¿Que está pasando con algunos sectores de la izquierda latinoamericana frente al Golpe de estado en Honduras?; ¿frente a la Resistencia?

La práctica revolucionaria demuestra que cada pueblo tiene particularidades, y sus movimientos avanzan en correspondencia con sus propias realidades, cometiendo sus propios errores y generando sus propias rectificaciones. La critica y la autocrítica son elementos importantes dentro de cada proceso.



Con el respeto que merecen muchos compañeros en el exterior, seguimos manteniendo que no existen “ecuaciones” donde solo cambiamos las variables y obtenemos revoluciones mas o menos parecidas. Las leyes que regulan el desarrollo histórico, no son caminos formales que se cumplen por que si. No existen axiomas aquí. De otro modo, ya habría manuales para hacer revoluciones.



En muchos artículos han llamado al pueblo hondureño de mil formas peyorativas; cobardes, torpes, pusilánimes, y muchos mas. Todos se han basado en el criterio de que no tenemos el valor suficiente para tomar las armas y emprender una lucha armada que nos libere.



Nos han acusado de no ver la historia como debe ser; han acusado al presidente Zelaya desde ingenuo hasta estúpido y cobarde, por no ingresar a una muerte segura. Nadie parece notar que la lucha armada no siempre ha tenido los mismos resultados. Después del triunfo de la Cuba revolucionaria, pasaron 20 años antes de un nuevo triunfo armado en el continente. Y al triunfo Sandinista sobrevino una brutal y larga agresión imperialista que termino acabando con los logros de la revolución.



Muchos movimientos fueron traicionados, saboteados desde adentro tanto por la acción de la infiltración del imperio, pero también por la grave distorsión causada por visiones oportunistas y hasta ultraizquierdistas. Muchos movimientos de izquierda en América Latina terminaron abandonando su posición y terminaron alineándose con la derecha contra los mismos pueblos que un día defendieron.



Hoy vemos ejemplos en Nicaragua, en El Salvador, ejemplos de cómo sus heroicos movimientos de liberación fueron traicionados por sus propios comandantes quienes vieron en el espejismo neoliberal una nueva forma de vida personal sin percatarse de que estaban abandonando los principios que los llevaron a la lucha armada.



Si vemos bien estos problemas se originan en la falsa percepción de que las gestas de liberación deben ser epopeyas bélicas, donde la cantidad de muertos los aporta en su mayoría la masa indefensa. En el Perú, con el respeto que merecen los hermanos revolucionarios de ese país, la practica llevo a movimientos revolucionarios a alejarse de sus pueblos, a aislarse y al final perder la posibilidad real de transformar sus sociedades.



Las últimas experiencias revolucionarias, como las de Venezuela, Bolivia y Ecuador se sostienen con un amplio apoyo popular que evoluciona y revoluciona desde las entrañas mismas del sistema. La legitimidad que da el pueblo al lado de sus líderes fortalece la historia en estos países hermanos. El caso Nicaragua es mas que significativo, donde muchos criticaron los métodos del presidente Ortega para retomar el poder, e incluso le han hecho el juego a la derecha en contra de verdaderas transformaciones sociales, que hoy demuestran que el sandinismo ha tenido razón en su accionar.



Ya hoy, apenas a 3 meses de asumir el poder, se critica al gobierno del FMLN en El Salvador, ignorando que las estructuras creadas por la derecha en ese país por siglos, incluidas las fuerza armadas mas represivas del área, las mas comprometidas con las enseñanzas de sus maestros gringos. Omiten el hecho de que el frente llega al poder para ganar la base popular que la derecha ha manipulado a través de un anticomunismo feroz.



Nuestras sociedades han sido aterrorizadas durante décadas por el Macartismo. Se han ido perfeccionando las técnicas de guerra psicológica, y la famosa guerra mediática. Ganar espacios, reforzar los niveles organizaciones de las masas, son condiciones fundamentales para poder proponer cambios revolucionarios reales y sostenibles.



Honduras no es la excepción. El movimiento que hoy se desarrolla y organiza en nuestro país tiene una amplia participación de masas. Estamos hoy en una etapa superior a la que iniciamos el 28 de junio. Hoy estamos coordinando y organizando secciones del Frente Nacional de Resistencia en todas las unidades geográficas del país, desde el caserío hasta el departamento; desde el barrio hasta la mancomunidad de organizaciones.



Esta organización tiene una razón de ser; necesitamos un Frente robusto, amplio, capaz de agrupar al pueblo. Llevar a este a conquistar posiciones. Hoy estamos por el regreso a la institucionalidad; pero la lucha esta destinada a la movilización permanente, por la refundación del país, por la defensa de las conquistas que este proceso logra en su accionar.



El objetivo, igual que en otros casos, es la toma del poder. Pero queremos ir mas allá; queremos que una vez que estemos en ese punto podamos mantener ese poder y dirigirlo por la senda correcta. Aspiramos a alcanzar una posición activa dentro del marco del ALBA, educar para concientizar, mejorar las condiciones de vida de nuestros campesinos, obreros, estudiantes, amas de casa. Todos esos que sin querer, y sin tener la formación de otros, son revolucionarios comprometidos e inclaudicables.



No es cierto que porque Micheletti sigue aquí, se grite Viva Micheletti!!!, ningún hombre vive en un ambiente tan sombrío como el dictador; rodeado de verde olivo, solitario, esperando que cualquier día alguien le arrebate el “cetro” que cree le corresponde.



No llamamos al proceder de la dictadura “fascista” por definición académica, la llamamos así por sus prácticas represivas: no nos equivocamos sobre la naturaleza de las cosas, aprendemos a entender, un proceso que no existía antes del golpe de estado.

No se si otros compañeros coincidirán con mi apreciación, pero creo que muchas condiciones que hoy existen para una búsqueda seria del poder, surgen a raíz del golpe de estado. Por otro lado, esta claro que la causa para la falta de consolidación del golpe ha sido la resistencia interna. Si aquí todo estuviera en paz aquí, nadie estaría negociando fuera del país para obligar a rendiciones y tratados.



Cada país presenta sus particularidades. No somos uno, cien o mas ingenuos. Somos miles que tenemos un objetivo común, la independencia definitiva de nuestro país. Y no es que no seamos objetivos, es que somos los protagonistas de la lucha por derrotar el primer golpe imperial del siglo XXI. Si hay emotividad, porque no existe ninguna revolución sin amor; pero somos firmes en nuestras convicciones y responsables en nuestras apreciaciones.



En la víspera del aniversario del asesinato de Salvador Allende, como homenaje a su sacrificio, y al de todos los caídos bajo la bota represiva del imperio y por la libertad de los pueblos de América, nosotros aquí emprendemos nuestro día 75 en lucha y no nos rendiremos.


(*)Investigador Social

rsalgadob@yahoo.com



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