El título, en parte, es tomado de otro autor. Luis Armando Luna, a quien no conozco, escribió un artículo para Apicalternativa.com, revista digital para la cual escribo, publicado por un de los editores de la misma, Yndimaro Restano, donde se ofrece una versión de los acontecimientos que se desarrollaron en el palacio de Nariño, unas cuantas horas antes de la operación “masacre”, dentro del territorio ecuatoriano. Lo que Luna cuenta es coherente con lo publicado por la Agencia Bolivariana de Noticias en la misma revista, que “Las autoridades colombianas estaban al corriente de los contactos que Francia, España y Suiza tenían con el número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Raúl Reyes”.
Es del conocimiento del mundo todo, por lo afirmado por el presidente ecuatoriano Rafael Correa, que por esas conversaciones, pronto muy pronto, Ingrid Betancourt, junto a otros rehenes sería entregada, se ha hablado de un total de once. Es más, el alto funcionario suramericano aseguró que sería en los primeros dìas de este mes de marzo. Actitud que parece confirmar, una vez más, que las FARC, no sólo estàn abiertas al diálogo para el intercambio de retenidos, sino para la búsqueda de la paz
Según la ABN, el canciller italiano declaró que “en el marco de esta operación de facilitación, directa e indirectamente, muchos contactos habían sido realizados”; y agregó estos contactos “fueron numerosos hasta los hechos que conocemos”. El ministro suizo, Bernard Kouchner, dijo al enterarse de la muerte de Raúl Reyes, que no era una buena noticia, “con él hablamos. Con él teníamos contactos”.
Y estas conversaciones eran del conocimiento del presidente Uribe. Hace pocos dìas, el presidente francés, Sarkozy, quien ha estado muy interesado en el asunto, sobre todo por Ingrid Betancourt, colombiana con nacionalidad francesa al mismo tiempo, declaró que estaba dispuesto a llegarse hasta la selva si fuese necesario para rescatarla. A esta manifestación, Uribe, como suele hacer, para terminar enredado en sus propias trampas, celebró y se manifestó dispuesto a prestar toda su colaboración.
Volviendo al artículo de Luis Armando Luna, titulado “Golpe de Estado silencioso en Colombia”, diremos que allí se cuenta que “con la anuencia de Uribe”, lo que coincide con todo lo anterior y la conducta que ya hemos conocido al presidente colombiano, para el 01 de de marzo, se realizaría una reuniòn entre Raúl Reyes y los negociadores franceses. Afirma Luna que desde octubre del 2007, Uribe acordó con Sarkozy, que tres enviados de éste llegarían a una entrevista con Raúl Reyes para acordarse sobre la entrega de Ingrid Betancourt.
Pero antes que esa entrevista se realizase, Luis Carlos Restrepo, ese personajillo, parecido al “mujiquita” de “Doña Bárbara, llamó a los delegados franceses que no se apersonaran al sitio, sin darles como acostumbra, ninguna explicación convincente. Una vez más, esto no es raro, Uribe no hace honor a su palabra. Obsérvese que el proceder es el mismo del día de la entrega de Clara y Consuelo. Esa vez, también a última hora, Restrepo llamó a los observadores para veladamente amenazarles, con aquello que “no garantizaban su seguridad”.
¿Qué paso ahora?
Según Luis Armando Luna, en el palacio de Nariño, se produjo una sublevación de alto nivel oficial, encabezada por ese tenebroso personaje que se llama Juan Manuel Santos, ministro de la defensa o de la guerra. Y según el artículo que comentamos, los alzados le advirtieron al pusilánime de Uribe, que “asumirían de facto la conducción del gobierno”, si no impedía la reuniòn que estaba por efectuarse entre Raúl Reyes y los negociadores de Sarkozy. Por supuesto, también se menciona algo por uno dado por sobreentendido, que detrás de todo aquello estuvo el gobierno de Washington.
Bajo esta nueva presión, Uribe optó por “ordenar” la operación que terminó en la “masacre” en territorio ecuatoriano y en el incumplimiento de la palabra comprometida con el presidente francés Sarkozy.
Esta historia no es extraña y menos diferente a la aparición inesperada de Uribe, aquel 31 de diciembre, en la ciudad de Villavicencio, después de haber pasado varios dìas silencioso, a voltear la mesa e interrumpir la “Operación Emmanuel”.
Para el colmo de Uribe, Santos y el Departamento de Estado, la guerrilla actuó con serenidad e inteligencia y dio una respuesta que le presenta realmente interesada en la paz y en la continuación de las gestiones humanitarias. La alta dirección política colombiana, por asesorarse por esos burdos jefes militares gringos, quienes juran que todo se resuelve a los trompazos, han dado reiteradas muestras de poca inteligencia. Y la guerrilla, con todos sus defectos, errores y prácticas puestas en duda y rechazadas por muchos, en los últimos meses le han estado dando derrota tras derrota.
Con razón Luis Armando Luna, calificó aquel suceso del frío palacio bogotano, como un “golpe de estado silencioso”. Pero ahora, Uribe queda definitivamente descalificado para negociar. Porque no tiene mando, se le conoce como incompetente para hacer lo que dice u ofrece y porque, como ya dijimos una vez, es un mentiroso o embustero contumaz. Esta vez quedó mal con Sarkozy y mintió descaradamente a Rafael Correa, al intentar balbuceante e incoherente, dar unas explicaciones que no se avenían con la realidad de los hechos.
La paz de Colombia tendrá que venir impuesta por la presión del pueblo colombiano, familiares de retenidos, prisioneros, secuestrados, asesinados, arruinados, desplazados y la opinión internacional, lo que incluye a todos lo gobernantes de buena voluntad; es decir por la gestión de todos aquellos que, en el mundo, ya estàn asqueados por lo que sucede en la antigua Nueva Granada.
Lo que sería como un “golpe moral”, nada silencioso, a los guerreristas del hermano paìs y sus financistas y promotores.
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