Días atrás, escribimos un artículo titulado más o menos “Golpe de Estado en Colombia”. En esa entrega, haciendo uso de una información suministrada por otro autor a quien mencionamos, dijimos que a Uribe le obligaron a ordenar o “dar luz verde“, aun en contra de su voluntad a las acciones bélicas dentro del territorio ecuatoriano. Aquella información nos dijo que, parte del alto mando militar neogranadino encabezada por el ministro de la defensa Juan Manuel Santos, exigió a Uribe autorizar a hacer en Ecuador, el 1° de marzo, lo que ya es suficientemente conocido, o de lo contrario usarían un procedimiento que no sólo desconocería su autoridad sino generaría un gobierno de facto. El grupo encabezado por Santos, como mucha gente, incluyendo al presidente Uribe y la dirección militar norteamericana, sabían bien que en ese punto estaba por efectuarse una reunión entre Raúl Reyes y delegados del presidente Sarkozy de Francia y de otros gobiernos europeos, con el propósito de conversar sobre la entrega de Ingrid Betancourt y un grupo que en aquellos días se cuantificó en once. Pocos días atrás, las FARC habían dejado en libertad a cuatro rehenes, por la intermediación del presidente Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba.
Sostuvimos por varios medios, que los guerreristas de Estados Unidos quienes como la zorra, se han venido apoderando de ese país, para imponer su estrategia destinada a controlar el continente con la vista fija en nuestros recursos energéticos, apoyados por grupos internos de la oligarquía colombiana, de la cual Juan Manuel Santos es un genuino representante, en nada estaban interesados que el proceso de entrega de rehenes continuase, como tampoco las gestiones humanitarias y menos de paz. Pues su negocio es la guerra y en lo inmediato, el mantenimiento del Plan Colombia, las posibilidades de hacer uso de las ventajas que otorga la “Guerra Preventiva” de invadir cualquier territorio, lo que implicaría hacer de esos procedimientos actos comunes y hasta desapercibidos. Y por supuesto, que la presencia militar extranjera y hasta mercenaria, terminen formando parte del paisaje.
Las recientes reuniones de la OEA y la XX Cumbre de Río, que mediante un rico y generoso trabajo diplomático, parecieron disipar los nubarrones y callar las clarinadas que llamaban a guerra, que ratificaron los artículos 19 y 21 de la carta del organismo que son contrarios a toda idea que un país invada a otro, sin importar la excusa o lo que es lo mismo, repelen el espíritu arbitrario de la “Guerra Preventiva”, inventada por Bush y asumida servilmente por el mando militar colombiano, de nada sirvieron para cambiar el modo de pensar, la diplomacia y lo que el oficialismo colombiana ha venido haciendo.
Uno ha terminado por creer, dándole cierto grado de respeto y credibilidad a Uribe, que este no gobierna en Colombia y lo que es peor, para nada es buena su palabra. Quienes controlan los mandos del gobierno están demostrando de la manera más descarada, irrespeto total por los compromisos que el presidente, ya no en privado, sino públicamente contrae.
Pese a lo asumido por Uribe en la OEA y en la XX Cumbre de Río, relacionado con los incidentes en el territorio ecuatoriano, que nos pareció haber disipado un peligro de guerra en nuestro territorio, el ministro Santos, agente de la política gringa y del emporio editorial “El tiempo”, dueño absoluto de la verdad en Colombia y donde cómo dijo alguien, “se quitan y ponen presidentes”, de un manotón echa para atrás los compromisos internacionales contraídos por el jefe del Estado y vuelve sobre el derecho que, según él, les autoriza a entrar donde haya que hacerlo persiguiendo terroristas.
Siendo así, Ecuador el país al cual se refirió de manera específica Santos, debería acudir de nuevo a la OEA. No es suficiente acudir a Insulza. El colombiana se siente tan guapo y apoyado, que es capaz de poner de patitas en la calle al chileno, si se llega acercar por los lados de Nariño.
Por todas estas cosas, que hablan hasta de un golpe de estado en el país vecino, uno no exagera al preguntarse ¿Quién preside en Colombia?
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