Los nueve aviones Súper-Tucanos, comprados en Brasil dizque para combatir el tráfico aéreo de drogas, representan un endeudamiento de 93 millones de dólares y jugosas comisiones para los que negociaron su compra y aprobaron el contrato.
Los Tucanos pueden perseguir los aviones de menor velocidad cargados de droga, pero no los más modernos y veloces, que también usan los cárteles mas avezados.
Pero lo principal en este espinoso tema del negocio ilegal de las drogas, es que el problema no debe reducirse a la capacidad de perseguir vuelos ilegales y tumbar aviones. Es ofensivo a nuestra inteligencia tratar esta cuestión así, después de constatarse y evidenciarse el proceso de conversión del Estado dominicano en un narco-estado
En las presentes condiciones los nueve "Súper-Tucanos" no van a reducir en lo más mínimo el tráfico y consumo de drogas en el país, puesto que su acelerado crecimiento no es dado principalmente por la incapacidad técnica del Estado dominicano, sino por el factor humano altamente corrompido que tiene a su cargo la vigilancia, las puertas de entrada y salida y todos los sistema de control externo e interno del país y las vías de acumulación capitalista auspiciada desde gobiernos corruptos y corruptores.
Con todo y Tucanos el tráfico de droga y de todo tipo va ha seguir creciendo, porque el problema grave no es la falta de Tucanos si no la situación de los menganos que manejan los aparatos e instituciones del Estado y del gobierno de la nación, en estrecha relación con la parte más podrida del sector privado. ¡Va a seguir creciendo y mucho!
Por aire, mar y tierra. Por la frontera terrestre y los aeropuertos. Por todos los puertos, costas, puertas y ventanas del país. Por todos los boquetes y brechas de la nación.
Con la complicidad de enclaves ubicados en todas las instituciones civiles y militares encargadas de controlar entrada y salida de puntos fronterizos y carreteras. Sí, ¡va a seguir creciendo en grande!
Por y con las conexiones logradas en secretarías, congreso, sistema de seguridad aeroportuaria, aviación civil, marina de guerra, Dirección Nacional de Investigaciones, policía nacional, fuerza aérea, ejército nacional, sistema judicial, empresarios corrompidos y cúpulas políticas pervertidas.
Aquí se trafica con todo y por múltiples vías, por la facilidad que brinda el Estado y los gobiernos carcomidos por procesos infecciosos; cada vez más colombianizado por perversos vínculos de cooperación con el régimen narco-para-terrorista de Uribe.
Se trafica droga, pero también armas, mercancías diversas, seres humanos, dólares del lavado…Y hasta hay tarifas de peaje en cada caso, por ejemplo: por viajeros indocumentados se cobra un peaje migratorio de 500 dólares por cabeza, a los pilotos reclutado le toca entre el 10 y el 12% de los valores que trafican (sobre todo dólares, armas y personas); a los oficiales que ayudan al tráfico por vía marítima les toca el 15% del valor de los cargamentos… y así por ese estilo.
En tales condiciones los Súper-Tucanos podría elevarse el peaje aéreo, pero no disminuir los cargamentos y operaciones ilegales. Todo eso aquí se negocia y cuando fallan los operativos y estallan los escándalos se sacrifican a los más expuestos y a los más débiles en la cadena de mando.
En el reciente escándalo Paya-Baní, en el con participación de muchos oficiales de la Marina de Guerra militares se dio un "ajuste de cuenta" con balance de seis mafiosos muertos, se "descubrió" a una parte de los autores materiales… pero no aparecen ni los autores intelectuales, ni el cargamento de droga, ni los dólares de la transacción, ni los generales y los mandamás.
La cuestión, pues, no es comprar Tucanos, sino entrarle a los menganos y sutanos. Pero resulta que éstos tienen posiciones altas en el Estado, en el gobierno, en la economía privada, en la partidocracia…
El presidente Leonel Fernández puede decir con razón que es una "vergüenza" que oficiales de la Marina de Guerra hayan estado vinculados a hechos tan bochornosos y horrendos. Pero calla su responsabilidad en ciertas designaciones funestas que posibilitan que esto siga creciendo.
Yo recuerdo cuando en su primer periodo le hice llegar el libro "Confesiones Amordazadas". Entonces me llamó por teléfono a mi casa para decirme que ese era un libro "temerario". Y ciertamente que lo es, porque en ese libro se narran cosas iguales y peores de la que está sucediendo, incluso con no pocos de los mismos autores.
Los generalotes multimillonarios no han hecho fortunas con sus sueldos, ni con el sudor de su frente, ni con su "iniciativa empresarial"; y los millones que le dan a los candidatos, estando activos o estando retirados, no son gratuitos: con ellos compran cargos e impunidad, para seguir multiplicando fortunas al vapor.
Pero igual pasa con los políticos, funcionarios civiles y empresarios inescrupulosos.
Todavía no se ha dicho cual es la empresa de la zona franca de Santiago a la que estaba destinado el cargamento de droga del llamado Cártel-Quirino. Tampoco se investiga el lavado en edificaciones y negocios que suben como la espuma, ni se paran en seco a las entidades financieras con vocación de lavanderías.
El problema no se soluciona con compra de aviones Tucanos, sino echándole el guante y procesando judicialmente a esos menganos y sutanos. Pero resulta que esos delincuentes mayores prácticamente dominan el Estado.
Y entonces, ¿qué hacer?: Virar la tortilla con el poder de los/as de abajo, reemplazar estas instituciones carcomidas y establecer una democracia participativa y portadora de una nueva moral No hay de otra, amigos/as. ¡Entendámoslo así!
Este Estado se pudrió y hay que reemplazarlo. Si queremos soluciones hay que luchar por una nueva institucionalidad, nueva democracia, con participación y poder popular.
narcisoisaconde@gmail.com