No existe en el mundo alegato válido con el cual se pretenda justificar que, por este hecho, el dueño del lugar sea cómplice de aquél y menos que un uso excesivo de la fuerza asegure el librarse de quien jamás tendrá la posibilidad de enfrentar un ataque tan brutal. Surge la pregunta del por qué se aseguraron de no capturar vivo a alguien tan valioso para obtener información de primera mano. No se trata de si se merecía la muerte, o no; porque quien asume esa forma de vida, vive muerto.
Aunque los despiadados ataques del paramilitarismo colombiano son atribuidos a la guerrilla –por el mismo gobierno colombiano que los promueve para justificar represalias contra la FARC’s que vayan más allá de lo concebible en una guerra convencional– la forma en la cual fue muerto “Raúl Reyes” y su grupo guerrillero nunca podrá ser justificada por Uribe: Ni siquiera con la obtención de esa computadora tan especial que además de blindada tiene la capacidad de parir, ¡porque ahora son tres!
A la guerrilla colombiana la podrán acusar hasta de las atrocidades que cometen los paramilitares; pero, nunca han dado muestras de brutalidad en sus acciones, como para dejarse detectar por un teléfono y comprometer a sus supuestos aliados con documentos digitalizados que nunca podrán presentarse como pruebas ante ningún tribunal. ¡Ni siquiera en uno constituido por Bush y Uribe; entre otros!
Obviamente fue una delación lo que permitió ubicar al grupo guerrillero, porque “las inteligencias gringa y colombiana juntas”, nunca han dado muestra de tanta habilidad. Ni siquiera con que hayan hecho aparecer de la nada dos nuevas computadoras. No se extrañen que en una de ellas se encuentre el video de cuando Chávez, Osama Bin Laden y Marulanda planificaron en detalle el atentado contra las Torres Gemelas de Manhatan. Contendrá también los números de cuentas del City Bank a través de las cuales Chávez envió los dólares para financiar el atentado.
Las explicaciones del alto mando militar colombiano no “dieron pie con bola”; primero, dejaron entrever que poseen un “súper fusil” que puede disparar hasta dos kilómetros y acertar el disparo; luego que bombardearon desde la frontera, lo cual fue desmentido por el gobierno ecuatoriano. Sólo les falto decir que con un brazo mecánico, desde el lado colombiano, recataron los cadáveres que les interesaban presentar como pruebas. Me imagino que las computadoras las recuperaron con un láser antigravitatorio.
Como la sarta de mentiras que le ordenó decir el Comando Sur iban siendo desmontadas una a una por los medios de comunicación –algunos por el apoyo irresticto e irracional; otros, mediante simples análisis–, no les quedo otro camino que reconocer la invasión del Ecuador, pretendiendo justificación posterior de su acción con el supuesto documento que “compromete” a Rafael Correa. La última alocución del Presidente ecuatoriano demuestra que el “empatucado” es Uribe.
La intención es obvia y si justifica la reacción de los gobiernos de sus países vecinos; no como algunos oposicionistas señalan que Chávez pretende una guerra con Colombia por “puro capricho”. La supuesta “persecución en caliente” fue una operación gringa con la cual se pretende medir la capacidad de respuesta de estos países para considerar la invasión inmediata. El gobierno estadounidense no puede esperar a que el satélite Simón Bolívar sea colocado en órbita; este dispositivo permitiría seguir los movimientos de las tropas gringas en Colombia y adelantarse ante cualquier posible ataque.
Es sabido en el ámbito de la defensa militar que no se ataca un país que este preparado para la guerra; no para provocarla, sino para repelerla. En este momento, cualquier “persecución en caliente” se “enfriaría” en la frontera. Que la FARC’s cruce a territorio venezolano no evidenciaría ningún acuerdo del gobierno con el grupo guerrillero, como se afirma. La liberación de los rehenes tampoco confirma alguna relación de amistad, o que este grupo los haya mantenido “en una de las fincas de Chávez en Barinas”, porque esta absurda especulación podría estimular la penetración del ejército colombiano hasta esas tierras llaneras; de acuerdo con su lógica antiterrorista aprendida del amo.
Ni Bush, ni Uribe pudieron soportar el triunfo político que para Chávez significó la liberación de los últimos cuatro rehenes, y el primero le ordenó al segundo que borrara esta imagen, ¡así fuera con bombas! Aquél, solícito y obediente, transmitió la orden de llevar adelante el absurdo ataque que no lo deja muy bien parado. Considero que pretendieron “eliminar el obstáculo” que representa Ingrid Betancourt, pues permaneciendo ésta como rehén impide un bombardeo masivo contra la FARC’s, si éstas no logran el acuerdo humanitario antes de que ella muera, lo cual le conviene al gobierno colombiano, para lanzar la ofensiva final interna.
Liberados de la “piedrita en el zapato” que significa un grupo en insurgencia dentro de Colombia, el control total de la región se vislumbra más cercano. No sería Venezuela el objetivo inmediato, sino Ecuador, cuyas fuerzas armadas se encuentran en desventaja con respecto a Colombia; tampoco es factible que pudiera recibir ayuda inmediata de cualquier aliado cercano.
Derrocado
Correa, con Perú no habría ningún problema porque Alan García sólo
recibe órdenes del Norte. El siguiente zarpazo lo recibiría Evo Morales
y entonces si estarían dadas todas las condiciones para embestirnos
a nosotros, salir de Chávez y asegurar el derroche petrolero hasta
el próximo siglo. Todas estas operaciones deben realizarse antes de
que gobierno de Bush cumpla la profecía de que se irá antes de Chávez.