William Ospino, premio Rómulo Gallegos que estimo merecido

“Era demasiado para el hombre

 pero temprano aun para Dios”

 Emily Dickinson

 Conocí al escritor William Ospina hace algunos años, a través de un pequeño libro de apenas 134 páginas, de la Editorial Norma, con el título de Es tarde para el hombre, en el cual tuve la grata sorpresa de encontrarme con el recuerdo i las palabras de dos grandes amigos en las letras poéticas i filosóficas, como Emily Dickinson -exquisita poetisa norteamericana- i mi maestro a distancia Bertrand Russell, lo que me indicaba preferencias del autor, mui parecidas a las mías; pero, sin tomar en cuenta esto, me resultó una excelente otra, en la que, más allá de una simple weltansschaunng, era una profunda reflexión filosófica, al estilo de un Ernesto Sábato o algún otro consagrado en las letras latinoamericanas, con una lectura fácil por agradable i veraz, lo que comprobé con otra obra más extensa titulada Las auroras de sangre, en la que demuestra su calidad de narrador, estudio juicioso de las realidades pasadas que se proyectan hasta el presente, i su condición indudable de poeta, con gran conocimiento de nuestras historias originarias desde la conquista, contribuyendo como otros a una literatura inagotable i fundadora de una identidad latinoamericana, como otros autores señalan.

 Cuando se organizó un evento nacional sobre el libro en el Centro Cultural “Lía Bermúdez” de Maracaibo, i se anunció que vendría a esta ciudad William Ospina, estuve pendiente del acontecimiento donde participé, al final no se dio la esperada visita, por problemas ocasionados por la inestabilidad política que fomenta la irracional oposición que tenemos en el país. Por esto, esa calidad literaria, poética i cultural del autor relativamente joven, me hace pensar de antemano que su novela El país de la canela, debe ser una novela de excepcional valor, distinguida con justicia por especiales méritos, i deseoso de disfrutarla lo más pronto posible.

 En la obra Es tarde para el hombre, ensayo en el cual está fundamentalmente preocupado “por el esfuerzo de nuestra época por encontrar la alternativa a la barbarie que crece sobre el planeta” i en seis capítulos, comienza con el distinguido como  Los Románticos y el futuro, según él mismo señala, que eso fue escrito a comienzos de 1993, i de ese principio han nacido todos los demás, sin olvidar la poesía de Emily Dickinson, la dulce i firme poetiza del norte, o el pensamiento de Tomás de Quincy, han introducido en su mente una motivación para su mirada penetrante en la realidad del mundo.

 En su acervo cultural, muchos grandes acuden a Ospina para clarificar su voz i es entonces Nietzsche quien le grita:

 

El desierto está creciendo

¡Desventurado el que  alberga desiertos!

 

 Quien además también le advierte que “el más incómodo de los huéspedes ya está a la puertas” en tiempos aciagos., i sus presentimientos de monstruos, al fin hacían verlo i reconocerlo. Entonces expone: “Ahora sabemos dónde está. Su nombre es terrorismo y drogadicción, es consumo y publicidad, es narcotráfico i degradación del ambiente, es pornografía y la estadística, es el imperio del lucro y de la moda, es la guerra como negocio, es la trivialización de la vida y de la muerte. Marx advirtió que todas las cosas se convertirían en mercancía: mercancía son hoy la belleza y la salud, el aprender y el celebrar, mercancía el arte y el saber, primero nos vendieron la tierra y el fuego, hoy nos venden el agua elemental y mañana tendremos que pagar por el aire, como lo hacen los más asfixiados en Tokio o en México. Y cada vez es más superflua y más efímera nuestra relación con el mundo”. Luego de este magistral trozo, resumen de la tragedia planetaria que impone el neoliberalismo, el capitalismo salvaje e imperial, uno se bebe este ensayo  con ansias de conocer los otros capítulos igualmente estupendos, plenos de verdades e ideas nuevas de confrontación, maravilla que lejo a los lectores que adquieran i lean esta importante obra, del hoi galardonado como novelista con el premio que lleva por nombre Rómulo Gallegos, el genial pintor en letras de la singular Canaima. Más adelante, conocida El país de la Canela, hablaré otras cosas de este autor colombiano que ojalá siga los pasos de García Márquez, i que en sus novelas, ensayos, cuentos i poesía, encienda luces en América i el mundo.


robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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