1. Los comicios generales de este domingo –según se ha publicado- se perfilan como los menos reñidos de los últimos años en Ecuador y salvo una sorpresa, determinarán la histórica reelección del presidente Rafael Correa, que espera profundizar su modelo socialista apoyado en una sólida mayoría. Sería para Correa su quinta victoria electoral en dos años y medio, que le permitiría quedarse en el cargo hasta 2013, cuando tendrá la posibilidad de presentarse a otro mandato de cuatro años. Aunque puede darse un cambio no previsto, lo seguro es que Correa se convertirá no sólo en el primer presidente reelecto de Ecuador en tres décadas, sino que prácticamente sepultaría la crisis política que sacó abruptamente del poder a sus tres antecesores entre 1997 y 2005.
2. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), organización con larga tradición de lucha en ese país, batalla por un Estado plurinacional, incluyente, llama a garantizar los derechos, la propiedad de las tierras y territorios, las reformas legales necesarias que permitan igualdad, justicia, equidad y un ambiente sano, además propone defender los naturales y nacionalizarlos. Plantea: “Debemos resolver los problemas de las mayorías y los del Estado central, no más corrupción, no más engaños, no más atentados a la democracia”. Esta organización señala que “Correa tiene sus orígenes en la derecha, gobierna con la derecha y será siempre de derecha”. El mismo Correa reconoce haber estudiado en colegios católicos, pero que ahora es socialista.
3. Estas terribles críticas desde la izquierda radical de la CONAIE me ha obligado a reflexionar y preguntarme: ¿Algún gobernante en el mundo ha sido marxista o radical de izquierda? Con excepción de Lenin, Stalin, del mismo Trotski y otros funcionarios de la Rusia revolucionaria, así como Mao y demás funcionarios chinos, es muy difícil hablar de marxistas en el poder. Más aún todos ellos eran “marxistas” según su interpretación. Lenin, se ha dicho, fue el rusificador del marxismo, Stalin el marxista asiático, Trotski el marxista europeo, Mao el marxista campesino y Fidel el marxista tropical. Los otros “marxistas” han sido comunistas, socialistas, socialdemócratas y hasta un “autogestivo” (Tito) ¿Quién entonces fue o es marxista? Parece ridículo.
4. Lula señaló hace poco que nunca fue marxista; Chávez ha sido y es bolivariano, no marxista; Evo Morales era un miserable campesino, futbolista y líder agrario; Fidel Castro un estudiante pequeño burgués que se hizo marxista después de la revolución que él encabezó; Allende un político socialdemócrata que se hizo socialista. Felipe González, Mitterand, Palme, Brand, simples políticos socialdemócratas. La burocracia política “comunista” que gobernó en la Europa del Este bajo el dominio de la URSS, eran eso “burócratas” de Estados autoritarios. Lo que debe decirse es que los marxistas (como Marx, Engels, Gramsci, Luxemburgo, Korch) nunca llegaron al poder; lucharon contra el poder pero quienes se hicieron de él fueron los políticos más destacados.
5. Seguramente en estos veinte años hay más de un millón de marxistas en el mundo que aplaudimos el desplome de esa terrible burocracia que se llamó “campo socialista” encabezado por la llamada Unión Soviética. Los anarquistas desde los tiempos de Marx, -a mediados del siglo XIX- planteaban que el poder económico, el partido, el Estado, la iglesia, la familia, la escuela, etcétera, todos centralizados y autoritarios, eran poderes externos que esclavizaban a los seres humanos, que les impedían la libertad y la autogestión. Han habido marxistas o no marxista –como se quiera- de todas las corrientes que así mismos se han sentido como los verdaderos o auténticos herederos. Así que es casi imposible que ahora califiquemos a alguien a partir de nuestros valores.
6. Muchos pensaron que Lula de Brasil, Bachelet de Chile y Tabaré de Uruguay, por sus orígenes socialistas, serían los gobiernos más izquierdistas del continente; pero resultó que los tres son más cercanos al neoliberalismo que a los proyectos socialistas. Por el contrario, Chávez (de origen militar); Morales (indígena miserable y líder agrario) y Correa (quien estudió en colegios católicos) a quienes al principio de sus gobiernos no se les tuvo confianza por la izquierda, representan hoy la vanguardia de los pueblos de América y son los puntales de la lucha contra la explotación imperial. ¿Qué pasó con los análisis que hizo Marx sobre el entierro del capitalismo? ¿Por qué éste pudo prolongar su vida? ¿Qué pasó con el papel de las vanguardias y las masas?
7. Si la URSS, China, Yugoslavia, los países de Europa del Este, ni la misma Cuba, fueron nunca socialistas; si el socialismo como sistema de transición hacia la abolición del trabajo asalariado y del Estado jamás existió; si cuando más fueron reconocidos como países de capitalismo de Estado o “socialistas” burocráticos o degenerados, ¿qué pasó entonces con el planteamiento marxista? ¿No funcionó el proletariado como sepulturero de la burguesía y la explotación capitalista? ¿O es que Berstein y Kaustki, los evolucionistas socialdemócratas, tuvieron razón frente a Lenin y Luxemburgo? La realidad es que todavía no se vislumbra una transformación hacia el socialismo a pesar del mucho voluntarismo que ha predominado entre la izquierda radical.
8. Los cambios socialistas, según parece, tendrán que tomar otros caminos que se irán “inventando” en el proceso de las luchas sociales. El llamado socialismo del siglo XXI será un asunto que estará en el centro de los análisis y las discusiones de los próximos años y América Latina será un laboratorio de la revolución. Las batallas contra el centro y las derechas tienen que ser radicales y muy transparentes. ¿Qué podrá hacer el cura Lugo de Paraguay que ahora se ha acercado a los gobiernos socialdemócratas para construir una sociedad justa? ¿Qué hubiera hecho López Obrador, el más importante movilizador de masas en México, que nunca tuvo que ver con Marx? Mientras leemos y releemos a Marx debemos participar en los procesos que cambian al mundo.
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