“Aquí no puede haber más conversaciones, aquí no puede haber todo este enjambre de cosas tortuosas, vamos a ver si el pueblo colombiano es digno de esta campaña. Yo no le digo que me siga, ni digo que quiero ser candidato, digo que él lo resuelva, y si sale a las calles y si libra la batalla de ahora, ¡hasta el 5 de Mayo! Que lo digan en las calles, que lo digan en las veredas, que lo digan en los pueblos, que lo digan en las capitales de departamentos, que lo digan a voz clamorosa de vosotros en Bogotá y en todo el país. Ni un momento de quebranto: ante la jugada de los sanedrines, la voz clamorosa de las masas en las plazas y en las calles.
Ahora sí, para terminar:
Pueblo, por la restauración moral. ¡A la carga!
Pueblo, por nuestra victoria. ¡A la carga!
Pueblo, por la derrota de la oligarquía. ¡A la carga!
Pueblo, por vuestra victoria. ¡A la carga!”
Estas palabras fueron grabadas
en un para siempre en la boca de los pueblos, la voz que las hizo tronar
fue el líder de las masas desposeídas, Jorge Eliécer Gaitán.
Su fuerza, dinamismo y su visión en grado extraordinario cambió el
rumbo de Colombia, por que su intención política prevaleció en la
necesidad de lo que su país realmente necesitaba. Su movimiento fue
autentico y se convirtió en un peligroso adversario para el imperialismo
y la oligarquía nacional; de ahí que el enfrentamiento directo entre
el pueblo y la reacción no tardó en enfrentarse. El punto culminante
de este combate se produjo el 9 de Abril de 1948 cuando cae masacrado
el Líder. ¡MATARON A GAITAN! La profecía se iniciaba, la maldita
violencia y el caos se abalanzó como un terrible monstruo para llenar
su mapa de enormes charcos de sangre. El imperio y la cabrona burguesía
vivificaban para Colombia un nuevo tiempo trágico. Gaitán que no se
dejó aprisionar por los enemigos de su patria, era un hombre del y
para el pueblo, demostró con su nueva forma de pensar que Latinoamérica
tenia que tomar otro camino, así, como lo había señalado el libertador
Simón Bolívar. La plutocracia de liberales y conservadores agonizaban
ante las fuerzas sociales que les servia de sostén, estos despertados
por Gaitán, se percataron de que el desenvolvimiento del país no podía
continuar por esa ruta esclavista y explotadora, entonces empezó la
lucha, las presiones de esas capas marginadas, lo que tomo un ascenso
vertiginoso que no lo detuvo sino el asesinato de Gaitán. Pero, pese
a su muerte, a un después de cincuenta y nueve años, puede decirse
que Colombia, esa que amo Bolívar, esta agitada, el pueblo se niega
a capitular.
No me esperen de regreso así.
Yo vivo, estoy siempre con mi pueblo
y por eso, ¡A la Carga Colombia!
que gaitán no ha muerto.
vrodriguez297@hotmail.com