EL MAL CÁLCULO DE ALAN GARCÍA

Luego de las elecciones presidenciales en Perú hace menos de un año, con el triunfo de Alan García, en Perú se generó una matriz de opinión triunfalista de lo que representaba el candidato Aprista: El rotundo apoyo a la centro-derecha peruana. Esta situación se tradujo –erróneamente- en creer, por una parte, el apoyo de los peruanos al proyecto político, económico, social, cultural que ha estado detrás de la derecha peruana desde los tiempos de Fujimori, justo cuando se iniciaron las reformas neoliberales. Por la otra, creer que los movimientos políticos de izquierda en Perú habían sido derrotados y por ende, disminuido en los apoyos populares. Tamaño error de cálculo. El rechazo a las medidas neoliberales, entre ellas la flexibilización laboral que afecta a los docentes, el Tratado de Libre Comercio que aprobó el legislativo peruano, la ausencia de políticas sociales que atiendan la exclusión social, y el continuismo de las políticas de Toledo-Fujimori, han erosionado la sociedad peruana que ha levantado su voz de protesta frente a las perversiones del sistema económico neoliberal. El paro y las acciones de protesta que emprendieron los docentes agrupados en el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), que han dejado como saldo a una niña fallecida en la localidad de Abancay y decenas de heridos, las protestas de grupos indígenas y campesinos que se oponen al Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, la convocatoria a una huelga nacional de los sectores productivos del Perú, desde trabajadores y maestros hasta mineros y agricultores, se suman al conjunto de protesta que tienen en jaque al gobierno de García. Definitivamente el cálculo político fue errado. El apoyo coyuntural al candidato Aprista, encabezado por los Estados Unidos y la oligarquía peruana, o más bien, el rechazo a lo que representaba Humala, fue un fenómeno netamente electoral, que luego de lograr la victoria pírrica de la presidencia de la república del Perú, se desvaneció frente a la realidad del profundo conflicto que sacude las estructuras sociales en nuestro pueblo hermano. Hoy, la sociedad latinoamericana vive un resurgir de los movimientos sociales, en donde los grupos que históricamente había sido excluido de la vida y las acciones políticas asumen un rol protagónico en la escena nacional e internacional, emergiendo a través de la búsqueda de reivindicar sus derechos ancestrales, y Perú no es la excepción. En Venezuela, el producto de estas luchas fue el inicio de una nueva era republicana que trae consigo la construcción de un nuevo modelo sociopolítico, en Bolivia el renacer del indigenismo a través de la conformación de un gobierno autóctono que representa las mayorías (más de un 70% se define como indígena), en Argentina, el resurgimiento del “peronismo bueno”, en Uruguay la ruptura del bipartidismo tradicional y el renacer de una nueva izquierda, en Ecuador la asunción de un gobierno de izquierda con un proyecto revolucionario de transformación profunda, en Colombia la capitalización de la izquierda de un conjunto de espacios políticos importantes, y en fin el surgimiento de movimientos y grupos que promueven una Latinoamérica distinta. Sin embargo, frente a la realidad compleja que vive la sociedad peruana, el gobierno responde con fórmulas tradicionales: la represión, que a parte de incrementar la violencia, va erosionando la poca legitimidad que le queda al gobierno de Alan García. Hay que recordar el triste momento que vivió Bolivia con Sánchez Lozada y Argentina con De la Rúa, e incluso Collor de Melo en Brasil, Pérez en Venezuela, y Gutiérrez en Ecuador (para citar el último) donde luego de lograr victorias electorales, no pudieron concluir con su mandato presidencial, producto de las fuertes presiones causada por movimientos sociales alzados en protesta frente a las medidas neoliberales que impulsaban. Estos actores también calcularon mal, y el resultado definitivamente no fue el que se esperaron. Quedará aguardar activamente el resultado de Alan García en Perú.


(*)Politólogo (UCV-Venezuela)

Msc en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos (UAH-Chile)

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