Objetivos de la operación militar colombiana

Uno de los análisis que se debe efectuar, en relación con la reciente operación militar colombiana en Ecuador, es el relacionado con los objetivos perseguidos, más allá de la lucha antiguerrillera, por el binomio Estados Unidos – Colombia. Y hablamos de binomio porque la operación se hizo dentro del marco del Plan Colombia e indudablemente con ayuda tecnológica estadounidense, que permitió las acciones de localización y exterminio del grupo en forma precisa y rápida. Una operación de esta naturaleza buscaba algo más que ocasionar un duro golpe militar a las FARC, razón por la cual ha debido ser planificada conjuntamente entre EEUU y su principal aliado en la América Hispana.

Un primer objetivo es demostrar que están dispuestos a todo en su lucha militar contra la guerrilla, la cual ha adoptado claramente la posición de Israel contra los palestinos. Se trata de lograr la paz mediante el aniquilamiento del enemigo. Nada les importó que Reyes y su grupo se encontraran en misión humanitaria en relación con la posible liberación de varios rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt, actividad que era plenamente conocida por el gobierno ecuatoriano y también por el gobierno francés, según las declaraciones de varios de sus funcionarios. Por lo tanto, los objetivos del desplazamiento también eran conocidos por el gobierno de Uribe. Un segundo objetivo es demostrarle a Venezuela y al mundo entero que tienen la capacidad técnica y militar para afrontar exitosamente ésa y cualquier otra confrontación, además de dejar claro que tienen el apoyo de EEUU.

Un tercer objetivo radica en evaluar en forma precisa la disposición de los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia, de enfrentar este tipo de situaciones y acciones, además del poder que desplieguen en ese sentido. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar estos gobiernos ante una posible agresión militar del Plan Colombia, independientemente de cómo ésta sea disfrazada o justificada? Además. Les interesaba medir la reacción de los pueblos involucrados, su carácter, su magnitud y su contundencia, así como las reacciones del resto de Latinoamérica y del mundo frente a agresiones de este tipo: Las alianzas que se pudieran producir entre los países cercanos, su capacidad de acción ante los organismos multilaterales y las ayudas que puedan prestarse unos a otros.

Podemos concluir que, dentro de la idea del desarrollo de un conflicto armado en la subregión de una escala muchísimo mayor, la reciente acción militar genocida de Colombia en Ecuador constituyó un paso previo y necesario. No se la debe ver como algo fortuito e independiente de lo que ha venido ocurriendo en y entre nuestros países.

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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

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