En medio de los diferentes actos que participé promoviendo el Sí, durante la campaña hacia el referéndum, recuerdo uno en el que estuvieron más de doscientos representantes de barrios del Centro Histórico de Quito.
Tras las intervenciones, la mayoría de la gente, perteneciente a sectores populares, remarcó su apoyo a la Constitución como imagen de esperanza e instrumento de cambio, pero mostró discrepancias con diversas medidas del Gobierno.
Esa fue una de las tantas oportunidades en que constaté que Acuerdo País (AP) como movimiento y sus posibles "líderes" de Quito, no tienen representatividad. Pero ese es un dato de la realidad en muchas zonas del país.
La votación que tuvo el Sí significa un fortalecimiento de la figura del Presidente Rafael Correa pero no necesariamente de su Gobierno o de su movimiento, ya que en la campaña se notó la gran debilidad de los diversos grupos y grupitos que integran AP.
Además, volvió a quedar de manifiesto que sus figuras más "notorias" y los "líderes" de esos grupos no tienen base social, y si no están cerca del mandatario no se elijen ni representantes de su barrio.
La campaña y la votación también muestran un fortalecimiento de la figura del ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, que promovió la Constitución por el país en forma paralela a Correa, coordinando a veces con representantes locales de AP y otras con diversas organizaciones sociales.
Entre los movimientos sociales que apoyaron la Constitución, se destacó la clara y decisiva presencia de Ecuarunari en zonas rurales de la Sierra, donde el Sí alcanzó un promedio del 75% de los votos, cuando antes de que entrara en campaña esa organización, la victoria estaba en duda.
El comportamiento del electorado a nivel nacional, sufrió una variante en cuanto a la elección anterior en la que se eligieron los representantes a la Asamblea Constituyente.
En aquella elección, el papel fundamental lo jugó la presencia mediática y en campaña del Presidente. En este referéndum, si bien fue trascendente la figura presidencial en campaña y la publicidad del Gobierno, fue fundamental para llegar al 63.9 por ciento la presencia de múltiples actores, como ocurrió en la segunda vuelta electoral de 2006.
La participación de diversas organizaciones sociales a nivel urbano y rural, en una campaña-movilización de barrio en barrio y de comunidad en comunidad para difundir la Constitución fue la principal causa del crecimiento del Sí en dos meses.
Esa movilización nacional rescató el voto de mucha gente crítica del Gobierno que, finalmente, apoyó la Constitución como instrumento de cambio. Si ese gran frente crítico inorgánico no entraba en la campaña, el resultado electoral hubiese sido muy inferior, y el Sí habría pasado apenas el 50% de los votos.
Entre la debilidad de Acuerdo País, la inconsistencia de sus dirigentes y la fortaleza del Presidente, surgió un frente crítico que, más allá del voto, debe consolidarse como una expresión capaz de presionar por el sentido del cambio.
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