1. Estrategia militar china y sobrevivencia de la humanidad
El imparable ascenso de China a potencia mundial y su adecuada inserción geopolítica en el orden mundial del Siglo XXI determinarán, sin duda, el futuro de la humanidad. Si se repitiera la experiencia del Siglo XX, donde el ascenso de las flamantes potencias Alemania-Japón-Estados Unidos llevó a los cataclismos de la Primera y Segunda Guerra Mundial, la humanidad desaparecería en un holocausto nuclear.
El uso inteligente y moderado del poder chino es, por lo tanto, no solo un asunto de seguridad nacional del Imperio chino, sino de sobrevivencia de la especie humana. Siendo el poder militar el último y decisivo poder del Estado (ultima ratio regis), la sabiduría (o simpleza) de la estrategia militar y visión geopolítica de la República Popular de China (RPC) es vital para la coexistencia pacífica o bélica en el planeta. Un reciente documento estratégico del Consejo de Estado de la RPC ha definido los respectivos parámetros de Beijing para el Siglo XXI.
2. Poder económico y poder militar
El punto de partida de la geopolítica militar del “Reino Celeste” es el dramático cambio cualitativo en sus relaciones con el resto del mundo. La economía china se ha vuelto “una parte importante” de la economía mundial y el país se ha convertido en un “importante miembro del sistema internacional”. La implicación de esta creciente interdependencia es que China “no puede desarrollarse de manera aislada del resto del mundo”, como el mundo tampoco puede “disfrutar de la prosperidad y estabilidad sin China”.
El Siglo XXI presenta una nueva situación histórica para la República Popular de China (RPC), situación ante la cual se compromete con el “camino del desarrollo pacífico”; de sus políticas de “reforma, apertura y modernización socialista”; de una política exterior “independiente y pacífica” y una política de defensa nacional que tiene como único objetivo la “protección de su territorio y de su población”.
El principio de conducción de la RPC es una “visión científica del desarrollo” como eje para la defensa nacional y las Fuerzas Armadas; el país “se adapta activamente a las nuevas tendencias en el desarrollo global militar”, con el objetivo principal de guardar “la soberanía nacional, la seguridad y el desarrollo y entendiendo a la reforma y la innovación como su principal fuerza dinámica”.
3. La reconfiguración del sistema internacional
Pese a que la paz y el desarrollo son los “principales temas” de nuestro tiempo, los desafíos globales están creciendo y nuevas amenazas de seguridad emergen en el sistema mundial que se está reacomodando. El “ascenso y declive de fuerzas estratégicas internacionales se acelera” y grandes potencias “compiten entre sí y tratan de controlarse mutuamente”, mientras que “grupos de nuevas potencias emergentes se desarrollan. En consecuencia se produce un profundo reacomodo del sistema internacional.”
4. Peligros para la paz mundial
La paz mundial y el desarrollo encuentran múltiples desafíos y dificultades. Como en los tiempos del imperialismo clásico las luchas por los “recursos estratégicos, zonas estratégicas y la dominación estratégica se han intensificado”. Al mismo tiempo, el “hegemonismo y la política de poder sigue existiendo”, turbulencias regionales siguen expandiéndose y nuevos conflictos y guerras locales emergen.
5. Creciente importancia de las armas en la diplomacia
La influencia de factores de seguridad militar en las relaciones internacionales está incrementándose. Impulsada por la competencia entre la fuerza nacional y el desarrollo de la ciencia y tecnología de los países, la “competencia militar internacional es cada vez más intensa”, mientras que “la revolución mundial en asuntos militares alcanza un nuevo nivel”. Algunas grandes potencias están “redefiniendo sus estrategias militares y de seguridad, incrementando la inversión militar, acelerando la transformación de sus Fuerzas Armadas y desarrollando avanzadas tecnologías militares, armas y equipo. Las fuerzas estratégicas nucleares, la militarización del espacio, sistemas de defensa antimisiles y sistemas de inteligencia globales y tácticos son prioritarios en sus esfuerzos de fortalecer a sus Fuerzas Armadas”. Algunos países en desarrollo también buscan activamente adquirir “armas y equipos avanzados”. Todos los países atribuyen ahora más importancia “a la fuerza militar para apoyar sus esfuerzos diplomáticos”.
6. La relación con el imperialismo estadounidense
La situación de seguridad china ha “mejorado persistentemente”. Los logros de su proyecto de modernización han llamado “la atención mundial”. El nivel de vida de la gente “ha mejorado, la nación es estable y unificada” y la fuerza nacional de China ha aumentado “sustancialmente”. Sin embargo, el país se encuentra ante “la superioridad de los países desarrollados en la economía, la ciencia, la tecnología y lo militar.” También se encuentra frente a “maniobras estratégicas y una política de contención desde fuera, mientras está obligado a combatir la disrupción y el sabotaje de fuerzas separatistas y hostiles desde adentro”. Encontrándose en “una fase de transición social y económica, China enfrenta muchas circunstancias y aspectos nuevos en lo referente a la estabilidad social”.
El impacto de factores de incertidumbre y desestabilización en el “entorno de seguridad externo, sobre la seguridad nacional y el desarrollo, crece”. En particular, Estados Unidos continúa “vendiendo armas a Taiwan, violando los principios que fueron establecidos en tres comunicados conjuntos sino-estadounidenses, causando serio daño a las relaciones entre China y Estados Unidos y a la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwan”.
Pese a tal escenario, la RPC insiste en el progreso por medio de “diálogos y la cooperación con otros países” y se opone a “la ampliación de las alianzas militares y los actos de agresión y expansionismo. China nunca buscará hegemonías o el expansionismo militar, ni ahora ni en el futuro, y sin importar el grado de su desarrollo económico”.