Del otro lado de la talanquera insisten en analizar la actuación de la representación venezolana en Beijín. El propósito de los análisis es convencer a propios y a extraños de que el resultado fue “otro descalabro” de la revolución. Paradójicamente, los análisis no pasan de ser “deportivos”.
Obviemos por ahora la intención de Carlos Fernández Cuesta de Tal Cual y su “Zimbabwe efectivo”. Hablemos solo de la base de sus argumentos.
A pesar de recurrir a métodos de índole estadísticos, este psicoanalista de “la crisis” no contó esta vez con el soporte técnico de los progenitores del celebre cisne. De aquel que llamaron “negro”, no por su familiaridad sino por lo singular de su superchería.
Esta vez no hubo un 99% de posibilidades. Según este numerólogo del caos, el fracaso de Venezuela quedó demostrado: ¡1% en “efectividad olímpica”! A tal conclusión llegó al dividir el número de medallas recibidas entre el número de atletas que participaron en representación de la patria de Bolívar.
Según los cálculos del experto de turno, resulta que Zimbabwe, ¡sí!, el de Robert Mugabe, fue el más destacado de los países de África. Panamá fue el mejor de América Latina. De acuerdo a esta ilustre invención de la ciencia de las estadísticas, ambos países, uno con cuatro medallas y el otro con una, lograron mejor resultado que los diez con más medallas al final de la competencia.
¿Quién lo iba creer? ¡La Zimbabwe de Mugabe, con una “efectividad” de 30,77%, le ganó a USA que con Michael Phelps y todo apenas logró llegar a 18%! Panamá, por otro lado, ¡sintámonos orgullosos!, fue mucho mas arrecho.
Cuesta, Carlos Fernández, tragarse el cuento de la “efectividad olímpica”. En todo caso, hablemos de efectividad...
En las olimpíadas de Beijín participaron 204 selecciones. Solo 87 de ellas, el 42%, ganó al menos una medalla. En ese minoritario grupo de países ganadores se cuenta el nuestro, Venezuela.
En las competencias participaron 11.028 atletas. Alrededor de 950, ¡solo el 8 y pico por ciento!, obtuvieron medallas. Dentro de ese exclusivo grupo de atletas se encuentra una compatriota nuestra, tuya y mía.
Lo que mas le debe doler a este analista del desastre es que a las olimpíadas no “se va” sino que “se clasifica”. En veinte años cuarto-republicanos, de 1976 a 1996, Venezuela envió a los juegos 169 atletas. En diez años de revolución, ya van 207.
Si usted es como Fernández Cuesta y “por curiosidad” se pregunta cuanto costó enviar 109 atletas y a la delegación de “arrimados”, tome en cuenta que de 596 atletas que mandó USA, al menos 490 ganaron absolutamente nada. ¡Que cantidad de plata perdida!
Ni hablar del despilfarro de materia gris en Venezuela…
Feico57@att.net
ecequea@gmail.com