus ciudadanos a los Estados Unidos representa un subsidio a Estados Unidos por parte de las naciones pobres.
La migración refleja las desigualdades internacionales del capitalismo globa. sino que también las empeora.
Los países de origen de los migrantes pierden la productividad adulta que más necesitan. La migración transfiere esos beneficios a los países ricos que menos los necesitan.
Ese "gran" pasado estadounidense que celebra MAGA (Make América >Great Again ) fue construido por muchas décadas de oleadas masivas de inmigrantes provenientes de todo el mundo que crearon en EEUU un Impresionante crecimiento del PIB en los siglos XIX y XX Ese crecimiento económico se debió en gran medida a los subsidios proporcionados a EEUU por los países originarios de la inmigra ción.
Las primeras oleadas de inmigrantes estimularon el crecimiento económico que a su vez atrajo, acogió e incorporó a oleadas posteriores. Cada ola de inmigrantes tuvo sus dificultades, y la mayoría acabó consiguiendo salarios más altos; Algunos incluso salieron de la clase trabajadora para convertirse en emp resarios que crearon empleo. La inmigración y el crecimiento se facilitaron mutuamente en un ciclo que muchos consideraron un crecimiento "excepcional" que de ese modo esquivó los horrores de la R>evolución Industrial en Inmglaterra que describe Charles Dickens.
A medida que llegaba cada ola de inmigrantes, sus miembros en su mayoría soportaban los peores trabajos y los salarios más bajos y vivían en las peores viviendas y en barrios carentes de servicios públicos, como escuelas inferiores para sus hijos. Cuando llegó la siguiente ola, los emigrantes anteriores ya habían escalado al tas posiciones en la escala económica y social. Como por ejemplo el actal Secretario de Estado Senador Marco Rubio.
04 /03 /2025